El 28 de junio de 1969, con las travestis al frente y harta de las constantes razzias y detenciones en el bar Stonewall, la comunidad LGBTI+ de Nueva York se rebeló. Tras cuatro días de duros enfrentamientos en las calles, la policía fue derrotada. Eran los años 70, de fuertes luchas sociales y giro a izquierda en todo el mundo: el Mayo francés, la Primavera de Praga, la rebelión estudiantil y masacre de Tlatelolco en México, el Cordobazo argentino…
La victoria de Stonewall dio impulso al movimiento LGBTI+ a nivel global. De minorías sexuales fuimos ganando espacios como diversidad sexual y luego, más de vanguardia, como disidencias contra el sistema. Con desigualdades entre países y regiones, en este medio siglo de luchas logramos avances. En la Argentina, entre otras, conquistamos las leyes de ESI, matrimonio igualitario, identidad de género, aborto legal y ahora cupo laboral trans.
Como aquí las Marchas del Orgullo son en noviembre, el 28J es un día de lucha contra los travesticidios. Decimos también basta de violencia policial, ajuste y crímenes de odio. Aplicación del cupo trans, sin precarización. Aparición con vida de Tehuel. Provisión de hormonas, antirretrovirales y nueva ley de VIH. Separar Iglesia y Estado, anular todos los subsidios. ESI en todas las escuelas. DNI no binario. Y ante la exclusión social, ley integral trans.
Los responsables de garantizar estos derechos básicos son el Estado, el gobierno y su Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad. Pero son más humo que realidad. ¿O alguien cree que un subsidio Potenciar Trabajo, de apenas $ 12.000 al mes, es una real inclusión para les compañeres trans? En CABA, el 28 hacemos una radio abierta ante ese Ministerio y luego marchamos a Congreso, donde otros grupos convocan por los travesticidios y por Tehuel.
Pero la pelea del colectivo LGBTI+ debe ir más allá de tal o cual demanda parcial. En este sistema capitalista y patriarcal todo derecho conquistado está siempre en riesgo de ser limitado, no aplicado o hasta anulado. Y peor todavía en épocas de crisis graves como la actual, ya que el capitalismo busca salvarse como sea, a costa de avasallar todos los derechos: económicos, sociales, democráticos, previsionales, ambientales y de género. Es una pulseada permanente. En este marco, nosotres movilizamos en unidad de acción para defender cada derecho y para lograr nuevos. A la vez, nuestro orgullo es político y radicalmente antisistema. Es que el capitalismo y el patriarcado son inseparables: un mismo sistema de explotación, opresión, desigualdad y violencias. Por eso nuestra lucha de fondo es por tirarlo abajo y abrir paso a la construcción de una sociedad justa e igualitaria, es decir socialista. ¡Sumate a activar con nosotres!