miércoles, 18 diciembre 2024 - 18:45

Con empresarios. Guzmán y la rara fórmula de “tranquilizar la economía”

Mientras ayer el INDEC daba a conocer el nuevo IPC, el ministro de Economía, Martín Guzmán, se reunió con los empresarios que se nuclean en el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP). En una reunión de gala realizada en hotel Four Seasons con una entrada de un coste casi equivalente a cinco salarios mínimos, el encargado de la cartera económica se dirigió a su público con eje en la consigna de “tranquilizar la economía”.

Luego de ser presentado como el “(…) profesional notable en términos académicos cuyos antecedentes le dan prestigio a todo el país”, por parte del actual presidente de la UIA Funes de Rioja, el ministro comenzó su disertación. El mismo día en donde se supo que la inflación acumulada ya llegó este 2021 al 21,5%, Guzmán solo se atrevió a subrayarle a los empresarios que “si remarcamos precios en función de expectativas que no van, es posible que terminemos en un sendero muy alto que no le hace bien a nadie”. No fue todo el tibio “llamado de atención” a los remarcadores de precios, sino que instó a que colaboren en este sentido ya que desde el gobierno han “(…) encontrado una conducción muy responsable de parte de los sindicatos”.

Repasar lo comentado por Guzmán solo lleva a pensar que el gobierno está buscando recomponer la relación con un sector del empresariado, en términos políticos, de cara a las elecciones. La invitación de volver a subirse al barco del Frente de Todos es en pos de encontrar un equilibrio que, como lo remarcó el ministro, no solo se puede conseguir por medio de las direcciones burócratas de los sindicatos. No bastaron todos los ATP con los que le subsidiaron los salarios, por eso el ministro literalmente les explicitó que “la política macroeconómica la pensamos en forma integral, conducida por nosotros, que fuimos elegidos o el presidente y la vicepresidenta, los invitamos a todos a la concertación, bajo nuestra conducción y queremos que inviertan”.

El ministro de deuda

Como no podía faltar en el discurso de Guzmán, la deuda externa fue otro tópico al que hizo mención. Pareciera que, luego de la pelea intestinal en el gobierno con el subsecretario de Energía, Federico Basualdo, el ministro solo se aboca a negociar un nuevo acuerdo de deuda con los organismos internacionales.

La cena empresarial fue testigo del discurso de ajuste que imprime este ministro. Luego de haber recibido la bendición del Tesoro de EE.UU., dando su apoyo para una nueva negociación con el FMI, Guzmán recalcó que “hay que tener un crecimiento del gasto público en términos reales [ajustado por inflación] y al mismo tiempo ir reduciendo el déficit aprovechando la expansión de la recaudación en un contexto de recuperación, de modo que esa consolidación fiscal se vaya dando y el país pueda fortalecer la sostenibilidad de la deuda y nuestra moneda”. En síntesis, ante el aumento de la recaudación que se viene dando no puede existir un aumento en el gasto superior a la inflación proyectada, para así sustentar el pago de intereses y capital de la deuda externa. La reducción en las partidas de salud, el recorte de los IFE y las jubilaciones, grafican esta orientación digna de cualquier economista ortodoxo.

Una tranquilidad económica para el empresariado

Pese a que en esta misma reunión Guzmán haya alertado que “se están dadas las condiciones para que, con algunos vaivenes, la inflación se vaya reduciendo”, lo cierto es que los números de su Presupuesto 2021 quedaron totalmente desfasados. Con la inflación acumulada ya nos encontramos a tan solo un 7,5% del 29% proyectado. Para cumplir este objetivo, la inflación tendría que subir apenas un 1% en los meses restantes de acá a fin de año. Sin embargo, este 29% que va a ser superado no es un yerro o error de cálculo, más bien una política consciente con la que se buscó desde el gobierno cerrar paritarias a la baja de la inflación real, política que hoy licúa a salarios.

En este marco “tranquilizar la economía” no puede ser un pedido timorato a los empresarios que vienen ganando fortunas este año. El arreglo económico que tiene que ocurrir es aquel que parta por poner a los salarios en primer orden, para recuperar el poder adquisitivo después de llevar cinco años a la baja. La complacencia del gobierno con el empresariado demuestra que no hay margen de mejora con el Frente de Todos, en contraposición al desastre macrista. Variantes políticas de otro tinte, con una orientación en favor de los intereses de los trabajadores, como la que encarna el MST en FIT-U, apuntan a que “tranquilizar la economía” sea hacerle pagar la crisis actual a los ricos.

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