jueves, 18 abril 2024 - 11:52

El poder del perro. Un retrato de transiciones cerca del Oscar

Con 12 nominaciones, la nueva criatura de la guionista y directora Jane Campion se coloca en el podio de los premios de la Academia de Cine y Arte de Estados Unidos.

Nacida en Nueva Zelanda, la realizadora construye sus trabajos con una mirada intimista y profunda. Recordar esa joyita de 1993 que fue traducida en nuestro país como La lección de piano con Harvey Keitel y Holly Hunter nos da la pauta sobre la estética y forma narrativa de Campion.

En El poder del perro el ambiente se puebla de macizos con formas caprichosas y la actividad ganadera a principios del siglo pasado, cuando la electricidad, el automóvil y el acceso a la educación superior trastocan la supuesta aquietada y conservadora vida de los pobladores de Montana.

La película está versionada sobre la historia de la novela homónima del autor Thomas Savage, que conmovió a la cineasta cuando la leyó.

Los hermanos Burbank llevan adelante un rancho ganadero a los pies de una cadena montañosa. El paisaje es de tal relevancia que título, trama y contenido están presentes en él.

No es la primera vez que el cine hurga en los vínculos entre varones en zonas alejadas y tradicionalistas de la América del Norte. Ya en Secreto en la montaña dos amigos vaqueros acceden a la pasión amorosa en una noche de camping.

Para ocultar su orientación sexual, Phil, uno de los Burbank que regresó de la universidad para criar vacas, dejó de bañarse, reivindica los modales groseros y es cruel con la mujer de su hermano George. Y éste que no pudo acceder a ese nivel educativo es más sencillo y sensible y no puede comprender a su hermano.

La tensión se tuerce con la llegada al rancho de Peter, el adolescente hijastro de George.

¿Qué sucede con el deseo cuando no está permitido? Así se va desmoronando un modelo de masculinidad retrógrada que no se sostiene y es a la vez la gran debilidad del personaje de Benedict Cumberbatch.

Como contraparte, la nueva generación encarnada en el joven trae la firmeza y constancia de las ciencias.

Más vale maña que fuerza encaja perfecto en esta dupla.

Un film desacelerado, intimista y seductor. Con una fotografía y música de excelente hechura, El poder del perro nos hace reflexionar sobre la necesidad de la deconstrucción para acceder a la vida plena.

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