jueves, 25 abril 2024 - 03:33

En Estados Unidos. A la espera de órdenes, Massa recibe nuevas felicitaciones de Georgieva

Como Cristina Fernández de Kirchner lo hizo hace unas semanas atrás, Sergio Massa recibió la bendición de otra de sus “jefas” políticas. Kristalina Georgieva, en la nueva estadía en Estados Unidos del ministro de Economía fue complaciente con el destacado cinismo que caracteriza al FMI.

La número uno del Fondo, en el marco de la Asamblea anual del FMI y el Banco Mundial dio una conferencia de prensa donde destacó que el equipo del tigrense “ha tomado muy en serio las responsabilidades”. Y remarcó: “Hemos podido finalizar con éxito la segunda revisión con mucha atención a la reacción de las medidas de políticas”. La repregunta, seguramente, no es un comportamiento que habitaba la sala donde se dio la exposición de Georgieva, porque ¿cuál es el éxito en que la mayoría de los salarios sigan por debajo de la inflación y continúen perdiendo en términos reales?

Lo repasado no fue lo único que comunicó la jefa de Massa, sino que también se animó a decir que su “compromiso es hacia el pueblo argentino” y lo que esperanes que “su gobierno realmente tome muy en serio la necesidad de controlar la inflación, de reducirla y ofrecer una plataforma que el crecimiento se acelere, y eso es lo que apoyamos en nuestro programa”. Jugar el rol del amo preocupado parece ser la tarea histórica del FMI. De más está decir que lo sostenido por su titular carece de cualquier argumento objetivo. El propio acuerdo de Facilidades Extendidas que la mayoría del Congreso (el Frente de Todos y Juntos por el Cambio fueron quienes revalidaron la deuda del gobierno de Macri) aprobó impone que el valor del dólar acompañe la inflación mensual. Un mandato que, como es sabido, retroalimenta el ritmo inflacionario por el que Georgieva dice estar preocupada.

Pero no todo termina acá. Quien tiempo atrás fue señalada como una nueva “compañera” para el peronismo se animó a decir lo siguiente: “Estamos totalmente conscientes de que hay presiones de parte del público que van en dirección contraria a lo que más le conviene; presiones de que se aumenten los gastos cuando no es algo que puedan pagar y cuando contribuye a la inflación”. Más claro, imposible. La “griega” quiere hacer creer a todos los trabajadores argentinos que el ajuste, como lo propone el proyecto de presupuesto que presentó Massa, es la receta que necesitamos para salir de la crisis actual. Lo cierto es que más ajuste sólo agravaría los dramas sociales y económicos del país.

Elogios a costa de sumisión y más deuda

Todo lo que cosecha Massa con el establishment estadounidense y los medios conservadores del mundo, como The Economist, quien indicó que “Massa es lo único que se interpone entre la Argentina y el caos”, sólo se comprende por el carácter entreguista del ministro. Horas antes de los elogios de Georgieva, el jefe de Hacienda destacaba nuevamente la deuda que consiguió destrabar con el director del BID, Mauricio Claver-Carone. De esta forma el gobierno tomó nueva deuda por US$ 700 millones con este organismo de crédito. Lo distintivo del nuevo endeudamiento es el barniz social que le quiere atribuir Massa, ya que en su cuenta de Twitter expresó que este préstamo sería para “proteger el gasto social a grupos vulnerables”.

Por más progresista que se quiera teñir, es obvio que el ministro opera como un funcionario de la Casa Blanca en nuestro país, con el respaldo de sus otros dos socios del Frente de Todos (Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner). Tal es la confianza de quien encarna el virreinato del FMI en el país, que ya se anima a afirmar que “las metas de reservas y de asistencia al Tesoro se cumplieron también en el tercer trimestre y sólo falta discutir con el FMI la meta fiscal”. Sin embargo, más allá de los elogios, con el Fondo nunca se sabe. Lejos de despejar el fantasma de un default, cada tres meses estamos a tiro del mismo.

Dentro de su agenda en este nuevo periplo en Estados Unidos, Massa también se dio el tiempo para acordar una próxima negociación con el Club de Paris. Cerró fechas para el próximo 27 y 28 de octubre para viajar a Europa y negociar una deuda de más de U$S 2.000 millones que el país mantiene con el grupo acreedor. El fin, como no es de otra forma, es ver de qué manera seguimos atado a otro organismo de crédito encabezado por países imperialistas que reclaman una deuda odiosa, proveniente de gobiernos dictatoriales.

Más muestras de entrega y de sumisión son imposibles de mostrar por parte del Frente de Todos. Es un gobierno de derecha en su forma y contenido, no queda discusión alguna. Solo la izquierda organizada en el FIT-Unidad es quien propone una salida diferente, promoviendo un default soberano, para dejar de pagar toda la deuda externa fraudulenta, principal responsable de la actual situación de crisis y miseria que vive el país.

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