Han confluido movilizaciones del Cabildo del Agua de Cuenca, de la CONAIE, del FUT y del Frente en Defensa de la Salud, Educación Pública, Trabajo Digno, Seguridad Social, Derechos Humanos y de la Naturaleza, y muestran que se está estructurando una oposición popular en contra del gobierno antidemocrático y neoliberal de Daniel Noboa. Las luchas del pueblo ecuatoriano, las protestas que llevan adelante indígenas, trabajadores y estudiantes son plenamente legítimas y justas. El gobierno de Noboa ha emprendido una loca carrera para implementar velozmente el modelo neoliberal según los dictados del Fondo Monetario Internacional: reducir la inversión estatal, despedir trabajadores públicos, aumentar los precios de los combustibles (el diésel fue solo la muestra más reciente), privatizar las empresas públicas y los recursos de todos los ecuatorianos, destruir la naturaleza en el altar del espejismo de la minería.
Pero este programa económico viene junto con la instauración de un régimen autoritario: militarización del país, sometimiento de todas las funciones e instituciones estatales a la voluntad del presidente, promulgación de leyes que le permiten espiar y perseguir sin orden judicial a luchadores sociales y opositores, aprobación de cambios electorales que recortan las posibilidades de representación democrática de la ciudadanía y tienden a concentrar la mayoría de representantes en uno o dos partidos. Pero la respuesta del gobierno ha sido la de siempre: reprimir, amenazar, calumniar y acusar sin pruebas, movilizar millares de militares y policías contra el pueblo, contra las comunidades, contra estudiantes, contra mujeres; detenciones arbitrarias, golpes, ocultamiento del paradero de los detenidos; inicio de juicios por “terrorismo”.
Y, a un costado, para comprar conciencias, compensaciones y bonos de ocasión, que no representan una política social sostenida, sino solamente parches y anzuelos para épocas de conflicto o electorales (o ambas ala vez, como en este caso). Noboa justificó su camino autoritario y represivo con el pretexto de la “guerra contra el terrorismo” del narcotráfico. Pero tras más de un año de guerra interna, la violencia narco y delincuencial no cede y, al contrario, se reproduce. En cambio, el Estado, los militares y policías, actúan con celeridad y violencia en contra del pueblo y de sus protestas. Para Noboa, la verdadera guerra es contra el pueblo. Solo la lucha y la unidad nos permitirán sobrepasar estas horas oscuras.
¡Viva la lucha del pueblo ecuatoriano!, ¡vivan las luchas de los defensores del agua y de la naturaleza, de los trabajadores, de los estudiantes, de los indígenas y de las mujeres!
Por Movimiento Revolucionario de las y los Trabajadores (MRT)
