Este sábado YPF volvió a aumentar en todo el país el precio de los combustibles en un 6% en promedio. Esta suba también se hará eco en el resto de las estaciones de servicio como lo son Shell, Axión y Puma Energy. Así, con el aval del gobierno, el bolsillo popular recibe un nuevo golpe, en medio de la crisis y la pandemia.
El nuevo incremento se da en el marco de las subas de precios programadas, las cuales fueron anunciados el mes pasado. En el mes de marzo los precios treparon un 7%, aumento que hace que, en dos meses, se llegue a un alza del 15%. Teniendo en cuenta que en lo que va del año se registraron 6 incrementos, que llevan a que el precio de los combustibles acumule un aumento del 27,2%, valor que se encuentra muy por encima de la inflación general.
La petrolera ya tiene pensado aplicar una nueva suba del 5% en el próximo mes de mayo, incremento que entra en el plan de recomposición de precios planificado por el gobierno.
Estos aumentos que se presentan como un plan para que se pueda garantizar un nuevo programa de perforaciones, se relacionan de manera directa con el financiamiento de actividades que dañan el medioambiente. El Frente de Todos, con esta suba de precios interminable, en medio de la crisis económica que se profundizó con la pandemia, dice garantizar el abastecimiento y consumo interno de gas y petróleo.
Los subsidios millonarios que recibe la petrolera YPF, no bastan. Sin importar que el aumento de los precios en los combustibles se volverá a trasladar a los precios, desde el Ministerio de Economía siguen sosteniendo la falacia de que marzo será el último mes en que se va a registrar un índice de inflación alto.
Lo que hace falta, son medidas de urgencia para atender el 43% de la población pobre y para la salud y primera línea, como un fuerte y verdadero impuesto a las grandes fortunas. No políticas que privilegien al sector petrolero que, en nuestro país, ni siquiera perdió en 2020 cuando los precios de este commoditie tuvieron valores negativos a escala mundial.