viernes, 3 mayo 2024 - 01:55

Afganistán. Alberto, con los yanquis

Nos parece necesario llamar a la reflexión política a les compañeres peronistas, de centroizquierda o que se referencian en el Frente de Todos. El tema es lejano en distancia, pero decisivo: la dependencia o independencia de un pueblo respecto del imperialismo norteamericano. Importa a toda persona que valore de verdad la soberanía nacional o el antimperialismo.
En la web de la Cancillería pueden ver el comunicado oficial sobre la crisis en Afganistán: Información para la Prensa Nº 310/21, del 18 de agosto. Un texto corto, pero muy preciso.
Lo primero llamativo es el título: Declaración conjunta sobre la situación de Afganistán. La firman 21 países, entre ellos el nuestro y los EE.UU. Sí, la misma superpotencia que acaba de salir de Afganistán tras haber ocupado política y militarmente ese sufrido país durante dos décadas. ¿Y qué tiene el gobierno argentino para decir en común con Washington?

Un vasallo que defiende al amo

En el segundo párrafo, tras decirse “preocupados por las mujeres y niñas afganas”, los países firmantes llaman a “garantizar su protección” a “todos los que estén en posición de autoridad a lo largo de Afganistán”. ¡Invitan a esos mismos fanáticos religiosos antiderechos que son los talibanes a proteger a sus víctimas! Absurdo o hipocresía política, da igual.
En el tercer párrafo, los 21 países firmantes -repito, Norteamérica incluida- dicen “estamos preparados para proveer ayuda humanitaria y apoyo”. ¿No les suena a “misión de paz” o una de esas excusas para encubrir alguna nueva intervención, lo que desde ya debemos rechazar?
Pero lo peor de todo es el párrafo final: “Vamos a monitorear de cerca que cualquier gobierno futuro garantice los derechos y las libertades que se han convertido en una parte integral de la vida de mujeres y niñas en Afganistán en los últimos 20 años”.
Primero, ¿Quién carajo es EE.UU. para monitorear nada? Siguen creyéndose gendarmes del mundo, pero todos los pueblos los odiamos (por supuesto no al pueblo norteamericano, sino al gobierno y al Estado imperialistas).
Segundo y principal, ¿cómo que “en los últimos 20 años” hubo “derechos y libertades” para las mujeres y niñas? ¡Cínicos! ¡Las tropas yanquis y sus gobiernos títeres no sólo cagaron de hambre al pueblo afgano y saquearon sus recursos, sino que además cometieron violaciones y explotación sexual de mujeres y niñas, asesinatos, robos y todo tipo de atropellos contra la población civil! Con ese texto conjunto que da vergüenza ajena, de rodillas como un súbdito colonial, el gobierno de Alberto de hecho encubre la ocupación yanqui y todos sus crímenes.

Ni yanquis ni talibanes: libertad

Desde luego, criticar al imperio del Norte no implica minimizar en nada el horror talibán. Esos fundamentalistas islámicos son una lacra oscurantista antimujeres y anti-LGBTI+, una barbarie criminal que debe ser erradicada cuanto antes de Afganistán y de donde sea.
Y ojo: que nadie nos venga con que el canciller Solá se cortó solo con esta declaración-felpudo y que Alberto la ignora. La crisis afgana hoy es el eje de la agenda mundial, de modo que ninguna postura oficial al respecto sale sin el aval de la Rosada. Y con esa sumisión a los EE.UU. estamos al horno, porque se expresa también en honrar la deuda externa, aceptar los condicionamientos del FMI, ampliar los beneficios a las corporaciones y hasta cumplir los ejercicios militares conjuntos. Así no hay independencia económica ni soberanía política.
No hay por qué seguir tragando sapos. La salida es otra, por izquierda. Desde el MST en el Frente de Izquierda proponemos repudiar el rol yanqui en Afganistán, no reconocer y aislar al gobierno talibán, rechazar toda intervención extranjera y defender el derecho democrático del pueblo afgano a decidir su destino. A la vez, no confiar en ninguna “moderación” de la tiranía talibán, sino sólo en la resistencia de las mujeres y del pueblo afgano así como en la solidaridad de las mujeres, los jóvenes y los trabajadores del mundo.

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