Una vez más en 10 años, el día de hoy se volvió a presentar el proyecto de ley de humedales. Contra el lobby agroindustrial y la especulación financiera, el movimiento socio ambiental sigue dando la pelea.
La ley de humedales, cajoneada gracias al lobby agroindustrial y la especulación inmobiliaria se volvió a presentar este año en el Congreso. El movimiento socio ambiental en el país sigue mostrando la fuerza que tiene al sostener en la agenda política esta ley urgente para salvar a los indispensables en la lucha contra el cambio climático.
Esta ley, que perdió estado parlamentario el año pasado por no ser agenda real de los bloques del Frente de Todos y Juntos, busca regular la actividad en los humedales –pero sin prohibir el extractivismo-; así como también penalizar las acciones que dañen estos ecosistemas, tales como los incendios intencionales, el uso de agrotóxicos o la cementación urbana. También prevé la creación de un relevamiento nacional de todos los humedales del país (la Convención sobre los Humedales en 1991, declaró 23 humedales en más de 5 millones de hectáreas).
Todas estas son acciones necesarias y urgentes, teniendo en cuenta la fuerte destrucción de ecosistemas por hechos como los incontrolables incendios que llegaron a casi todo el país. Los picos más críticos se dieron en el 2021 con la destrucción de más de 500 mil hectáreas del Delta del Paraná y recientemente la destrucción de casi 800 mil hectáreas en los Esteros del Iberá, el segundo humedal más grande del mundo, ubicado en la provincia de Corrientes.
Con el antecedente que esta ley ya fue cajoneada por más de 10 años, y por el rol del Frente de Todos -que hizo uso meramente electoral sobre esto- con su orientación productiva estratégica de conseguir rápidamente dólares para pagarle la estafa al FMI, su famoso “crecer para pagar”, no podemos confiar nada. Por eso, con la presentación del proyecto de ley se abre un nuevo desafío para las organizaciones socio ambientales y asambleas multisectoriales.
Potenciar la organización y movilización para bloquear al lobby extractivista, para que la necesaria ley de humedales salga sin trampas –que conforme una comisión independiente de activistas y científicos para el relevamiento, control y cuidado de los humedales y que prohíba el extractivismo en esas zonas- y para enfrentar al FMI y toda su política de sometimiento y entrega de nuestros recursos naturales.
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