viernes, 14 marzo 2025 - 09:23

Contra Milei y contra la burocracia. ¿Qué Lista Multicolor necesitamos en CONADUH para cambiar el rumbo?

En el mes de marzo habrá elecciones en la Federación. A una semana del cierre de listas y partiendo de acuerdos importantes, surgen una serie de debates, diferencias y matices en la orientación y el perfil de la Multicolor. A continuación, desarrollamos nuestra posición desde Alternativa Universitaria, conducción de SITRADU y con participación en diversas asociaciones de base del conjunto del país.

El plan de guerra de Milei contra la universidad

La universidad pública argentina está bajo ataque. Desde que asumió Milei, el ajuste sobre el sistema universitario ha sido brutal: congelamiento de un presupuesto ya atrasado, recortes en ciencia, investigación, becas y comedores, desmantelamiento del CONICET y una ofensiva contra los salarios docentes. Todo esto con el telón de fondo de su objetivo estratégico: la privatización y el arancelamiento de la educación superior. Es la refracción reaccionaria en la educación, la investigación y la ciencia.

A esto se suma la persecución ideológica, con la excusa del “adoctrinamiento”, y el intento de frenar cualquier respuesta organizada. Pero la comunidad universitaria no se quedó de brazos cruzados, hagamos un repaso de lo que significó el primer año de combate de la comunidad universitaria y sus direcciones.

Desde principio de año la respuesta de la comunidad educativa fue contundente. La docencia, junto a no docentes y el activismo estudiantil combativo, respondió con asambleas, encuentros y movilizaciones históricas. El punto de inicio, la impactante movilización del 23A marcó una tendencia de lucha que se iría profundizando a lo largo del año. Estaban ocurriendo dos fenómenos en paralelo: mientras la movilización colmaba las calles y ponía contra las cuerdas la política del gobierno, en las oficinas los decanos y la dirigencia sindical negociaba acuerdos con el gobierno salvando sus propios intereses y dándole la espalda a una comunidad educativa que estaba dispuesta a darlo todo en defensa de la educación pública. El otro punto de inflexión fue el veto de la Ley de Financiamiento Universitario, este fue el punto más alto que llegó con las tomas en facultades de todo el país, un proceso que desbordó a las burocracias sindicales y mostró que cuando la base se organiza, se pueden arrancar conquistas. El aumento de la garantía salarial, aunque insuficiente, fue un reflejo de esa presión. Entonces, ¿Por qué no se pudo derrotar la política del gobierno? ¿Les faltó contundencia o apoyo social a las medidas de lucha? La respuesta es simple: no. Si el problema no estuvo en la fuerza de la movilización, tuvo que haber estado en la conducción de esa fuerza. Veamos entonces cómo actuaron las conducciones sindicales en general y nuestra Federación en particular.

Las direcciones sindicales: un freno para la lucha

A pesar de esta fuerza, las direcciones sindicales jugaron un rol nefasto. La conducción de CONADU Histórica, en lugar de ponerse al frente de la lucha, se subordinó una y otra vez a un frente sindical atado a los rectores y las direcciones más burocráticas. Es decir: en lugar de diferenciarse de las direcciones entreguistas, la mayoría de la conducción de CONADUH prefirió actuar como la rueda de auxilio de la estrategia burocrática. En los hechos, esto significó desactivar la movilización. En línea con el rol del llamado “progresismo” que se expresa en el PCR, la corriente de Cachorro Godoy, en cada gremio que actúa, y con los dichos de Máximo Kirchner que en esos mismos días en un “acto opositor” le sugería a la militancia que “no tenía que enojarse con el veto” ya que el mismo “era una facultad del presidente”, construyeron toda una articulación coherente que terminaba en la estrategia de desarticular y desactivar el conflicto.

Ejemplos sobran. Desde aceptar el cambio de fecha de la primera marcha universitaria impuesto por el CIN, hasta intervenir en las asambleas interclaustros para frenar las tomas con maniobras e incluso amenazas. El punto más escandaloso fue el final de año: mientras las asambleas interclaustros e interfacultades votaban acciones contundentes, la conducción de la Federación armó un plenario con la otra CONADU donde se bajó una fecha de lucha sin debate real. Después, en un intento de vaciar la movilización, boicotearon la marcha del 12 de noviembre y prometieron un acto central que nunca existió.

No se puede seguir con una Federación que frena más de lo que organiza. Es urgente que CONADU Histórica se transforme en una herramienta real de lucha, que canalice la bronca y no la diluya.

Que la Multicolor sea una verdadera alternativa

En este cuadro la Lista Multicolor tiene la posibilidad de convertirse en una verdadera alternativa a la actual conducción. Partimos de un piso de acuerdos programáticos, que ha servido de base para un reagrupamiento de las principales organizaciones universitarias combativas, entre ellas nuestra propia organización, Alternativa Universitaria -actual conducción de SITRADU-, con extensión a lo largo del país y participación en varios gremios de docentes e investigadores. Sin embargo, consideramos que en el conflicto del último año podría haber jugado un papel de mayor protagonismo en la articulación con los sectores combativos del movimiento estudiantil y en la coordinación del proceso de lucha. Sobre todo, en las semanas posteriores al veto de Milei, cuando el movimiento por abajo desbordaba todas las direcciones tradicionales, se autoconvocaron asambleas en las facultades, estuvo planteado construir una articulación alternativa a la de los gremios burocráticos y, desde nuestro balance, faltó voluntad por parte de la lista para ocupar ese papel. Evidentemente, en la lucha por la defensa de la educación pública, en el movimiento estudiantil está surgiendo una nueva vanguardia que puede convertirse en un sector dinámico en el enfrentamiento con el gobierno nacional, partiendo de la defensa de la educación pública, pero cuestionando todo su modelo de conjunto. Frente a las direcciones tradicionales y burocráticas que buscan la desarticulación del cuerpo universitario, sobre todo cuando son desbordadas, la tarea que queda pendiente, que nos debe diferenciar de la actual conducción y que consideramos el camino para convertirnos en una real alternativa es la articulación de los sectores en lucha a través de métodos democráticos y política de base. Esta fue nuestra propuesta y política de ese entonces y es apropiado hacer los balances correspondientes intentando sacar las conclusiones que nos permitan actuar distinto en el próximo periodo, proyectando que mientras haya un gobierno reaccionario en el poder, el conflicto universitario continuará. Es por esto que en el marco de la elección de la Federación y partiendo de un acuerdo programático importante, discutir estos aspectos es fundamental para definir un perfil y una orientación que le permita a la Lista cumplir con los objetivos que se propone: convertirse en una alternativa combativa para la docencia universitaria.

En este sentido nos parece necesario combinar continuidad con renovación, que lejos de balancear a compañeros individualmente, hay un proceso de recambio generacional que tiene que verse reflejado en las vocerías y ubicación en las listas.

Por esto, la Multicolor tiene que lograr integrar a uno de los sectores más atacados, junto a la universidad, la izquierda, y los activistas combativos del campo político y gremial, que son las compañeras trabajadoras mujeres, precarizadas, que, como mencionamos, vienen siendo uno de los blancos elegidos por Milei, junto a la comunidad LGBTTQ+, para el bombardeo ultrarreaccionario. De hecho, venimos de una marcha el 1° de febrero que significó un revés muy duro a la agenda reaccionaria del gobierno nacional. Este aspecto junto a la juventud y renovación, combinada y en síntesis con lo acumulado y la continuidad tiene que ser parte de lo nuevo que exprese la Multicolor en el próximo periodo.

Debemos lograr una lista que, en las primeras ubicaciones, en las vocerías principales, además, refleje el proceso más nacional y federal que expresó la lucha contra Milei y la construcción de una alternativa. En ese sentido, la conducción joven que encabeza SITRADU es una referencia de la nueva camada de docentes e investigadores que despunta en la construcción de la Multicolor y por eso entendemos que, desde ese punto de vista, y por acumulación, representatividad y balance, sería un error postergarla en el armado. Indudablemente estamos a pocos días del cierre de la lista, sería equivocado que la Multicolor no logre un acuerdo que la presente de una forma que garantice la unidad de este armado, que ha significado una conquista para toda la docencia y la investigación y, al mismo tiempo, más errado sería no contemplar lo que para nosotros significa avanzar en fortalecer el perfil, la perspectiva y la orientación que CONADUH necesita en estos términos.

A su vez, este cambio no es solo de nombres, sino de métodos. Necesitamos una conducción que rompa con la lógica burocrática, que democratice las decisiones y que garantice que sean las bases las que definan el plan de lucha. Porque somos los docentes más precarizados, los jóvenes, las mujeres y disidencias quienes sufrimos el ajuste con más crudeza. Y al mismo tiempo, somos quienes estamos en la primera línea de la pelea.

Desde SITRADU (Sindicato de Trabajadores de la Docencia Universitaria de Entre Ríos) venimos demostrando que otra forma de construir es posible. Con una conducción mayoritariamente femenina y joven, impulsamos asambleas interclaustros y garantizamos un sindicato sin pisos para las minorías ni techos para el cupo. Así logramos poner a SITRADU al frente de la lucha, enfrentando a decanos, al rector y al gremio perteneciente a la otra CONADU. Prueba de esto es que en las dos grandes marchas universitarias del año logramos que no se leyeran documentos impuestos desde arriba (como el del CIN), sino declaraciones construidas en conjunto con todos los sectores.

La fuerza para recuperar la Federación existe. Ahora, necesitamos listas combativas, democráticas y representativas de las luchas que dimos en las calles y en las aulas. Para esto hay que dejar de lado las mezquindades y especulaciones por tener un lugar más o uno menos y apostar a la discusión franca y amplia de quienes ponemos día a día el cuerpo contra el plan de guerra que Milei ha desatado y sostiene contra las universidades públicas, las mujeres, las disidencias, las y los trabajadores, nuestras libertades democráticas y las conquistas que hemos arrancado en las calles.

Alternativa Universitaria

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