sábado, 23 noviembre 2024 - 06:57

Narrativa migrante y literatura poscolonial. La nueva red mundial

En la segunda parte del artículo Narrativa del tercer milenio mencionamos la literatura migrante como una de las novedades del siglo XXI. En este artículo profundizamos este tema dada su importancia en el contexto cultural actual.

El mundo capitalista globalizado se empeña en poner a miles de millones de personas en el mismo rango, borrando las fronteras y las distancias: ha creado una unidad social y económica a escala planetaria entre las y los trabajadores y las masas populares envolviendo a todos en una gran red mundial. Esta unidad que otrora ni hubieran soñado Marx y Engels, la creó este capitalismo de la decadencia, de fin de ciclo, de derrumbe sistémico, de avance de la barbarie y desintegración de la civilización. La globalización ha unido a los trabajadores del mundo pero no para vivir mejor o ser más libres sino para mejor crear infinitas ganancias. Pero los resultados económicos y sociales muestran que no se ha superado la crisis del 2008 aún con esta superexplotación mundial. La tensiones interimperialistas y las guerras, crisis y polarización demuestran que esta maquinaria perversa está lejos de brindar los resultados que se esperaba, mucho menos para las masas. Claro que no es gratis esta homogeneización global. En el plano de la cultura ha operado como un revulsivo para la expresión de corrientes y tendencias literarias que expresan la protesta social, la lucha contra el racismo y la xenofobia, contra el fascismo y contra las masacres como la actual de Palestina en Gaza y el Líbano. Estas corrientes pueden agruparse en dos grandes ramas interconectadas entre sí que son la narrativa migrante y la literatura poscolonial.

En este artículo vamos a presentar un pantallazo de estas corrientes y sus autores y obras más representativas.

La narrativa migrante

Cuando se habla de narrativa migrante en general se hace referencia a las historias y relatos de personas que se desplazan de un país a otro, ya sea por motivos económicos, políticos, sociales o personales. Estas narrativas a menudo exploran experiencias de desarraigo, búsqueda de identidad y la lucha por pertenecer. Pero también expresan una denuncia -explícita o implícita- de las condiciones de vida, las vejaciones y las penurias que sufren estos grupos trashumantes. De algún modo reflejan lo que el periodismo internacional o los medios de comunicación no dicen. Lo interesante es el modo en que lo manifiestan porque en la mayoría de los casos lo expresan a través de la ficción.

Sus temas recurrentes son: la identidad y pertenencia; la lucha por encontrar un lugar en el que sentirse en casa, a menudo mediada por la cultura del país de refugio como el caso de los argelinos y senegaleses en Francia, o los pakistaníes en Inglaterra o los “hispanos” en EEUU. El desplazamiento y el trauma: las experiencias dolorosas asociadas a la migración, como la separación de la familia y la nostalgia. La diversidad cultural: La intersección de diferentes culturas y cómo estas influyen en la identidad del migrante. Todo esto sumado a vejaciones, superexplotación y una especie de genocidio larvado o encubierto en ciertas regiones de Europa.

Sus  escritores y escritoras más representativas como Chimamanda Ngozi Adichie (Nigeria), Junot Díaz  (Dominicana) y Valeria Luiselli (México) han abordado temas migratorios en sus obras, aportando diversas perspectivas sobre la diáspora y la multiculturalidad.

Las obras de estos autores recorren diversos países y son traducidas a múltiples lenguas. Citamos acá la más trascendentes pero existen multitud de ellas que hoy pueden conseguirse en grandes librerías o pequeñas librerías o también en las redes de venta de libros digitales como Amazon:

Americanah de Chimamanda Ngozi Adichie (2013)  explora la experiencia de una joven nigeriana que se muda a Estados Unidos y sus reflexiones sobre raza, identidad y amor. El ladrón de bicicletas de Junot Díaz (2000) una colección de cuentos que retrata la experiencia de los dominicanos en Estados Unidos. La tierra de la gran promesa de Valeria Luiselli (2016)  describe el viaje de una niña migrante a través de México y su búsqueda por entender su identidad y su lugar en el mundo. El camino de regreso de Yaa Gyasi (2016)  un relato que aborda la historia de una familia ghanaense a lo largo de varias generaciones y sus experiencias de migración y El regreso de Ahmed Saadawi (Irak) (2019) explora el regreso de un migrante a su tierra natal y los efectos de su experiencia en el extranjero.

La literatura postcolonial

La denominación de literatura poscolonial se refiere a las obras escritas por autores de países que han pasado por procesos de colonización. Este tipo de literatura a menudo critica las estructuras de poder colonial y examina sus efectos en las culturas y sociedades postcoloniales. Es una literatura cuyas raíces habría que buscarlas en los años de la posguerra mundial en las luchas de liberación nacional en África, en la luchas semejantes del Asia indochina (guerra de Vietnam, Camboya, etc.), la Intifada en los 80 y otros procesos de los países periféricos pero que ha cobrado especial vigor tras la caída del Muro de Berlín y el mundo globalizado del siglo XXI.

Son sus temas principales: el colonialismo y sus legados; la exploración de cómo el colonialismo afecta a las identidades culturales y a las relaciones de poder. La hibridación cultural: la mezcla y el choque de culturas que surgen de la colonización y cómo esto moldea la identidad. La resistencia y voz: el uso de la literatura como forma de resistencia contra las narrativas hegemónicas impuestas por los colonizadores.

Los autores contemporáneos incluyen escritores como Salman Rushdie (India/UK), Ngũgĩ wa Thiong’o (Kenia) y Suheir Hammad cuyas obras han sido influyentes en la literatura postcolonial, abordando temas de identidad, cultura y resistencia. Entre los textos más destacados encontramos:

Los versos satánicos de Salman Rushdie (1988)  aunque publicado a finales del siglo XX, su relevancia persiste; aborda temas de identidad y la experiencia de la diáspora. El distrito de la muerte de Ngũgĩ wa Thiong’o (2005) una novela que reflexiona sobre la historia colonial y la lucha por la libertad en Kenia. Cuerpo de letras de Suheir Hammad (2005)  una colección de poesía que examina la identidad cultural y la experiencia de ser palestina en diáspora. El país de las mujeres de Gioconda Belli (Nicaragua) (2000)  aborda cuestiones de género y el impacto de las estructuras coloniales en la identidad femenina.

Otras obras: Cuentos de la frontera de Sergio González Rodríguez (2009) son relatos que reflexionan sobre la migración hacia Estados Unidos desde México. El viaje de Ranjit Hoskote (2021) es un libro poético que examina el acto de migrar y sus implicaciones culturales y personales. La chica del tren de Paula Hawkins (2015)  si bien es más un thriller psicológico, toca aspectos del desplazamiento y la búsqueda de identidad.

Conexiones entre ambas narrativas

En el siglo XXI, estas dos corrientes literarias han comenzado a entrelazarse. Muchos autores migrantes provienen de contextos postcoloniales, y sus obras a menudo reflejan la complejidad de la experiencia migrante en el contexto de herencias coloniales. El diálogo entre la narrativa migrante y la literatura postcolonial permite una comprensión más profunda de las dinámicas de poder del capitalismo global.

Tanto la narrativa migrante como la literatura postcolonial destacan las luchas de las identidades en movimiento y la búsqueda de significado en un entorno marcado por las huellas del colonialismo. Estas voces, en el siglo XXI, son cruciales para entender la realidad contemporánea y el impacto de la globalización en las relaciones humanas y culturales.

De la periferia al centro: un feed-back interminable.

Los autores de los países liberados del yugo colonial pero que aun conservan sus estructuras sociales, económicas, políticas y culturales subyugando a las y los trabajadores como en el caso de la persistencia del racismo en Sudáfrica, la pobreza y la superexplotación de trabajadores y trabajadoras, de la tremenda opresión de las mujeres en países del África subsahariana como Kenia, Gana, Congo, Costa de Marfil y Senegal entre otros, que se prolonga en numerosos femicidios, trata de blancas, trafico de niños para redes de pedofilia, etc., derraman su influencia sobre los migrantes o sobre las generaciones de jovenes escritores, estudiantes e intelectuales de etnias africanas, asiáticos y de Oceanía que han nacido y viven en Europa y EEUU. La red de interconexión entre estas corrientes literarias y culturales -que también se expresa fuerte en el cine y la música- ha creado un ida y vuelta que se profundiza cada vez más dando obras maravillosas que en muchos casos merecerían el Nobel o premios importantes (algunas los reciben) como el reciente caso de la surcoreana Hang Kan o como los ya célebres británicos asiáticos como Kazuo Ishiguro o el del descendiente pakistaní Hanif Kureishi cuyas obras son prodigios de la escritura creativa. Y por supuesto no se puede obviar a ese genio británico-japonés injustamente apartado del Nobel como Haruki Murakami. La literatura va dejando progresivamente el centro y va hacia la periferia y vuelve a él. Si bien la literatura norteamericana e inglesa han sido y son una fuente de obras brillantes y son quizás la máxima expresión de este arte junto con España y los países de habla hispana, Francia e Italia hoy los países periféricos ya no tienen nada que envidiar. En breve desarrollaremos la literatura poscolonial en Sudamérica con foco en Bolivia, Perú y Ecuador que hoy son una usina de gran literatura latinoamericana que aborda temas de migración, discriminación, xenofobia y explotación de la clase obrera y las masas.

Los intelectuales capitalistas de los países centrales están en crisis y así como el capitalismo imperialista no tiene más futuro que la barbarie, el único futuro intelectual de la humanidad está en las clases trabajadoras. Si antes había un monopolio de la literatura en los países centrales hoy son los países periféricos junto con las corrientes migratorias las que crecen y avanzan en este desarrollo cultural. Las razones las creó el propio capitalismo e imperialismo. La red mundial liberó a la literatura del chauvinismo, de las fronteras políticas, las del idioma y las culturales. La cultura literaria será internacional o no será.

Orlando Restivo Rasón

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