viernes, 29 marzo 2024 - 04:52

Congelamiento fallido. La Cámara de Comercio amenaza con el desabastecimiento

El inicio de la gestión de Roberto Feletti -nuevo secretario de Comercio Interior- representa todos los absurdos sobre la “alianza entre capital y trabajo”.  Su primera medida publicada en el Boletín Oficial, congelar los precios de 1.430 productos por 90 días para disminuir el ritmo galopante de la inflación, ya está fracasando. Parte del gran empresariado respondió; en voz del presidente de la Cámara de Comercio y Servicios, Mario Grinman, se advirtió la amenaza: “Va a haber desabastecimiento”.

Parche electoral  

Mientras la inflación del mes pasado alcanzó los 3,5 puntos y la de octubre se estima llegue a 4, junto a una inflación interanual del 52,5%, el gobierno busca, sin afectar los intereses del empresariado, poner un parche al aumento de la inflación. Intenta por vía de tal medida retrotraer los precios de 1.430 productos al 1 de octubre y congelarlos por 90 días. Un paliativo totalmente limitado para los sueldos e ingresos que vienen perdiendo mes a mes y que en promedio no llegan a ser la mitad de la canasta básica calculada por la Junta Interna de ATE-INDEC en $ 108.660.

Es grosera la muestra de defensa del empresariado por parte del gobierno, que pide sostenga sus ganancias por medio del aumento de la producción y no por vía del aumento de precios. Estas palabras dichas por Roberto Feletti en diversos medios tendrían que ser interpeladas por los siguientes interrogantes: ¿De qué forma?, ¿aumentando las horas de los trabajadores en planta?, ¿reformando convenios colectivos como en Toyota y obligando a trabajar hasta los días sábados? Parece que la precarización laboral sería la solución para detener la inflación por parte de un gobierno desorientado por un resultado electoral que, según muestran diversas encuestas, parece imposible dar vuelta.

Una alianza fallida

El pasado 16 de octubre, Cristina Kirchner, tal como señala Sergio García en un reciente artículo, remarcó que el capitalismo es “el sistema económico de producción de bienes y servicios que se ha demostrado más eficiente”. También se jactó de la estrategia del peronismo, aquella que busca “una articulación entre capital y trabajo”. Lo cierto es que el conflicto que se está desarrollando demuestra la imposibilidad de tal programa político. Las expresiones de La Cámara de Comercio y Servicios, amenazando con el desabastecimiento de productos, refleja la inconsistencia de poder recuperar la calidad de vida de los trabajadores, destrozada en el macrismo y los dos primeros años del gobierno que integra CFK, si se mantienen las ganancias del empresariado.

Dentro de los productos cuyos precios intentan congelar se encuentran los alimentos, un rubro que en los últimos años y pandemia mediante, como lo remarca la FAO, ha tenido un aumento récord. Pese a ello y a las ganancias extraordinarias que ha significado, no quieren acceder a una medida de este tipo, demostrando que el único interés es poder seguir acumulando ganancias siderales.

De todas formas, las declaraciones amenazantes no vienen de la nada y tampoco significan un “golpe de mercado”. Más bien se pueden leer de la siguiente forma: ante el giro a la derecha del gobierno y la permeabilidad a los reclamos de la burguesía -atendido incluso en almuerzos VIP-, ven la posibilidad de negarse a parches electorales como el que estamos mencionando. Y para ser más gráficos con el análisis que estamos haciendo, podemos recalcar que hoy en día el FdT tiene en su gabinete a un celador de los ingenios del norte. Manzur, así como se encargó de respaldar a empresas como Ledesma contra la ley de etiquetados, no dudaría en hacer lobby en defensa de las ganancias de una firma que en un año registró ingresos por $ 5.203 millones.

Un parate real a la inflación

En estos momentos, con un 40% de pobreza en todo el país, aplicar la ley de abastecimiento no puede ser ningún tipo de amenaza, tiene que ser la primer herramienta para terminar con la pérdida del poder adquisitivo salarial; también para terminar con la cartelización de las empresas. Es necesario la implementación de fuertes impuestos a las corporaciones que controlan la producción. Si hay empresas que con los registros repasados acusan no poder seguir funcionando, la solución está en requisar y estatizar esas firmas por demás rentables mediante control obrero.

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