Los guionistas Nick Kroll y Andrew Goldberg presentan la versión menos dulce de la preadolescencia posible, en un relato sobre la pubertad y los monstruos hormonales que la gobiernan y dirigen
El objetivo de estos guionistas fue poner a la pubertad y todo su despertar explosivo en el lugar donde ellos realmente sienten que pertenece, a contramano de la cultura popular norteamericana que ha educado sentimentalmente a generaciones y que entiende la adolescencia como ese lugar de ensueño, lleno de nostalgia. Big Mouth nació en 2017 y el año pasado cuando tuvo que confirmar una tercera temporada, anunció también que la extenderían hasta una sexta.
Cuando imaginaron el show, lo pensaron como algo que a ellos y sus amigues les encantaría ver en televisión, y por eso lo basaron en sus propias adolescencias. Luego, se dieron cuenta que había muches chiques viéndolo, y consideraron que es genial para que no se sientan soles. Según dicen algunes espectadores, parece haber habilitado una serie de conversaciones familiares más descontracturadas.
Mientras más grande es el chiste, más posible es la identificación
En cada temporada, además del líquido seminal y escenas tan escatológicas como las de todo un verano en un campamento adolescente, también hay una serie de temas contemporáneos abordados desde el humor: la identidad racial en un Estados Unidos multicultural, el abuso sexual o la transexualidad en la infancia. Como si no tuvieran suficiente les protagonistas con la colección de monstruos de la pubertad que ya conocemos, llega Tito el mosquito… la ansiedad hecha insecto.
Las primeras temporadas fueron una mirada mucho más nostálgica a las infancias de los guionistas, pero ahora, se reinventaron. Les chiques de esta generación también están mirando el show, y entonces ahora les preocupa mucho más investigar sobre cómo es ser une chique hoy y que está viviendo une adolescente en el mundo moderno mientras crece. Así, esta temporada que se estrenó el viernes 4 de diciembre, ahondará en la ansiedad de crecer, madurar y encontrarse a sí mismes.
Esta serie, como también “sex education”, otra aclamada serie de Netflix, demuestran la avidez y la necesidad de les jóvenes de buscar series que identifiquen sus realidades y con las que puedan sentirse cómodos. Esto a priori remarca la importancia de la aplicación de ESI en todas las escuelas del país, para tratar de responder a las inquietudes que les chiques buscan en este tipo de programas, para seguir derrocando a los viejos paradigmas machistas y patriarcales y construir una sociedad más inclusiva donde lo común sea el expresar libremente todas las sexualidades.
Iara Saldungaray