miércoles, 24 abril 2024 - 10:57

Daniel Scioli, nuevo ministro. Matías Kulfas, desplazado del Ministerio de la Producción

No debí decir eso…

El día sábado 4 de junio, explotó una interna de larga data. El ahora ex ministro de Producción Matías Kulfas, uno de los mas apuntados por el sector kirchnerista, habría difundido un mensaje en off divulgando irregularidades en las licitaciones de la extensión de caños en Vaca Muerta. Respecto de ese acuerdo firmado con Paolo Rocca, desde el sector de Kulfas señalaron a CFK, haciendo alusión al “uso de la lapicera” que la Vice le habría exigido a Alberto Fernández.

“Información en OFF. La lapicera la tienen que usar los funcionarios de Cristina, que fijaron las condiciones para darle la construcción de las cañerías del gasoducto de Vaca Muerta a Techint. Es Integración Energética Argentina (IASA), con funcionarios designados por ella, quienes hacen las licitaciones. Los que no usaron la lapicera como corresponde fueron sus funcionarios de Ieasa”. Es el comienzo del mensaje que Matias Kulfas habría difundido a periodistas desde la cartera de Producción.

Llegado el medio día, la vicepresidenta hizo declaraciones por Twitter haciendo alusión al mensaje en off difundido por el ex ministro. Compartió un escrito del área de Energía que hicieron en la misma red social, en el que acusan a Matías Kulfas de armar operaciones de prensa para responder “en off, mintiendo y utilizando periodistas”.

Matías Kulfas

Alberto Fernández, al rato de lo sucedido, también hizo declaraciones por la red social del pajarito. Criticando duramente a los funcionarios que llevaban adelante esa modalidad de críticas. Una hora después, a través de la vocera presidencial, trascendió el pedido de renuncia a Matias Kulfas. “No fue un tema de on u off. Él dijo que había un negociado en la licitación de la obra emblemática del Gobierno, y este es un gobierno decente, transparente”, declararon desde la Casa Rosada.

Reviviendo a un muerto

Tras barajar diferentes nombres el mismo sábado, Alberto dejó trascender por la noche que el nuevo responsable de la cartera de Producción será Daniel Sciolli, actual embajador en Brasil con muy buenas relaciones con Bolsonaro. Sin ser parte de la interna actual, el ex gobernador de la provincia de Buenos Aires venía teniendo algunas apariciones públicas, aunque de poco vuelo, haciéndose ver en los últimos actos del oficialismo en primera fila. 

El retorno de Daniel Sciolli al país como parte del gabinete responde a la necesidad del peronismo de ubicar hombres “de gestión” al frente de distintas carteras en un momento donde el oficialismo no deja de perder terreno ante un plan de gobierno ajustador, inflación galopante y una pérdida del salario real que no para de crecer.

Está claro que por más caras que cambien al frente de los distintos ministerios, el problema no pasa por nombres o acercamientos a un sector del FdT o por un prontuario pejotista más extenso. El problema central del gobierno es de carácter estructural, donde priman los beneficios al FMI y a las grandes empresas por sobre los sectores populares y los trabajadores.

La salida que hace falta

No hay tregua en la disputa interna de la coalición gobernante, pero sí hay acuerdo en conseguir dólares para satisfacer las exigencias del FMI. Y en la profundización de un modelo extractivista y saqueador de nuestros bienes comunes. 

Desde el Ministerio de Producción se vienen llevando a cabo acciones en ese camino. Lo demuestra la mesa de diálogo que Kulfas llevaba adelante con las empresas megamineras, el avance en el intento de instalar las “off shore” en el mar argentino y, ahora, el debate sobre el gasoducto que nace en Vaca Muerta como el “tesoro” que tiene el país para explotar. Gasoducto que el gobierno ve como solución al problema del suministro local de gas y, ante la guerra que se desarrolla como consecuencia de la invasión de Rusia a Ucrania, una oferta para los países europeos que buscan dejar de abastecerse por la potencia de Europa del Este.

La solución está lejos del extractivismo y la destrucción total de nuestros bienes comunes. Lejos está de la contaminación sin precedente y de las medidas que viene llevando adelante este gobierno. Es imperioso anular el acuerdo con el FMI y no pagar un peso de la fraudulenta deuda. Utilizar ese dinero para solucionar los niveles de pobreza y desocupación que siguen en aumento, llevando adelante un plan de obras públicas que genere trabajo genuino para los millones de desocupados. Al mismo tiempo que se crean nuevos puestos de trabajo repartiendo las horas de trabajo y aumentando los salarios según la inflación real. Nacionalizando la banca y el comercio exterior y poniendo las acciones de gobierno para garantizar las necesidades de las grandes mayorías populares y no las ganancias de los grandes empresarios.

Nahuel Schiavoni

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