miércoles, 12 marzo 2025 - 12:39

8 de marzo. Un día de lucha y resistencia en Argentina

El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, no pasó desapercibido en Argentina. Miles de mujeres y disidencias inundaron las calles en todo el país, con consignas claras y contundentes: “Milei se tienen que ir”,  “Fachos y dinosaurios ni cabida”, “Fachos y estafadores fuera”. Estas frases no solo reflejan el rechazo al recorte de derechos específicos al movimiento feminista y disidente y al discurso de odio del gobierno actual, sino también el descontento generalizado con el ajuste económico que afecta a toda la clase trabajadora y al pueblo argentino, que se suman a la criptoestafa, los jueces elegidos a dedo, el desastre en Bahía Blanca y todas las provocaciones que se lanzan desde la rosada. Un 8M cargado de bronca se recorrió las calles en nuestro país de forma masiva, aunque trataron de invisibilizar desde el gobierno y los medios.

Un gobierno que provoca y miente

Cada 8 de marzo es necesario aclarar que no queremos flores, queremos nuestros derechos, y desde los sitios oficiales surgen las “felicitaciones” y comunicados típicos que muestran la falta de comprensión del significado de esta fecha. El gobierno de Milei rompió todos los moldes. Ni siquiera cayó el formato tradicional y arcaico del saludito institucional. Temprano en la mañana, emitió un comunicado a modo de provocación, más en un contexto de ataques sistemáticos a las mujeres, las disidencias y, en particular, a las mujeres trabajadoras. El gobierno, que ha demostrado una y otra vez su desprecio por los derechos conquistados, optó por fingir demencia y lanzar un video que rápidamente se viralizó, convirtiéndose en meme y símbolo de su desconexión con la realidad.

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Este 8 de marzo no fue solo un día de conmemoración, sino también de denuncia. Las movilizaciones mostraron que el pueblo argentino no está dispuesto a aceptar pasivamente los recortes y el ajuste. Las calles fueron el escenario perfecto para unir a distintos sectores en lucha, desde jubilados hasta docentes, enfermeros y trabajadores de diversos gremios.

La movilización no tuvo la cobertura mediática que otras veces se le ha dado. Se intento invisibilizar la enorme cantidad de sectores que no solo estuvieron este sábado levantado nuestros reclamos específicos sino denunciando este gobierno. El 8M fue un canal para movilizar contra Milei y su ajuste.

La calle como espacio de resistencia

En Buenos Aires, a pesar de la lluvia y el mal tiempo, miles de personas recorrieron la ciudad desde temprano hasta bien entrada la tarde. La jornada no se limitó a una marcha, fue un espacio de encuentro, de mate compartido, de reflexión colectiva y de resistencia. La Plaza de Mayo y el Congreso fueron testigos de una movilización que trascendió lo simbólico para convertirse en una demostración de fuerza y unidad en la denuncia a este gobierno cipayo del poder.

Sin embargo, no todo fue armonía. La falta de un documento único, producto de la crisis interna del peronismo y la incapacidad de acordar una línea común dejó un vacío en la jornada. La desconcentración fue parcial, con gente yendo y viniendo de la Plaza de Mayo, mientras distintas organizaciones realizaban actos paralelos.  

La unidad que se consiguió movilizando con la misma cita no oculta las diferencias. Que no solo son de método, sino también sobre que feminismo construimos. Hoy mas que nunca es necesario organizar un feminismo de clase, que entienda que nuestra lucha por ejes específicos debe ser combinada con la pelea fondo junto a la clase trabajadora, y sin esta última, nuestras conquistas serán parciales. Insistimos en este elemento y en la necesidad de unir todas las luchas.

Por eso, Juntas y a la izquierda, se congregó frente a la Catedral, donde Cele Fierro sostuvo con claridad que hay que seguir movilizando y dedicar todas las fuerzas rumbo al 24 de Marzo, por la memoria, la verdad y la justicia para poder darle de verdad un golpe certero a Milei y su gobierno. 

Tensiones en la lucha

Aunque la marcha reflejó un cierto grado de unidad, también dejó al descubierto las tensiones entre los sectores que la conformaron. El PJ sindical, que desde hacía rato intentó imponerse como dueño de la convocatoria, abandonó el formato de acuerdos que caracterizó a movimientos como Ni Una Menos. En su lugar, optó por un bloque sindical que movilizó junto al PJ, pero sin lograr consensos con la izquierda y los sectores independientes.

Esto llevó a la formación de una columna independiente, encabezada por luchas emblemáticas como las de Bonaparte, Garrahan, Enfermería, la Comisión de familiares de Morvillo y de Shell, los docentes y los jubilados. Sectores que no eran incluidos en el “bloque sindical” porque el PJ decía que esas luchas están representadas en los sindicatos que marchaban ahí. Obvio eso no era así. El reclamo de miles es “plan de lucha”, “paro general”, para unir a todos los sectores que enfrentan despidos y ajuste de este gobierno. Esas luchas no ven que sindicatos como UPCN, o ATE, o la propia CGT, los defienda.

Así esta columna con los sectores en lucha que encabezaron el bloque de la izquierda e independientes, no solo buscó enfrentar al gobierno de Milei, sino también visibilizar las peleas en curso y los sectores que resisten el ajuste de verdad.

Queda pendiente una unidad democrática con búsqueda de consensos y por supuesto con una síntesis que pueda ser el mensaje para todos. La marcha unitaria fue contundente, miles en la calle contra Milei, pero nos falta darle forma a esa unidad. No solo de cara a nuestras fechas, sino como debate concreto sobre la salida a esta crisis y este gobierno.

Marzo: un mes de resistencia

El 8 de marzo no fue una jornada aislada y fruto de las convocatorias típicas de nuestro movimiento, sino parte de una agenda de lucha que se extiende a lo largo del mes. El próximo 12 de marzo, la jornada de acompañamiento a los jubilados será otro punto clave, desde diferentes sectores ya han confirmado su participación, no solo acompañando el reclamo justo de los jubilados, sino enfrentando la crueldad de la represión ordenada por Bullrich. Una mentirosa y nefasta ministra que se hizo la emotiva con Majul, otro hipócrita, por los sucesos en Bahía Blanca, pero mientras cerraron áreas sensibles como el servicio meteorológico, y la asistencia en desastres. Un gobierno que no empatiza ni con los abuelos, ni evacuados, ni familias que perdieron todo, menos con nuestros derechos. Por eso Milei y todos sus cómplices se tienen que ir. Y es en la calle donde podemos lograrlo.

Este marzo, continua por el 24, Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia. Esta fecha es un recordatorio que el pueblo argentino tiene memoria y no permitirá que el ajuste pase sin pena ni gloria. Por eso este 24 debemos inundar las calles, ser miles uniendo las luchas, que la CGT entrega. Y dando otra muestra de fuerza de nuestro pueblo.

Las movilizaciones masivas del sábado pasado en todo el país, con mujeres y disidencias a la cabeza, demostraron que la resistencia está más viva que nunca. A pesar de las diferencias internas y las tensiones políticas, la calle sigue siendo el espacio donde se construye la lucha colectiva. Este 8 de marzo no fue solo un día de reclamos, sino una muestra de que, es posible enfrentar al ajuste y defender los derechos conquistados.

El 8 de marzo dejó en claro que, en Argentina, la lucha por la igualdad y la justicia no se detiene. Las mujeres y disidencias, junto a toda la clase trabajadora, siguen siendo el corazón de la resistencia. Aunque el camino está lleno de desafíos, la unidad en la diversidad y la fuerza de las movilizaciones son una luz de esperanza en tiempos de ajuste y recortes. La calle es y seguirá siendo el espacio donde se escribe la historia.

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