jueves, 19 diciembre 2024 - 00:54

Presencialidad y COVID. La Ciudad, el espejo que adelanta

Desde el domingo 28 hubo conmoción ante la muerte por coronavirus del docente porteño, Jorge Langone, quien trabajaba en la Escuela Técnica N° 13 del distrito escolar 21 de Villa Lugano. En paralelo, han seguido creciendo fuertemente los contagios y muertes en la Ciudad y en el país.

Desde Ademys se denunció que esta lamentable muerte era producto de una política aperturista de los gobiernos. Pero no solo el de Larreta, sino también de Alberto Fernández y su ministro Trotta, junto a gobernadores como Kicillof. Los que privilegian los intereses económicos capitalistas por sobre la salud, exponiendo a toda la comunidad a contagios y muertes evitables.

Ocultan casos, presionan para no realizar los aislamientos ni cierres de burbujas, cuando hay cada vez más docentes con sus burbujas aisladas. Solo buscan garantizar una presencialidad sin las condiciones epidemiológicas ni las garantías que reclamamos desde diciembre. Con las 10 medidas que planteamos en enero, sostenidas en jornadas de lucha de alcance nacional hacia el 1° de marzo y el 8M. Y conflictos de distinta intensidad que abarcaron de 14 a 18 provincias.

Más presencialidad, cuando saltan los contagios, es totalmente irresponsable

Como denunciara Cele Fierro (MST en el Frente de Izquierda-Unidad) resultó increíble ver, en la conferencia del lunes 29 ante el pico de casos, cómo Larreta y Acuña quisieron ocultar que falleció un docente por COVID. Sólo lo reconocieron al preguntarlo un periodista. Por eso, insistir con la “máxima presencialidad”, cuando suben los casos es irresponsable, al no garantizar las vacunas ni las condiciones para clases seguras.

La ministra apenas si reconoció esa muerte, aunque diciendo que no se contagió en la escuela. Lo mismo dijo el ministro Trotta, mostrando que en esto tampoco hay grieta. Solo les preocupa ocultar, minimizar y aclarar que toda muerte o contagio no tendría que ver con sus políticas.

Más allá de si llegó a ir un día a la escuela y estaba contagiado o no, lo cierto es que Jorge Langone podrá ser el primer docente muerto por COVID-19 en esta etapa de presencialidad, pero decíamos que no iba a ser el último. Y justamente, este martes 5, tuvimos que lamentar otra muerte por coronavirus en la Ciudad, la de Juan Carlos Ramírez, auxiliar en la Escuela 21 del Distrito Escolar 3. Y también en la Provincia, donde falleció Carmen Velardes Blanco, profesora de inglés en Morón.

Jorge Langone, docente fallecido en CABA por COVID

Además, en el país suman 6 muertes docentes en Jujuy, había ya 2 muertes en la Provincia, más un auxiliar en Lomas; 1 directora en Tierra del Fuego; 1 profesora de IFD en Mendoza, 4 docentes en Tucumán y 1 portero en Misiones. Todas muertes por COVID-19 de las que logramos registro.

Es en este contexto que la derecha porteña y el ministro Trotta insisten con la “mayor presencialidad posible”, argumentando priorizar la educación. Lo mismo acordaron Alberto y Larreta, junto a Kicillof. Lo hacen a pesar del pico de 2.109 contagios en la Ciudad del lunes 29, que quebró todo récord desde que inició la pandemia y fue superado el martes 5, con 2.428 nuevos contagios. Igual que en la Provincia, con el pico de 8.063 casos del miércoles 31 que también batió todo registro. Con picos inéditos en distritos como la capital bonaerense, donde La Plata registró la mayor marca para un día, con 691 casos el lunes 29 y sigue en una fortísima suba.

Todo esto sucede a los pocos días de que Larreta y Acuña presentaran su balance exitista sobre la presencialidad, proponiendo relajar los ya manoseados e incumplidos protocolos. Pretenden así que la escuela actúe aún más como espacio de guarda y cuidado de menores y adolescentes. Cuando los establecimientos estallan de problemas y crece el número de burbujas aisladas.

Les preocupa además defender el negocio educativo, asegurar el pago de las elevadas cuotas y bajar la alta morosidad acumulada en 2020, la que explica la campaña de las corporaciones privatistas organizadas en el espacio #ALasAulas. Es que la Ciudad concentra más del 50% de matrícula privada, mayormente católica, más las evangélicas y de grupos empresarios, aportantes al PRO.

Al mismo tiempo, lejos de todo interés pedagógico o didáctico, solo pretenden facilitar a madres, padres y familias que puedan organizarse y concentrarse en la producción, el comercio y los servicios capitalistas. Para que rindan en recuperar la alicaída tasa de ganancia y evitar que se les generen trastornos por las dificultades concretas de esta presencialidad, sin las condiciones edilicias, de espacios ventilados y amplios, con baños o el agua necesarios.

Situación que la docencia y los sectores Multicolor debemos considerar para levantar una política no corporativa ni sectorial. Sino que parta de considerar la realidad social de estudiantes, familias y de millones de trabajadores que deben asistir a diario a sus empleos o actividades, en un transporte saturado. No solo la derecha debiera interpelar a nuestras comunidades por esa realidad que ellos mismos generan.

Es que en ese sentido, Larreta venía planteando concentrar los ingresos y salidas a la misma hora, eliminar la distancia social para saturar las aulas, diciendo tener “evidencia científica” de que el distanciamiento ya no sería necesario. Habilitar kioscos y comedores para facilitar la mayor permanencia de pibes en la escuela. Medidas todas inaceptables y opuestas a los cuidados básicos. Explicar esto, ganar a la comunidad y sortear la disputa por la opinión pública, es clave.

Incumplen los protocolos, pero insisten con su presencialidad insegura

Para ello es preciso balancear que la Ciudad y las provincias incumplen el “semáforo epidemiológico” del Consejo Federal de Educación, donde flexibilizaron las condiciones impuestas por el Protocolo Marco que votaron el 2 de julio de 2020. Hoy, hasta ese semáforo es cartón pintado. De aplicarse, las clases presenciales no podrían ser en gran parte de los distritos.

Es que el regreso a las aulas instrumentado fue caótico y desastroso. La presencialidad fue más que parcial y acotada, muy lejos del 100% que vendían Larreta y Trotta. Por eso, junto al dolor por la muerte del docente porteño, fogoneó la bronca saber que Alberto suspendía la presencialidad en la administración pública y que llamaba a hacerlo en las provincias, municipios, la justicia y el legislativo. Pero seguían con las clases presenciales, argumentando priorizar la educación.

Esto llevó a que, desde Ademys, se llamara a paro ese domingo 28, pero al filo de la noche. Se lo decidió y anunció a las 24 horas, sin ninguna consulta a las bases ni posibilidad de darle difusión. Así se impuso un paro que no superó el 15% en gran parte de los distritos, algo previsible por cómo se lo convocó.

En esto pesaron las volteretas y cambios de Tribuna Docente / PO, al filo de la noche de un domingo. Quienes hasta última hora acordaban con Lista de Maestros y con Alternativa Docente en que lo más adecuado era impulsar duelo el lunes, hacer asambleas ese día en todas las escuelas para trabajar a fondo el éxito del paro, al día siguiente. Debatirlo en asambleas con docentes, auxiliares, estudiantes, pero también con las familias y la comunidad. Y convocar a asamblea general abierta el lunes 29 para votar parar el martes 30. Por el lado de la burocracia Celeste de UTE, declaraban duelo y una difusa “jornada de protesta”.

La propuesta que hacíamos con Lista de Maestros y Alternativa Docente coincidía en algo básico para otro modelo sindical: Que la base decida todo. Pero equivocadamente, con una metodología contraria a esa necesaria democracia de bases, se desperdició la oportunidad de generar las condiciones para un parazo, de características inéditas.

De levantar una política para intentar obligar a UTE a tener que llamar a parar, al emplazarlos para pelear en serio ante la muerte de un docente. Además de hacer concreta la exigencia a la conducción Celeste de CTERA para que convoquen a un paro y plan de lucha nacional ante la segunda ola y sus críticas consecuencias. De esta manera, si la burocracia se negaba, lograr una gran deliberación en las escuelas y la comunidad, nada menos que en el centro político del país.

Con una política clara para que la docencia hiciera suyo el paro, junto a las familias. No hacerlo así, limitó el golpe al gobierno y la burocracia que decimos combatir. El desafío es tener política de masas, no solo para ciertos sectores. Porque en sus cambios de línea, el PO se vio corrido por las disputas intestinas con la Tendencia de Altamira.

En estos días ha seguido el aumento creciente de casos, lo que demanda una política correcta para el conjunto de la docencia, pero también hacia las familias y la comunidad. Porque algunos grupos como el PO Tendencia vienen diciendo, en todo tiempo, lugar y circunstancia, que rechazan la presencialidad. Con un esquema que por meses chocó con la realidad.

Así llegamos a convocar a asamblea general de Ademys recién para este martes 6, un día después de la concentración por justicia completa para Carlos Fuenteaba, a 14 años de su asesinato. Una asamblea a trabajar para que sea realmente masiva y permita poner en pie el fuerte plan de lucha que hace falta, si de verdad queremos torcer el rumbo del gobierno.

Este debate no es menor ya que, ante la segunda ola, la posible suspensión de clases presenciales requiere de un amplio debate democrático. Y no se va a lograr con declaraciones o mensajes en las redes. Ante la postura de los gobiernos, machacando con que la escuela sería “lo último que se cierra”, requiere de un verdadero plan de lucha, sostenido mayoritariamente por la docencia en las escuelas y no de acciones que no superen el estado testimonial o de sentar posición. Se trata de encarar una lucha a fondo, con exigencia y a la vez, iniciativa ante la burocracia de UTE y la CTERA, quienes actúan en complicidad con el gobierno de Alberto, Trotta y Kicillof, dejando correr y sin pararle la mano a Larreta en sus medidas.

Congreso Pedagógico con asesoría sanitaria para decidir

Un plan de lucha de estas características debe reforzar además la exigencia a los gobiernos para que entreguen notebook, celulares y conectividad gratis a la totalidad de docentes y estudiantes para una virtualidad que no implique mayor desigualdad y retroceso. Que deje de pagar la deuda a los bonistas y el FMI para destinarlo a educación, junto a la eliminación de los multimillonarios subsidios a la enseñanza privada y de gravar con impuestos reales y progresivos, a los ricos y corporaciones.

Para garantizar además la designación de mayor cantidad de cargos y de la totalidad de los que aún están sin cubrir, en actos públicos presenciales y transparentes, con parejas pedagógicas para cortar con la política de sobrecarga laboral, precarización y ajuste que impulsan los gobiernos. Para que no haya ni un docente sin trabajo ni un estudiante sin docente, además de más cargos en planta de auxiliares.

Por una educación a distancia real, no ficticia que seguiría degradando el proceso educativo, tan vapuleado por las posturas privatistas y precarizantes de la educación estatal de Alberto, Larreta, Kicillof y demás gobernadores; junto a la Iglesia Católica y demás sectores privatistas, más la OCDE, UNESCO, el Banco Mundial y el FMI.

Para eso exigimos la convocatoria urgente a un Congreso Pedagógico Nacional y en la Ciudad, de carácter resolutivo, que incluya la necesaria consulta sanitaria. Propuesta que en su momento levantamos junto a la Marrón, 9 de Abril/PTS y los gremios de la Federación Nacional Docente, FND. Para decidir democráticamente todo, con representación de la docencia, trabajadores y sectores populares que ponen el cuerpo a diario, les estudiantes y las familias.

Un Congreso que debata qué hacer sobre la educación, sus contenidos, formatos de bimodalidad. Y que, ante la segunda ola, debata con el conjunto de trabajadores y la comunidad, si se suspende provisoriamente esta presencialidad insegura, impuesta por los gobiernos, en el marco de un conjunto de medidas integrales que dé respuesta real para frenar la pandemia.

Incorporar también, como planteamos en la nota Educación. La presencialidad comenzó y el COVID da el “presente”, la necesidad de relevamientos que chequeen y verifiquen los casos, bajo estricto control y seguimiento de representantes electos democráticamente por la docencia, auxiliares, personal de salud y sus organizaciones independientes, así como la comunidad.

Un Congreso educativo donde debatir y rechazar cualquier intento de flexibilizar los vapuleados protocolos, como pretenden hacer Acuña y Larreta. Cuando no cumplen con las garantías y condiciones fijadas en el Protocolo Marco de julio de 2020.

Un Congreso democrático que parta de asambleas y de los comités de infraestructura, higiene y bioseguridad en las escuelas y distritos escolares. Pero que incorpore además una propuesta que levantamos junto a la FND, para conformar una comisión de interconsulta sanitaria con organizaciones de profesionales y trabajadores de la salud, independientes de los gobiernos para definir.

Que ponga en pie la exigencia de un masivo plan de vacunación, garantizando vacunar a cada trabajador de la educación y a toda la comunidad, a partir de anular las patentes y declarar de utilidad pública el laboratorio del grupo Sigman que produce millones de vacunas en Argentina, pero que hoy se van a los países centrales. Además de un verdadero y masivo plan de testeos, en particular a docentes, estudiante y familias, en lugar del irresponsable marketing electoral que hacen con los escasos puestos de testeos que colapsan, al verse saturados de gente.

Además de la exigencia de medidas de shock para bajar drásticamente la circulación en el transporte público y resolver la inmediata restitución de un IFE igual a la canasta familiar para que las y los trabajadores y sectores populares puedan sostenerse ante la baja en todas las actividades que no sean indispensables, junto a la prohibición por ley de los despidos y suspensiones.

Hoy la Ciudad y la Provincia figuran como distritos de “riesgo alto”, según el semáforo epidemiológico. Con estas medidas se podría empezar a desandar este rumbo contrario a la educación y la salud de nuestro pueblo.

Vanesa Gagliardi, directiva de Ademys

Legisladora porteña electa por el MST en el FIT Unidad

Francisco Torres, Sec. Gremial de la FND

Alternativa Docente, ANCLA

Agrupación Nacional Clasista Antiburocrática

MST en el Frente de Izquierda-Unidad

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