El pasado viernes 27/9 hubo una reunión paritaria virtual entre la conducción de UTA con Roberto Fernández y Jorge Kiener a la cabeza y las 5 cámaras patronales. Esta reunión tendría que haberse realizado en agosto. Hubo una negativa de la parte patronal a discutir recomposición salarial con la total complicidad del gobierno nacional. Roberto Fernández, como es habitual lanzo un paro de 48 horas para el lunes 30 de setiembre y el martes 1 de octubre. Una convocatoria que fue se solo un amague como los que acostumbra este personaje. Y como siempre, se quedó solo con el amague.
Al poco tiempo de que la UTA convoca un paro, la Secretaria de Trabajo dicta conciliación obligatoria y al mismo tiempo la UTA la acata. Una película demasiado repetida.
Una vez más la convocatoria quedó en el aire ante la conciliación obligatoria pedida por las cámaras empresarias que mientras tanto se disputan entre los distintos sectores que la componen quién se queda con la mejor tajada de los subsidios y del brutal tarifazo con el que Milei y su motosierra castiga al pasajero y al pueblo trabajador, que viaja peor que nunca, con cada vez menos frecuencia, hacinado y en cachivaches móviles y que esta semana por falta de la cabina blindada dejo dos compañeros heridos, uno en Solano (línea 239) y otro en Josè C Paz (línea 391).
No es una agachada cualquiera la de la conducción de UTA, porque con el cobro del mes de setiembre los choferes volverían a cobrar el salario de diciembre de 2023 que venía maquillado con 250.000$ no remunerativos, que no se computan para aguinaldo ni vacaciones y no están incorporados y pondría a la UTA por fuera de una acción conjunta de la mesa nacional del transporte en solidaridad con los trabajadores de Aerolíneas y contra la vuelta del impuesto a las ganancias, justamente cuando hace falta más que nunca salir a enfrentar a este gobierno liberfacho en unidad, con consulta y democracia sindical. Fernández y la UTA siempre de espaldas a los trabajadores.
Sergio Paz