viernes, 22 noviembre 2024 - 03:18

Aniversario. En el Día del Mate

Este 30 de noviembre se conmemora en Argentina el Día del Mate, en homenaje al caudillo Andrés Guacurarí, conocido popularmente como “Andresito”. Una bebida tan popular que trasciende todas las áreas, reconocida a nivel mundial, y como popularizó Lalo Mir, “El mate es exactamente lo contrario que la televisión: te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás solo”.

A continuación, compartimos para nuestras lectoras y lectores fragmentos literarios sobre la importancia y el reconocimiento de esta bebida popular rioplatense.

Julio Cortázar, Rayuela

“Estudiaba el comportamiento extraordinario del mate, la respiración de la yerba fragantemente levantada por el agua y que con la succión baja hasta posarse sobre sí misma, perdido todo brillo y todo perfume a menos que un chorrito de agua la estimule de nuevo, pulmón argentino de repuesto para solitarios y tristes… Pero este mate es como un indulto, che, algo increíblemente conciliatorio. Madre mía, cuánta agua en los zapatos. Mirá, un mate es como un punto y aparte. Uno lo toma y después se puede empezar un nuevo párrafo…”

Ricardo Güiraldes, Don Segundo Sombra

«En torno al fogón, casi apagado, concluía de matear la peonada y ligué tres amargos que me despertaron un tanto. Vamos -dijo uno, y como si no se hubiese esperado si no aquella voz, nos desparramamos desde la puerta hacia rumbos diferentes»

«Volviéndose hacia mí, Valerio ordenó con autoridad: A ver, pues, muchacho, traite un mate y cebale a don Segundo./¿Este?/No, ese es de Gualberto que’es medio mañero, agarrá aquel otro sobre la mesa./Encantado, puse una pava al fuego, activé las brazas y llené el poronguito en la yerbera./¿Dulce o amargo?/Como caiga./Dulce, entonces. Güeno».

«Saludamos a la peonada, nos sacamos los chambergos para aliviar las frentes sudorosas y aceptamos unos mates, mientras en el fogón colocábamos nuestro churrasco de reseros y activábamos el fuego.»

Jorge Luis Borges, Versos para Fernán Silva Valdés

«Iguálenos el mate parejo y compartido, el mate que es de muchos como el sol y la luna, volcancito que humea caliente como un nido, manso reló que mide las horas de la duda. Dele a su honda guitarra. Mi corazón la escucha. Y ella, igual que un aljibe, desparrama confianza».

José Larralde, Mi viejo mate galleta

Mi viejo mate galleta

Que pena me dio perderte

Que mano tronchó tu suerte

Tal vez la mano del tiempo

Si hasta creí que eras eterno

Nunca imaginé tu muerte

En tu pancita verdosa

Cuántos paisajes miré

Cuántos versos hilvané

Mientras gozaba tu amargo

Cuántas veces te hice largo

Y vos sabías por qué

[…]

Ezequiel Martínez Estrada, El Mate

De ti a mí, mano a mano/ el mate viene y va. / Darío lo ha llamado/ calumet de la paz. / Niño que se dormido/ cansado de llorar/ y aún suspira, la lluvia/ cae sobre la ciudad, El brasero sus brasas/ aviva fraternal/ y como en la charada/ llena todo el hogar. / De ti a mí, mano a mano/ el mate viene y va. Nos quedamos callados/ mirando sin mirar/ un cuadro, un libro abierto/ un reflejo fugaz. / Tenemos una pena/ como de soledad, / Nos falta un hijo y algo/ que no tendremos ya. / el reloj da la hora/ de la serenidad/ y grano a grano cuenta/ arenas en el mar. / La lluvia se diría/ que liquida el cristal. / El brasero calienta/ el frío del hogar. / De ti a mí, mano a mano/ el mate viene y va. / Hace poco perdimos/ un amigo ejemplar, / perdimos un hermano/ de exquisita bondad. / Se le escapó la vida/ antes de comenzar. / Presente en el silencio/ sabemos bien que está/ pero callamos porque/ no podemos hablar, Tu principiaste un cuadro/ yo un libro, y ahí están/ sin terminar las manos/ la estrofa sin final./ De ti a mí mano a mano/ el mate viene y va. Llevamos siete años/ de vida conyugal/ y nuestro amor reclina/ su frente en la amistad, / De los viejos proyectos/ casi no hablamos más. / Hay algo que nos dice/ de un fracaso brutal, / Nos miramos con pena/ durmiendo sin soñar./ Nos ha engañado el sueño/ ya no soñamos más. / De ti a mí, mano a mano/ el mate viene y se va. / Viene a mi fervoroso/ casi frío a ti va. / No hay más luz que las brasas/ ni más calor quizás. / Mi cigarrillo quema/ sustancia sideral/ y como se ve poco/ no nos vemos llorar”.

El Mate, extracto del texto leído por Lalo Mir

“El mate no es una bebida. Bueno, sí. Es un líquido y entra por la boca.
Pero no es una bebida. En este país nadie toma mate porque tenga sed.
Es más bien una costumbre, como rascarse.

El mate es exactamente lo contrario que la televisión: te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás solo.
Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es hola y la segunda: ¿unos mates?.
Esto pasa en todas las casas. En la de los ricos y en la de los pobres. Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y pasa entre hombres serios o inmaduros.
Pasa entre los viejos de un geriátrico y entre los adolescentes mientras estudian o se drogan.
Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse en cara”.

[…]

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