El día martes 16 de julio se llevaron adelante las elecciones de ATE de Junta Interna y Cuerpo de delegados en INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial), en el marco de un ajuste al interior del organismo donde hubo 285 despidos con el cierre de Unidades de extensión en el interior del país y donde se están llevando adelante retiros voluntarios (hasta el momento van más de 350).
La lista Verde ganó con 339 votos sobre la lista Verde y Blanca con 118 votos, y la lista Multicolor que sacó 65 votos. Votó un poco más del 70% del padrón. Pero es importante realizar un balance sobre la misma y entender lo que refleja la elección en materia política.
La Verde se consolida con maniobras y aparato
La lista Verde recuperó la Junta Interna del INTI en unidad con la Verde y Blanca en el 2022, luego de lo que fue la conducción de La Naranja (Partido Obrero) por un periodo de dos años. En ese entonces consiguió 391 votos. En esta elección que fue sola, escindida de la Verde y Blanca, sacó 339. La consolidación se da en parte por un aparato que esa lista tiene históricamente en el Instituto.
Si bien pesaban muchas críticas al 2018 producto de su actuación en el conflicto contra la gestión macrista que le permitió crecer a las otras listas ante una baja participación, ahora había críticas sobre la conducción de la Junta en el último periodo, sobre todo en el contexto más general de pelea contra el gobierno de Milei donde en el INTI no se discutió, por ejemplo, participar del paro del 24 de enero y sobre cómo sabiendo que se venía un ajuste en el organismo no se preparó la lucha y la respuesta para revertirlo. Esto se reflejó en la desafiliación de una buena parte de compañeros producto de la desconfianza con ATE y sus conducciones. Si lograron apoyo por parte de algunos monotributistas que fueron despedidos a fines de junio y reincorporados en una primera etapa, donde se lograron 150 reincorporaciones producto de una negociación con la gestión y por hacer acciones decididas a último momento mostrándose como “combativos” y enfrentando el ajuste cuando en la previa no había hecho nada.
Esta consolidación también se da porque no hubo en el organismo durante este último periodo una lucha concreta ni tampoco la construcción de una real alternativa de oposición a su manejo político en la Junta. A su vez, trasladaron al INTI la división que existe a nivel superestructural en el sindicato entre la Verde y la Verde y Blanca. El comunicado que lanzaron luego de la elección dice: “Hacemos un llamado a la reflexión a las listas derrotadas a que no paralelicen asambleas ni medidas, y a la seccional Capital a no paralelizar reuniones con autoridades por fuera de esta Junta Interna”, un verdadero problema para la necesidad de fortalecer la organización de las y los trabajadores y el desafío de enfrentar lo que se viene.
La Verde y Blanca y la Granate una unidad fallida
Por su parte la Verde y Blanca que venía en roces con la Verde en la conducción de la Junta Interna en el último período, siendo cómplice de la política de inacción, recién a último momento tomó la decisión de romper sabiendo que era muy difícil ganar siquiera algún sector y exploró una unidad a la fuerza con la agrupación Granate que diluida aportó un par de candidatos a la lista.
Los resultados están a la vista, apenas sacó dos votos más que en 2018 cuando fue sola. Una unidad sin política alternativa y sin orientación hacia la lucha. La Verde y Blanca como conducción de la Seccional no se jugó a unificar la pelea de los sectores sino que pregonó una política de pelear sector por sector y sentarse a discutir con la gestión de cada lugar.
Párrafo aparte merece la agrupación Granate, quien en 2022 fue parte de la lista Multicolor levantando una política independiente de ambas Verdes y ahora terminó realizando una unidad floja de papeles y sobrada de oportunismo con la Verde y Blanca. En parte esto se da por la falta de una política unitaria real de la Multicolor hacia ese sector para retenerlos en el frente y discutir una política consecuente en lo cotidiano. Pero por otro lado el saldo de un frente a otro en este caso, casi diluyéndose en la Verde y Blanca y sin mucho argumento muestra la falta de orientación de esa agrupación en el organismo.
La Multicolor en su propia trampa
La lista Multicolor hizo la peor elección en el INTI. Está vez sacó un tercio de los votos que había sacado en 2022, pasó de 190 votos a 65. Una parte de eso se explica por la división de la agrupación granate, por la propia situación en la que tuvieron lugar: en plenas vacaciones de invierno dónde muchos trabajadores no están yendo al Instituto y también porque parte de las desafiliaciones eran votantes de la Multi.
El factor más importante está dado por la debilidad y ausencia de una oposición fuerte y desbordar en distintos ámbitos a la Junta Interna Verde y Verde y Blanca. La agrupación Naranja ya no es lo que era cuando fue conducción, está más debilitada y carga con un balance negativo de un sector de los trabajadores que inevitablemente se traslada al frente. Eso sumado a que cada una de nuestras organizaciones no logró tener un peso y desarrollarse en el último período y que las agrupaciones que conformamos la Multicolor a nivel general dentro del sindicato tampoco coordinamos política ni acciones para aprovechar la crisis de las Verdes en los distintos lugares y fortalecer una alternativa.
Todo eso se paga y habrá que sacar conclusiones rápidas para mejorar y representar de la mejor manera a los trabajadores ante los desafíos y peleas que se vienen en el Estado que con las medidas que toma el gobierno van a ser una moneda corriente. Por eso sería importante que de conjunto se haga un balance abierto a los compañeros e iniciar un llamado a redoblar la pelea por la reincorporación de los compañeros que faltan, exigir un aumento real de salario y rechazar de manera contundente el ajuste en el INTI y en todo el Estado nacional que llevan adelante Milei y su gobierno.
Ing. Natalia Cruz
Trabajadora del INTI en Química y Ambiente