En tiempos de pandemia todos aquellos afectados por alguna enfermedad o enfermedades, son considerados factor de riesgo por sus comorbilidades. Nuestro país, su tejido social, también presenta ciertas enfermedades de larga data que, con la llegada del Covid-19, se ubica como un paciente de riesgo tras ver cómo la segunda ola de contagios por coronavirus no sólo funciona como un flagelo sanitario, sino también como un catalizador de la crisis económica actual.
La semana pasada el INDEC publicó varios de sus estudios mensuales, el jueves particularmente se conocieron los datos sobre el nuevo valor de la canasta básica alimentaria (CBA) y el estimador mensual de actividad económica (EMAE). El primero de los trabajos manifestó que una familia compuesta por 4 personas, hoy necesita $60.874 para no ser considerada pobre; también se supo que el salario mínimo vital y móvil, que tendrá una revisión el 27 de abril según indicó el gobierno nacional, quedó un poco más de $4.000 por debajo de la línea de indigencia: $25.685. Un dato para nada alentador en un país con más 42% de pobreza.
Lo datos referidos al EMAE, tampoco trajeron buenas noticias. Luego de una racha económica que marcaba un alza, pese a la apertura irrestricta de las actividades económicas que el gobierno mantiene a pesar de encontrarnos con récords nuevos de contagios de Covid-19 y datos que develan la saturación del sistema sanitario, la actividad en febrero se ubicó 2,6% por debajo respecto del mismo mes de 2020. Las ramas que mostraron números positivos fueron: la Construcción (+11,7), Intermediación financiera (+3,5), Comercio mayorista y minorista (+3,4), Industria manufacturera (+1,6) y Agricultura (+0,7). Así las estadísticas muestran que las primeras tres actividades recuperaron sus niveles previos a la pandemia, pero, sin embargo, los últimos dos crecieron mostrando una desaceleración respecto al mes de enero. Una muestra de que el Frente de Todos, no encuentra ni tampoco tiene una estrategia para recuperar los 10 puntos de caída que se sufrieron el pasado año.
La gira del ministro: ¿buscando anticuerpos o la continuidad del virus?
Otra noticia que fue discutida a lo largo de toda la semana que transcurrió, fue la gira que Martín Guzmán realizó por Europa. Su periplo concluyó en Rusia donde fue parte de la ultimación de detalles para que en Argentina el laboratorio Richmond pueda producir la vacuna Sputnik V. Un hecho que, aunque Fernández y su gobierno lo quieran vender como un avance en cuanto a la pandemia, sólo dio por tierra su argumentación sobre la imposibilidad de cumplir todos los pasos (producción del principio activo y el proceso de fraccionar y enfrascar) para la fabricación de vacunas locales. Y, vale aclarar, hasta el momento no se sabe cuántas de estas vacunas quedarán en el país.
Volviendo a Guzmán y su agenda, del viaje de Europa no se supo mucho. A pesar de sus visitas a diferentes ministros de economía de los principales países europeos, su tan ansiado nuevo acuerdo con el FMI sigue sin efectuarse. Además, su petición sobre la distribución y utilización de las DEGs (moneda del Fondo), por ahora no tuvo asidero. Todo indica que el nuevo contrato que el ministro está trabajando con el organismo que dirige Kristalina Georgieva, contiene condiciones leoninas para el país, no aptas para una campaña electoral. Dato que también revela la incompatibilidad del discurso “progresista” del Fondo con la realidad. Por más que alienten nuevos impuestos a las grandes fortunas, es la misma institución imperialista que diseñó el Presupuesto 2021, conjuntamente con Guzmán, para acotar el presupuesto de Salud y Gasto Social, alegando el fin de la pandemia.
Las riquezas siguen intactas
Máximo Kirchner y Carlos Heller el año pasado lograron conseguir los votos para la aprobación del “Aporte Solidario”, una especie de impuesto retroactivo para los ricos, ya que el mayor porcentaje del dinero recaudado, según el mismo proyecto, retornaba para financiar la actividad hidrocarburífera. Sin embargo, a pesar de esta pantomima, la burguesía local, en parte, presentó demandas contra el pago del aporte y ya un número de 50 patrimonios fueron notificados por AFIP para ser inspeccionados.
Sin embargo, la violencia con la que el Frente de Todos de hizo “cumplir” la ley a aquellos que se encontraban en Guernica, sin techo y comida, no es la misma que se aplica al 1% de quienes poseen patrimonios superiores a los 200 millones de pesos y no cumplen ni con el mísero aporte.
El 28 de abril vence el plazo para abonar o para pedir un plan de facilidades de pagos para estos supermillonarios. Lo estimado a recaudar son $300.000 millones, de los cuales, hace dos semanas, sólo recaudó $6.100 millones, una ganga frente a las necesidades sociales que hay que atender en el país.
Las usinas del progresismo denuncian a José Antonio Aranda y Lucio Pagliaro, directores y accionistas del Grupo Clarín, quienes acudieron a la justica en reclamo contra el “Aporte Solidario”. De todos modos, la respuesta del gobierno para estos sectores ha sido permitir nuevos tarifazos en las telecomunicaciones, cuando la virtualidad sigue atravesando la vida de las familias trabajadoras. Una muestra del doble discurso gobernante.
Algunas conclusiones
Algunas proyecciones de matemáticos indican que de acá a 15 días CABA puede llegar a afrontar el triple de contagios diarios de Covid-19, además el resto del país también puede contar con un aumento apabullante de casos si no se logra aminorar la circulación del virus. Las cepas de Reino Unido y Manaos, agregan otro grado de complejidad por su virulencia.
Las medidas sanitarias adoptadas por Fernández, son totalmente insuficientes. Más aún si se consideran las escasas políticas económicas-sociales para asegurar que todos los trabajadores y desempleados, puedan tener ingresos dignos para sus familias que les permitan resguardarse en sus hogares. Por ejemplo, con un nuevo IFE mensual de $50.000 como advertimos desde el MST.
El virus que combate argentina es doble. No sólo estamos contra la pandemia del coronavirus, sino también contra un gobierno y su oposición política burguesa que, pese a sus diferencias en cuanto a métodos, anteponen las ganancias empresariales ante que las vidas de las mayorías.
Como lo indica el proyecto presentado por el FIT-Unidad, declarar de utilidad pública el laboratorio de Hugo Sigman, mAbxiencie, es primordial ante la falta de vacunas en el país. Al mismo tiempo, romper con el FMI, dejar de pagar la deuda externa, aplicar fuertes impuestos a los ricos y orientar la economía en base a las penurias sociales, como el 60% de pobreza en los menores de 17 años, son las otras dosis que debemos aplicar para proteger la salud económica de las mayorías trabajadoras.