domingo, 24 noviembre 2024 - 20:50

CFK. La carta y el gran acuerdo

Cristina Fernández de Kirchner movió sus fichas y decidió, cuando se están cumpliendo diez años de la muerte de Néstor Kirchner, publicar ayer una carta con sus opiniones políticas, en medio de la muy fuerte crisis que vive el país. Llamó lógicamente la atención de sus seguidores y de sus detractores por derecha. Fernández dijo sentirse apoyado por la carta aunque la misma a la vez crítica a sus “funcionarios que no funcionan”. Desde la izquierda tenemos una visión crítica del gobierno y de su carta, desde una posición completamente opuesta a las grandes corporaciones empresarias y sus partidos.

Fiel a su estilo, todo el texto tiene por un lado un contorno discursivo confrontativo contra sectores que se oponen a su figura y proyecto. Como pensando en sus propias bases sociales, no olvida en su carta de golpear sobre Macri y sobre sectores del poder económico y mediático de la Argentina. Si olvidó decir, que si Macri pudo llevar adelante cuatro años de ajuste se debió entre otras cosas a la complicidad de gobernadores peronistas y la burocracia sindical que dejó aplicarlo sin planes de lucha verdaderos. La misma burocracia que hoy es puntal del gobierno del Frente de Todos.

Ella dice también con toda claridad, frente a críticas opositoras, que las decisiones las toma Alberto, que es el presidente. Lo cual es una verdad, relativa. La sola necesidad de su aclaración y el peso político que tiene, en realidad ratifican que en las decisiones políticas la opinión de la vicepresidenta tiene mucho peso. Mal que le pese, de todo lo equivocado que viene haciendo el Frente de Todos desde su asunción, no puede correrse ni pretender no ser, al menos en parte, responsable. Tan es así que en la propia carta reivindica la política del gobierno de haber reestructurado la deuda externa, lo cual implica que se siente parte protagónica de haber convalidado y pagado deuda ilegal e ilegítima.

A confesión de parte…

No podemos menos que resaltar, en medio de un país donde la pobreza y la desocupación crecen a diario, el párrafo de CFK en cuanto a las ganancias empresarias durante los gobiernos peronistas. En su afán de criticar algo que es real, las criticas permanentes de grandes empresarios al gobierno, ella dice en su carta: “Es notable, sobre todo en el empresariado argentino, el prejuicio antiperonista. Notable y además inentendible si uno mira los resultados de los balances de esas empresas durante la gestión de los gobiernos peronistas o kirchneristas”.

En esta sencilla y corta frase encontramos dos conclusiones; la primera es que lejos del relato, la realidad es que el peronismo en el gobierno prioriza siempre las ganancias de las grandes corporaciones capitalistas. Lo cual habla en sí mismo de la contradicción de quienes pregonan que este partido puede jugar algún rol progresivo, cuando es garante de la continuidad de un sistema desigual y decadente. La segunda conclusión, también evidente, es que las grandes corporaciones siempre quieren más, y para eso muchas veces prefieren presionar y presionar y alentar salidas lo más a derecha posible en función de esos intereses. Cómo hacen hoy, que aun siendo favorecidas por subsidios, rebajas de retenciones, facilidades para el extractivismo y cobros de ATP, igualmente agitan la necesidad devaluatoria y fugan dólares a sus casas matrices. De ahí la incoherencia que tiene la propuesta central de la carta de CFK.   

¿Con todos?

CFK también hace referencia en el texto a su decisión clave en el armado electoral de 2019 cuando dice “la responsabilidad histórica y el deber político para con el pueblo y la Patria guiaron todas y cada una de nuestras decisiones y acciones. No hay demostración más cabal de ello que haber decidido con el volumen de nuestra representación popular, resignar la primera magistratura para construir un frente político con quienes no sólo criticaron duramente nuestros años de gestión sino que hasta prometieron cárcel a los kirchneristas en actos públicos o escribieron y publicaron libros en mi contra”. Frase en obvia referencia a Sergio Massa y otros antiguos críticos del modelo kirchnerista, incluido el presidente actual, con quienes hoy comparte el proyecto del Frente de Todos y altos puestos en el gobierno nacional.

Al recordar que se alió con sectores muy críticos a su última gestión, podría entenderse cómo una crítica a estos sectores. Pero esto es solo en parte, recuerda esa diferencia de alas políticas diversas y sectores dentro del Frente de Todos, les marca un poco la cancha, pero el objetivo central de tal recuerdo de unidad, es en realidad utilizarlo, traerlo al presente en semejanza a la propuesta más importante que hace su carta: avanzar a un acuerdo político y económico entre diferentes sectores.

Esto es así, porque siempre en político hay que saber distinguir el discurso de los hechos, las palabras y frases de las propuestas concretas. Y en este sentido, CFK aunque critique y critique a diversos sectores del poder económico y empresarial, es a ellos mismos a quienes les está proponiendo un acuerdo.

Por eso no es casual que ella diga en su carta: “el problema de la economía bimonetaria que es, sin dudas, el más grave que tiene nuestro país, es de imposible solución sin un acuerdo que abarque al conjunto de los sectores políticos, económicos, mediáticos y sociales de la República Argentina. Nos guste o no nos guste, esa es la realidad y con ella se puede hacer cualquier cosa menos ignorarla”.

Con esa frase, coloca en el escenario político una propuesta. Y coloca a la vez una falacia; el decir que la solución es con todos.

La realidad, es precisamente muy distinta. No es “con todos” Cristina, como se llegará a una solución de la brutal crisis actual. Sino atacando los intereses económicos y de clase de una minoría empresaria, corporativa y privilegiada, y poniendo todos los recursos del país en función de las necesidades sociales de las mayorías obreras y populares.

No hay salida acordando con el FMI, subsidiando petroleras y afianzando un modelo extractivo. Es eso o romper con el Fondo, estatizar bajo control obrero y social todos los recursos estratégicos y cambiar de matriz productiva. No es lo mismo subsidiar grandes empresas que aumentar salarios y que los mismos sean dignos. No es lo mismo pagar una deuda externa ilegal que pagar la deuda interna con las mayorías populares. Es un camino o es el otro. No hay camino con “todos”, hay que quitarle privilegios a unos pocos para garantizar los derechos sociales de millones.    

Porque además tampoco es verdad cuando CFK dice: “Tampoco es una cuestión de clase: los dólares los compran tanto trabajadores para ahorrar o para hacer una diferencia que mejore el salario, como empresarios para pagar las importaciones necesarias para hacer funcionar su empresa, para ahorrar y también, bueno es decirlo, para fugar formando activos financieros en el exterior, siendo esta última actitud una de las que más han contribuido a las crisis cíclicas de la Argentina”.

La realidad es de clase y muy evidente frente al dólar. Los que más tienen fugan y especulan con millones de dólares, mientras una trabajadora o trabajador hacen malabares si quieren ahorrar tan solo 200 dólares, algo que ahora incluso el gobierno ni le permite comprar. En la realidad y en las decisiones de gobierno, también hay diferencia de clase.

En síntesis, el trasfondo de la larga carta es proponer un gran acuerdo. Con otras palabras Alberto Fernández también viene proponiendo un gran pacto social a empresarios, a la burocracia de la CGT y a las Iglesias. Como ya sabemos, nada bueno saldrá de allí para los trabajadores y el pueblo. Tan es así, que hoy hasta Pichetto, reconocido derechista declaró: “A mí me parece una carta importante en términos de asumir la problemática de la economía argentina. Habla de que el problema del dólar no tiene solución y que es importante un acuerdo con las fuerzas políticas, económicas, sociales y mediática para poder abordar una salida”.

Hace tan solo unas horas, Alberto Fernández habló en el homenaje a Néstor Kirchner. Dijo recordarlo y preguntarse ante cada decisión “que haría Néstor”. Luego dijo que van a poner al país de pie. En la realidad, en pocos días vuelve el FMI a cerrar un nuevo acuerdo y a extender la dependencia del país. Y el Congreso votará un presupuesto 2021 de ajuste. No hay carta ni homenaje que pueda esconder este presente de crisis y el futuro de más tensiones y luchas sociales que se avecina.

Surge más que evidente la necesidad, frente a la crisis, frente al PJ – Frente de Todos y frente a la derecha, de fortalecer una alternativa socialista y anticapitalista. Eso estamos impulsando desde el MST en el FIT Unidad. A las y los honestos trabajadores y jóvenes que han votado a este gobierno y esperaban otra cosa, los invitamos a construir un nuevo camino.   

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