martes, 30 abril 2024 - 14:49

Acuerdo con el FMI. Georgieva dice que hay que “recalibrar” la economía argentina

Coincidente con la gira de Guzmán en Estados Unidos, en la cual el ministro se reunió con las autoridades del Fondo, participó en reuniones del G20 y otros organismos, la directora gerente del Fondo Monetario, Kristalina Georgieva, luego de hablar del “gran riesgo” de la inflación en el país sostuvo que la “implementación” del programa acordado “debe ser recalibrada para reflejar los cambios en la economía real”. Por eso se habría acelerado la misión de auditoría del Fondo que viene en mayo, un mes antes de lo pactado. Se vienen nuevos ajustes y tarifazos para que los buitres se cobren la deuda mientras la altísima inflación licúa los ingresos populares y los insuficientes bonos del gobierno no compensan semejante sangría.

Mientras Guzmán está haciendo muy buena letra en el cumplimiento del acuerdo con el FMI, ya que sobre cumplió las metas de ahorro fiscal propuestas por el acuerdo con el Fondo para el primer trimestre, que tenían un techo de déficit del 0,32% del PBI, mientras que el aplicado ministro logró un muy buen número –para el FMI- del 0,25%. Un buen comienzo para llegar al 2,5% de déficit anual exigido con el organismo. El FMI habla de la necesidad de “recalibrar” el acuerdo, en criollo quieren decir que van a ajustar aún más lo exigido por el organismo y las penurias de nuestro pueblo.

Mayor recaudación por efecto inflacionario

Traccionados por el alto precio de la energía que importamos, los subsidios energéticos, sobre los que el Fondo pretendía meter tijera aumentaron solo en marzo $ 144.000 millones. Por eso, un punto en discusión es cómo se avanza en el tarifazo energético. Ya en marzo las tarifas de gas y luz aumentaron un 20%. Con las audiencias públicas citadas para abril se convalidarán los nuevos tarifazos que para el 70% de los usuarios -sin contar el 20% más bajo y el 10% más alto de la escala- en el caso del gas tendrán un aumento adicional del 18,5% al 25,5%. Un 42,7 % anual. Hasta ahora, ya que con una inflación proyectada del 60% a 65%, seguramente vendrá otra presión para nuevos aumentos y que las tarifas no se sigan “atrasando” con respecto a la inflación.

Pese al aumento de los subsidios energéticos se cumplieron las metas de reducción del déficit. Para La Nación, la meta alcanzada “se asocia a la mayor recaudación de tributos relacionados a la seguridad social y a la actividad económica”.

O sea, en la estructura regresiva de la carga impositiva argentina, la inflación permitió recaudar más del IVA, que lo pagamos todos, más impuesto a las ganancias –que también tributan un millón y medio de trabajadores- y de los aportes al sistema de seguridad social, al que además de las patronales aportan nuestros trabajadores, vía descuento en el recibo de sueldo o vía el monotributo. Entre otros ingresos tributarios.

Licuación de las prestaciones sociales

También la alta inflación ha servido para licuar lo que se paga en jubilaciones y pensiones, asignaciones, sueldos estatales y planes sociales, que significan una gran parte del gasto público. En el caso de jubilaciones y pensiones, el siguiente cuadro da idea de su constante pérdida del poder adquisitivo.

Un reciente artículo de Clarín empieza con el tramposo título de En solo un año, los fondos destinados al plan Potenciar Trabajo crecieron un 68%” (1). Si se descuenta la inflación del 51% interanual y que el número de beneficiarios pasaron, según el mismo artículo, de “855.344 de beneficiarios en marzo de 2021 a 1,3 millones de beneficiarios en marzo de 2022”, podemos concluir que se está pagando mucho menos dinero por beneficiario que hace un año, cuando el aumento de la tremenda inflación en los precios de los alimentos hace más necesaria esta ayuda.

Pero donde las cifras son más categóricas es al afirmar que “sumados todos esos programas, el gasto estatal en el primer trimestre ascendió a $ 207.680 millones, muy por encima de los $ 163.279 millones que significaban en el primer trimestre del año pasado”. Si se toma la inflación interanual, todos los programas del Ministerio de Desarrollo Social aumentaron apenas un 27%. O sea que están gastando menos y aumentaron casi la mitad de la inflación.

Si se toma el gasto en prestaciones (jubilaciones, pensiones, asignaciones previsionales), el artículo de título engañoso reconoce que “en relación a 2021, el gasto total por todas las prestaciones creció en torno al 5,3%, muy por debajo de los índices de inflación registrados el año pasado, que superaron el 50%”.

Bonos totalmente insuficientes y un supuesto impuesto a la ganancia extraordinaria

Para intentar salvar a los grandes empresarios de un nuevo impuesto, acompañando el lloriqueo de toda la derecha, sus medios y propagandistas liberales se han encargado de develar que “los bonos se pagarán con la inflación y no afectarían la meta fiscal con el Fondo” (2).

O sea que con el aumento de la recaudación por la alta tasa inflacionaria se pagan los refuerzos a los alicaídos ingresos populares. Como el sistema tributario es regresivo, y la mayor carga impositiva lo paga el ciudadano de a pie, te sacan del bolsillo derecho con la inflación y te devuelven -mucho menos- con el bono por el izquierdo. Es fácil imaginarse quién se queda con la diferencia.

Según afirma Gustavo Bazzan , “el ‘Plan Platita 2” se paga con la renta inesperada del gobierno” (3): los bonos para jubilados, trabajadores sin ingresos formales, monotributistas y empleadas de casas particulares, más el refuerzo del 50% en el importe de la tarjeta Alimentar insumirán $ 225.000 millones (alrededor de U$S 1.800 millones). Contra este importe hay que tomar la liquidación de divisas de las cerealeras en el primer trimestre. Según este editorialista fueron en el 2020 de “3.500 millones de dólares”, en “2021 saltaron a 6.724 millones y entre enero y marzo de este año saltaron a 7.926 millones de dólares”.

El proyecto de impuesto a la renta extraordinaria, para muchos analistas no pasa de anunció para la tribuna, muy difícil de ser aprobado en el Congreso. O en todo caso, de algo que termine siendo una exacción muy light para tremendas ganancias que los exportadores, entre otros, están acumulando con el aumento del precio de los commodities a nivel internacional, en esta coyuntura cruzada por la guerra en Ucrania. Hasta ahora esa ha sido la actitud del gobierno al negarse a subir sustancialmente las retenciones.

Contradiciendo las afirmaciones de los empresarios exportadores, que dicen que los aumentos de precios de sus productos son neutralizados por el aumento de los insumos que importan para producir, Ismael Bermúdez señala que: “entre marzo de 2020 y marzo de este año, los precios internacionales de lo que Argentina exporta aumentaron un 39,4%, mientras los precios de las importaciones subieron un 16,6%”; en marzo “los índices de los precios de exportación y ‘ganancias de intercambio’ alcanzaron los mayores valores mensuales desde el 2004 y el año pasado, debido a que el índice de precios de las exportaciones tuvo una suba de mayor magnitud (25,8%) que el índice de precios de las importaciones (14,7%), el país registró una ganancia en los términos de intercambio de 6.000 millones de dólares”, por mencionar solo algunas de las impresionantes cifras de la ganancia empresaria.(4)

¿Ahora al Fondo le preocupa la inflación?

El gobierno, la oposición, los sindicalistas amigos, los empresarios, el FMI, todos despotrican contra la inflación. El aumento constante de los precios es el mecanismo privilegiado para bajar salarios, licuar los presupuestos estatales, bajar el consumo local y frenar importaciones ligadas a este rubro para cumplir con las metas de achique del déficit estatal y así juntar más dólares para pagar la deuda.

Los efectos de la crisis económica mundial y el resultado de las disputas locales por el ingreso, la insaciable sed de ganancia de las patronales y las necesidades de ajustar para pagar la deuda han llevado la inflación a niveles récord. Además, trastocando la breve estabilidad cambiaria, han obligando al Banco Central a salir, por primera vez en varios meses a comprar dólares para evitar su suba.

Esto va contra la necesidad de acumulación de dólares en las reservas para pagar los compromisos internacionales. La disparada inflacionaria también coloca a la economía frente a índices que pueden bordear la híper (para abril se habla de una inflación proyectada de más del 5%), con lo cual se pueden complicar los planes del Fondo.

Esa es la inflación que preocupa al FMI. Su pronta auditoría, intentará recalibrar el tremendo ajuste en curso para seguir desangrando los ingresos populares y los recursos del país, tratando que su plan no colapse.

Son ellos o nosotros

Las últimas cifras del INDEC señalan que hacen falta $ 90.000 para no ser pobre y $ 40.000 para no ser indigente.

Ver: Canasta Básica. Para no caer en la pobreza una familia necesitó $90000

Mientras las jubilaciones mínimas tienen el nivel de la indigencia y gran parte de los salarios de los trabajadores no pasan la línea de pobreza, no se puede seguir confiando en que el gobierno redistribuya la “ganancia extraordinaria”. Aún no se conoce el texto del proyecto anunciado, pero teniendo la experiencia del anterior totalmente insuficiente “aporte solidario”, desde el MST en el FIT-U llamamos a no depositar ninguna confianza en la promesa gubernamental y salir a pelear por un aumento de emergencia de salarios básicos, jubilaciones y planes sociales que cubran la canasta familiar con cláusulas de actualización mensual.

Hace falta romper con el Fondo y empezar por imponer un verdadero impuesto a la riqueza y las ganancias empresarias en forma mensual, como parte de un programa radicalmente opuesto a la que este gobierno y la oposición de derecha nos están imponiendo al habilitar la estafa del nuevo endeudamiento con el FMI. Por eso, este 1 de mayo movilizate con el MST y el Frente de Izquierda Unidad a Plaza de Mayo y todas las plazas del país.

  1. Publicado en Clarín del 17/04/2022.
  2. La Nación del 20/04/2022
  3. Ídem del 20/04/2022
  4. Art. Por los precios, las ventas al exterior registran una renta extraordinaria récord, publicado en Clarín el 21/04/2022

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