El festejo del gobierno duró poco, un día después de haber logrado ratificar el veto al aumento jubilatorio, se llevo una doble derrota en la Cámara Alta.
Toma y daca
Este jueves se realizó una sesión en el Senado que debatió tres temas claves: la ley de financiamiento universitario, el proyecto de boleta única de papel y el rechazo de la Cámara a los fondos secretos de la SIDE.
La ley de financiamiento universitario fue aprobada por una amplia mayoría de 57 votos a favor, 1 abstención y 10 en contra. Entre quienes votaron en contra están los 7 libertarios y 3 senadores del PRO. El proyecto, que según la Oficina de Presupuesto del Congreso necesitaría 0,14% del PBI, es decir, 780 mil millones de pesos, será vetado por Javier Milei.
El rechazo al decreto que establecía 100 mil millones de pesos como fondos secretos también fue votado por mayoría, el mismo no iba a ser parte del debate ese día, pero logró colarse y dar como resultado 49 votos a favor, 11 en contra y 1 abstención. Votaron en contra del rechazo, los diputados de La Libertad Avanza, tres del PRO y el converso Kueider de Entre Ríos. De esta forma, se rechaza finalmente el decreto.
El oficialismo no quería terminar el día solo con derrotas, así que logró votar la boleta única de papel. Este proyecto se aprobó con 39 votos a favor y 30 en contra, todos miembros de UxP. El mismo volverá a la Cámara de Diputados, ya que sufrió modificaciones.
Esa mancha no se borra más
El gobierno sacó de la galera una propuesta de sesión secreta para seguir dilatando el debate para los fondos reservados para la SIDE, la mayoría de los bloques habían acatado pero el escándalo que significó la venta de votos radicales durante la sesión de diputados del miércoles, obligó a la UCR a insistir junto a UxP para que se trate en esta sesión.
“Hoy el gobierno va a recibir dos derrotas”, se escuchaba por parte de la bancada radical hacia el oficialismo. Que inflaron pecho luego de un día de votaciones donde todos sus senadores votaron lo mismo.
Lo cierto es que haber votado de esta forma no los exime de la vergüenza de la que hicieron gala tan solo unas horas antes. Sostuvieron sus votos y se mostraron “duros” ante el gobierno luego de ser parte de la entrega a los jubilados.
No es un caso aislado, a lo largo de la historia reciente de nuestro país el radicalismo ha avanzado sobre las jubilaciones y los derechos laborales. Lo hizo en el 2001, con la baja del 13%, también en el 2017, con la reforma previsional de Macri, y ahora muestran su complicidad al no poder sostener siquiera el insuficiente proyecto de aumento a las jubilaciones.
Te puede interesar: Radicalismo. Se rompe, se dobla y se vende
La casta amiga y enemiga
El problema de Milei no es con la “casta”, desde la conformación de su equipo hasta su funcionamiento y alianzas, son expresiones de lo mas asqueroso de la casta.
Dentro de la casta, el presidente divide entre “degenerados fiscales” y “héroes”. Los primeros son aquellos que votan las leyes que según el gobierno ponen en jaque su plan económico, como por ejemplo el aumento de menos de 20 mil pesos al haber mínimo jubilatorio. Los segundos, son quienes aceptan ante los ojos del país los negociados que les ofrece el gobierno y a quienes los espera Milei en Olivos para comer un asado.
Se ve un fino hilo de contradicciones en el Congreso como coletazo del desgaste del gobierno. El miércoles hicieron todo lo posible para ratificar el veto de Milei; el jueves, el gobierno se llevo dos derrotas de la Cámara Alta.
Volver a abril
Se ha mostrado que las expresiones callejeras unitarias y con cierta masividad logran frustrar elementos del plan de saqueo y entrega del gobierno. La ley de financiamiento universitario no escapa de esa lógica, fue la presión que generó el enorme movimiento educativo que colmó las calles en abril, la que permitió que exista la ley.
Del mismo modo, la vacilación de las direcciones universitarias posterior a aquella marea educativa dilató la situación y no permitió que el movimiento que lleno las calles de todo el país avance en mayores conquistas. Ante la amenaza de Milei de vetar la ley, la respuesta tiene que ser con una movilización educativa igual o mayor a la que se realizo en abril, que ha demostrado superar cualquier intento represivo o protocolo.
Mas que nunca hay que confiar en la movilización popular. Por fuera de los calendarios y las lógicas del palacio, debe primar la fuerza de las calles.