viernes, 22 noviembre 2024 - 06:09

La revolución cubana. A 64 años de aquella gesta

El 1º de enero de 1959, hace ya 64 años y culminando un proceso insurgente iniciado en julio de 1953, triunfaba la revolución cubana. Este hecho, que se sublevaba ante el orden mundial de entonces, dio origen al primer país socialista de América. Aquel 1º de enero, el ejército rebelde del Movimiento 26 de Julio (M26), derrotó definitivamente a las tropas del dictador Fulgencio Batista.

Hombre servil al imperialismo norteamericano y a la oligarquía nativa, Batista huyó entonces de la isla. Pocos años le duró su régimen dictatorial, pese a la sangrienta represión, corrupción y entrega. Fidel ingresó triunfante en Santiago de Cuba, mientras que el Che Guevara y Camilo Cienfuegos lo hacían en La Habana.

Fue uno de los hechos más importantes del siglo XX e inspiraría a toda una generación de luchadores en Latinoamérica y el mundo por lo que implicaba: el movimiento rebelde, el campesinado y el pueblo de esta pequeña isla, muy cercana al mayor imperialismo del planeta, tumbó al dictador, a la oligarquía que servía y a quienes la colonizaban.

Ante los posibilistas de siempre, que magnifican las dificultades, agigantan a los poderes de turno y machacan con falsas “relaciones de fuerzas desfavorables”, el rebelde pueblo cubano demostró que la revolución es posible. Tomó en sus manos el poder y se erigió en el primer país de América en expropiar a la burguesía.

Enormes conquistas tras la revolución

El M26 encabezado por Fidel, en sus orígenes no era anticapitalista ni marxista. Sus planteos y objetivos eran anti-dictatoriales, nacionalistas, con un ideario que -como reconociera el Che-, no iba más allá del planteo democrático burgués de un partido como la UCR. Se planteaban reinstalar la Constitución de 1940, que se llamara a elecciones y realizar una parcial reforma agraria. Sí luchaban consecuentemente contra la dictadura sanguinaria de Batista, sin dar tregua.

Al triunfar la revolución, un movimiento de masas en ascenso y las presiones del imperialismo yanqui, obligaron a la dirección del M26 a tomar medidas de tinte anticapitalistas. Esto provocaría mayores fricciones con los EE.UU. La dirección cubana fijó importantes rebajas en las tarifas de la energía y telefonía, empresas en manos yanquis por ese entonces. Lanzó una amplia reforma agraria y avanzó en las ejecuciones a los represores de la dictadura.

Alejandro Bodart sobre la Revolución Cubana, en Panorama Internacional, emisión del 8 de octubre de 2020

Los roces se intensificaron y en solo un año de gobierno se había avanzado con expropiaciones, nacionalizaciones y la confiscación de casi 400 empresas y bancos, entre ellas 26 empresas yanquis como las petroleras, telefónicas y eléctricas. También se nacionalizaron las plantaciones e ingenios de azúcar.

Al contar con esos recursos y palancas claves de la economía, en poco tiempo se construyeron 1.300 kilómetros de nuevos caminos, 35 puentes, 10 hospitales, 6.000 escuelas. Se construyeron además miles y miles de viviendas, se redujeron los alquileres a la mitad y se dieron viviendas expropiadas a miles de inquilinos. En 1961 se lanzó un fuerte plan de alfabetización.

Todo esto permitió al pueblo de esta pequeña isla, lograr inmensas conquistas sociales tales como el alimento, tener trabajo, salarios, llegar a contar con el principal sistema de salud y educación de América. Además de acceder a la vivienda, jubilaciones, desarrollo de la cultura y los deportes, con logros destacados. Se trató de avances de tal magnitud, que no pudieron dejar de reconocerlos incluso aquellos detractores de la revolución.

A los cultores del “no se puede”, “no dan las fuerzas”, que incluso dicen reivindicar esta gesta revolucionaria, como hacen sectores del PJ y el kirchnerismo para justificar las políticas y claudicaciones actuales, el pueblo cubano demostró que es posible incluso propinarle una dura y humillante derrota política y militar al imperialismo yanqui. Fue en Bahía de Cochinos, en 1961, cuando los gusanos armados por la CIA fueron aplastados en Playa Girón. Luego de ese triunfo, se declaró el carácter socialista de la revolución, el 1º de mayo de ese año.

Restauración o defender y recuperar las conquistas revolucionarias

A pesar del bloqueo asesino del imperialismo yanqui, de la caída del sostén que significaba entonces la ex URSS y pudiendo proponerse como la dirección que impulsara la revolución socialista latinoamericana como planteaba el Che Guevara, se fue consolidando una dirección burocrática que enchalecó esta gran revolución y todo su potencial.

Un claro ejemplo de esto se dio a fines de la década del ‘70 en el siglo XX, cuando Centroamérica, con Nicaragua a la cabeza, se convirtió en un polvorín revolucionario. La dirección cubana tenía prestigio y podía haber contribuido a extender las conquistas de la Cuba socialista a esos países. Lejos de eso y siguiendo la política dictada por el estalinismo desde Moscú, Fidel Castro declaraba que el Salvador no debía ser una nueva Nicaragua, ni Nicaragua una nueva Cuba.

Se negaron también a profundizar internamente el proceso revolucionario, al no impulsar la mayor democracia obrera. Lo que en los últimos tiempos se ha manifestado en una fuerte represión al movimiento que, encabezado por los artistas, se levantó en toda Cuba exigiendo mayores libertades y otras demandas.

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Así llegamos al día de hoy, luego de la decisión de la burocracia cubana de avanzar en un sendero de restauración capitalista, pregonada como la supuesta única salida. La que aceleraron en el último período, agudizando las desigualdades sociales y ampliando los niveles de pobreza y carestía de su población.

En un intento de aprovechar los retrocesos en el proceso que diera origen a la revolución, debido a las políticas de la dirección cubana y la desastrosa dirección del estalinismo que llevaron a la caída de la Unión Soviética, la derecha de Macri, Bullrich, los Milei y demás empleados del imperialismo de todo pelaje, buscan desacreditar los enormes logros de esta revolución.

Lo hacen para tratar de “embellecer” al capitalismo imperialista, salvaje y en decadencia, como el único sistema posible. Incluso Cristina define al capitalismo como el “sistema triunfante”, al servicio de reforzar su rechazo hacia el socialismo y la izquierda. Cuando el capitalismo hunde a los trabajadores y pueblos en la mayor de las miserias y avanza en liquidar el planeta incluso.

Enfrentar al imperialismo y defender la revolución

Pero el pueblo cubano resistió siempre y se sigue resistiendo a perder sus conquistas revolucionarias. Por eso y como señala la LIS, Liga Internacional Socialista, defender esas conquistas y recuperar las que se fueron perdiendo, es tarea vital de todo revolucionario.

Para frenar cualquier intervención imperialista, enfrentar el bloqueo, recuperar el espíritu de esta gesta enorme de la clase trabajadora y del movimiento de masas en Latinoamérica, defender sus conquistas y el proceso revolucionario en Cuba, se impone un rumbo opuesto al de la burocracia.

En primer lugar, desandar todo el ajuste y la restauración capitalista que impulsa el gobierno cubano, con todo el régimen burocrático actual, pasar a dar prioridad a las necesidades de la población trabajadora, asegurar la inmediata libertad a los presos por manifestar y la defensa de las libertades democráticas que el régimen les niega, junto a una profunda apertura de democracia obrera y hacia las organizaciones revolucionarias.

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Ante las rebeliones, levantamientos y revoluciones de los pueblos contra sus gobiernos y un sistema capitalista en crisis, que solo ofrece guerras, barbarie, ajuste, hambrunas, enfermedades y saqueo al servicio del 1% más rico del planeta, vuelve a plantearse la necesidad de la revolución y el socialismo.

Por eso y como señala la Declaración de la LIS sobre Cuba: “Solo el camino de la revolución permanente, el internacionalismo y el socialismo con democracia obrera pueden garantizar el futuro del pueblo cubano. Eso será posible si, a partir de las enseñanzas que deja la actual situación, los sectores más conscientes de la clase trabajadora, la juventud y la intelectualidad avanzan en poner en pie un verdadero partido socialista revolucionario en el país”.

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