“Hoy hace 8 meses que no la veo. Y la respuesta de la Justicia es que siga esperando”, dice Cintia, la madre de Sofía.
EL 22 de agosto del año 2020 en Bahía Blanca, Cintia Villegas fue a retirar a Sofía, su hija de 9 años de la casa de su padre, Gustavo San Román. Al no querer irse Sofía, los padres comienzan una discusión verbal que se torna violenta cuando Gustavo toma por el cuello a Cintia provocando que la niña llore, y que la sobrina de Cintia presenciando el acto, llame a la policía.
Al llegar los patrulleros, Gustavo acusa a Cintia de estar borracha y ser una mala madre, ella lo niega y propone que se le realice un test de alcoholemia. La policía decide que la pequeña se quede dos horas más en el lugar.
Luego del hecho, Cintia se hace presente en la Comisaría de la Mujer para hacer una denuncia y al salir se encuentra con Gustavo, su novia y Sofía, enterándose que él había hablado con el Servicio Local para poder estar con la niña 3 días más, prometiendo cumplir el término. Se entera además que había colocado una perimetral para que ella no se acercara a su casa hasta el mes de octubre.
Pasados los 3 días Gustavo no se hizo presente con Sofía en la casa de la madre. Entonces Cintia vuelve a la Comisaría de la Mujer para denunciar que él no había cumplido con lo estipulado y poder conseguir un abogado para su caso. Consigue el número del abogado de la comisaría pero este nunca contestó los llamados. Tardó más de un mes en conseguir otro abogado. Durante ese tiempo, descubre que San Román la denunciaba por maltrato hacia la menor y abuso de drogas, situaciones que resultaron falsas.
El día 17 de diciembre se pacta al fin una audiencia a la que Gustavo San Román, el padre de la niña, no se presenta. Al cabo de unos días denuncia a Cintia por acoso y extorsión, ya que ella había colocado afiches en la vía pública pidiendo justicia.
“Ahora tengo que seguir esperando, no sé cuánto más tengo que esperar, ya no sé cómo seguir esto. Porque la verdad parece que nadie me ayuda, me dicen que la abogada tiene que pedir un régimen de visita, cuando la nena vivió conmigo siempre. Nunca la toqué ni le faltó nada”, expresa Cintia.
Es urgente que la Justicia actúe en favor de Cintia y el bienestar de Sofía, ya que fue su madre la que siempre la protegió, se ocupó de su salud y educación. A San Román debieron insistirle en que Sofía asista a las clases presenciales; tanto así como cuidar su salud, la pequeña estaba llevando a cabo un tratamiento y fue interrumpido por su padre.
Ahora Cintia está a la espera de que el juez le otorgue el régimen de visita, cuando ella y su hija han sido víctimas de violencia por parte de San Román, quien la había maltratado y humillado, haciéndole la vida imposible y amenazando constantemente con quitarle a Sofía, situación que ella nunca imaginó ya que jamás le negó el acercamiento, aun cuando él no cumplía con la manutención.
No queremos Justicia patriarcal, que le brinden todas las herramientas a Cintia para volver a estar con su hija.
