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Despidos, denuncias y amenazas de privatización, combo de ajuste con el que Milei ataca a Aerolíneas Argentinas e Intercargo.
Desregulación, despidos y ataque mediático
Continúa la avanzada del gobierno contra Aerolíneas Argentinas y los trabajadores aeronáuticos. En este nuevo capítulo, se encuentra Intercargo, empresa de mayoría estatal que brinda servicio de rampa en Aeroparque y los principales aeropuertos del país, en el centro del debate.
La Asociación de Personal Aeronáutico (APA) denunció que la empresa “decidió despedir arbitrariamente y sin causa a un trabajador de la base Aeroparque“. Como respuesta, el sindicato realizó una medida de lucha durante el pasado miércoles.
El gobierno no tardó en accionar una campaña mediática donde tildó a la medida como “paro salvaje” y difundió que los trabajadores habían dejado “encerrados” a los pasajeros, señalándolos como “terroristas”. Posteriormente, el vocero presidencial, Manuel Adorni declaró: “se va a desregular el servicio de rampa y terminar con el monopolio de Intercargo”. También auguró que “este es el fin de Intercargo como lo conocíamos hasta ahora”.
No fue el único miembro del gobierno que salió a realizar declaraciones al respecto, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, sostuvo que “la PSA queda a partir de este momento habilitada para descargar de forma inmediata el equipaje de las aeronaves retenidas en Aeroparque, mientras dure esta huelga brutal de trabajadores de rampa de Intercargo”.
La ministra continua el show con la policía incluso el jueves cuando la medida de lucha ya se había terminado, además amenazó: “presentamos una denuncia penal por abandono de persona y ya está la PSA en Aeroparque con los micros preparados para sacar las valijas de las bodegas y la Prefectura como fuerza de resguardo”.
Por su parte, el ministro de Desregulación y transformación del Estado, Federico Sturzenegger, quien está trabajando la desregulación del sistema de rampas declaró: “En los aeropuertos pequeños será el propio operador el que va a definir qué necesitan para operar. Eso va a permitir que incluso estos servicios de rampas los ofrezcan empresas locales. En Villa María, por ejemplo, pueden aparecer ofertas de servicios locales. Estoy seguro de que van a aparecer muchas empresas”.
Este viernes, luego de que la empresa anuncie el despido de 15 trabajadores que participaron en las medidas de lucha, la Asociación de Personal Aeronáutico (APA), la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA) y la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) sostendrán una reunión con el gobierno, que amenaza con comenzar el protocolo preventivo de crisis.
“Vamos a ir por la privatización y si no se da la privatización, intentaremos que los empleados acepten la administración de la empresa. Y si no la aceptan, se cerrará“, informó antes de la reunión el secretario de Transporte, Franco Moggeta.
El topo en el Estado
La responsabilidad de las demoras en los traslados aéreos es exclusiva de un gobierno que, cual topo en el Estado, persigue la destrucción de los distintos espacios estatales. La desregulación que plantea Sturzenegger donde sería “el propio operadorel que va a definir qué necesitan para operar” solo flexibiliza los derechos laborales y hace más inseguro el servicio aéreo.
Los modelos low cost son la prueba de cómo funciona un servicio desregularizado en lo absoluto, Flybondi y otras empresas terminan suspendiendo vuelos constantemente, sin necesidad de ningún paro “salvaje”.
Por otro lado, el propio CEO de Flybondi, Mauricio Sana declaró en favor de aerolíneas y los servicios estatales: “yo soy un defensor de que esa capacidad tiene que estar, porque no podemos dejar al 50% de los pasajeros que están volando en Argentina sin poder volar, porque hoy no hay más aviones”, además sostuvo que no hay manera de trasladar esa cantidad de pasajeros “en el corto plazo”.
Otra vez hay que defender lo obvio, en este caso la importancia de una aerolínea de bandera que genera dólares para el país y vuela a 22 ciudades, donde no llega ninguna otra aerolínea. También contra el desguace de Intercargo, empresa superavitaria que controla la seguridad de embarques y traslados. La misma funcionaría incluso mejor si fuera 100% estatal y con control de sus trabajadores.
Denunciamos los despidos, la persecución sindical y la amenaza de militarización de Bullrich. A su vez señalamos que es necesario unir las luchas de cada sector en un verdadero paro nacional y plan de lucha con continuidad, el cual las centrales vienen pateando y actuando de modo cómplice con el ajuste.
No serán los apagones de 10 minutos de la CGT quienes den vuelta el plan macabro del gobierno, sino la unidad en las calles con fuertes medidas de lucha a lo largo y ancho del país.