Tras denuncias de abusos sexuales a una niña bajo tutela del organismo en una residencia, el ministro de Justicia, Julián López, le pidió la renuncia a José Piñero, titular de la Secretaría. Este hecho viene a mostrar lo correcto de las denuncias que venían haciendo hace semanas les trabajadores de SeNAF sobre la precarización laboral y violaciones de derechos de les niñes y adolescentes.
Hace algunos días les trabajadores habían realizado presentaciones ante los organismos de protección de la infancia y los juzgados de menores por los repetidos incumplimientos de las autoridades. Una de las más graves situaciones que denunciaban era el vaciamiento del área penal juvenil y el uso de parte del Complejo Esperanza destinados a la contención de menores, para alojar personas que estaban recluidas originalmente en la UCA (Unidad de Contención al Aprehendido) del Servicio Penitenciario Provincial. Es decir, alojar a por lo menos treinta y seis presos comunes mayores de edad en un espacio correspondiente a la SeNAF. Esto luego de que apareciera un primer brote de casos de COVID-19 en el Complejo Esperanza, que comenzó luego del traslado al Complejo desde la UCA de un adolescente de 19 años mayor de edad.
La respuesta oficial firmada por el “equipo de conducción de la Secretaría”, es decir por el propio Piñero, fue una carta de la que se hicieron varios de los principales medios de la provincia. Allí señalaba como mentirosos a les trabajadores y decía que se trataba de una “disputa ideológico-política” y explicaba que toda su gestión desde 2016 había sido excelente y que los servicios de la SeNAF se habían expandido y crecido. Sin embargo, al verse acorralado cuando el ministro le pidió la renuncia este funcionario dejó ver todo su cinismo. En su carta de renuncia presentada al gobernador Schiaretti indicó “la reiterada falta de respuestas de parte del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos a los requerimientos emanados desde la Secretaría, destinados a cubrir las necesidades básicas de nuestras niñas, niños y adolescentes albergados en residencias y en centros socioeducativos, lo que ha sido reclamado incluso ante el Sr. Ministro del área, sin respuestas”. Y circuló públicamente un mail que Piñero le había enviado el 24 de septiembre al ministro señalando que en las residencias dependientes de la Secretaría no tenían frutas ni verduras, ni artículos de higiene personal y escaseaban los medicamentos.
Este hecho viene a poner blanco sobre negro lo que ocurre en SeNAF. Con funcionarios como Piñero y el propio ministro López a la cabeza, los derechos de les niñes y adolescentes están en riesgo permanente. Se demuestra además lo certero de las denuncias que vienen haciendo les trabajadores de la Secretaría y que el gobierno venía negando. A la vez, es un espaldarazo a su lucha por el cese de las persecuciones y aprietes, por la reincorporación de la compañera despedida y contra la precarización laboral. Lucha que debe triunfar, ya que como se ve a diario en todas las dependencias estatales, les únicos interesados en sostener el acceso a los derechos de la población son les trabajadores, y no los funcionarios del gobierno.
Iván Sosa