Hugo Yasky, diputado nacional del Frente de Todos y secretario general de la CTA de los Trabajadores, escribió el pasado domingo una columna de opinión titulada No al regreso de los muertos vivos, publicada en el portal que dirige Horacio Vertvisky, para referirse a la situación nacional y a la crisis que atraviesa la coalición de gobierno. Catalano de ATE Capital hizo lo propio en FM La Patriada. Por nuestra parte, queremos polemizar con la política de la CTA-T, responsable del inmovilismo y desorientación de una franja del movimiento obrero.
Toda la nota de Yasky es un intento por aplacar el descontento de la propia base social del gobierno, que él mismo describe: “Para muchos, incluso, hasta puede parecer que el acuerdo con el FMI es el fin de una etapa y el inicio de la proyección de una nueva experiencia de construcción política”. Dirigiéndose a ese sector, parte de reconocer el inocultable “desencanto hacia el gobierno y escepticismo hacia el futuro”, pero lo justifica por la herencia del macrismo, la pandemia y la suba inflacionaria, producto del abuso de los formadores de precios. La única responsabilidad que reconoce por parte del gobierno es que tuvo “políticas erráticas e inconsistentes”. En esa tónica hace referencia al FMI, no para calificar o descalificar el acuerdo en base a las graves consecuencias que recaerán sobre las espaldas de les trabajadorxs, sino centralmente para conciliar a las fracciones enfrentadas dentro de la coalición de gobierno. Finalmente, la orientación recomendada por Yasky es preservar la unidad del FdT de cara al 2023, porque todavía podemos estar peor si Juntos por el Cambio vuelve a gobernar.
Catalano, dirigente de ATE Capital y de la CTA-T, también se expresó con el mismo espíritu conciliador: “En el espacio político del que soy parte, quienes tienen la puja por el pago de la deuda con el FMI, ninguna de las partes decía que no hay que pagar”. Y replica la misma orientación: “Yo quiero que el pueblo sienta una unidad en la superestructura para que haya alivio en los sectores populares”.
¿Con les trabajadorxs o con el FMI?
El carácter de ajuste que tiene el acuerdo con el FMI para les trabajadorxs y los sectores populares, la ilegitimidad de la deuda, así como las graves consecuencias con respecto a nuestra soberanía ya han sido desarrolladas en múltiples artículos de los más diversos sectores y están fuera de discusión. El cuento del gobierno de que este acuerdo no trae ajuste no se lo traga nadie. Pero eso no es objeto de esta nota, sino el debate sobre lo que tenemos que hacer les trabajadorxs frente al ajuste de los tarifazos, la devaluación de nuestros salarios y jubilaciones, el recorte de partidas sociales, el ajuste a la salud, la educación y la cultura. En fin, todo lo que condensa el acuerdo con el FMI.
Aunque es de sentido común, tenemos que decirlo, esto traza una línea divisoria: o se apoya el acuerdo con el FMI y por lo tanto su ajuste, o se lo enfrenta. En esto no hay tibieza ni medias tintas, si el gobierno es quien acuerda con el FMI y el encargado de ejecutar dicho acuerdo, o se está con el gobierno o se está con les trabajadorxs.
El esfuerzo denodado de Yasky, Catalano y la CTA-T por preservar la unidad del FdT los ubica del lado del gobierno y, en consecuencia, del FMI. Es un capítulo más del derrotero de esta Central, que de tener éxito, contrariamente a lo que proclaman, colaboraría en la ejecución del ajuste y en el retorno de la derecha macrista al gobierno.
CTA de los Trabajadores: un derrotero de claudicaciones
Al plateo de Yasky hay que reconocerle un grado de coherencia que nos sirve para medir la validez de la orientación que le impone a la CTA-T. Su intento de conciliación dentro del FdT para enfrentar en el 2023 a la derecha nos recuerda, ahora en una versión devaluada, a la consigna Hay 2019. Luego de las jornadas de rebelión de diciembre del 2017 contra Macri y ante la vuelta del FMI a la Argentina, el kirchnerismo, junto a la CTA y otros sectores agitaron esta consigna. La idea era no hacer olas, bancar, salir de la calle para no “darle argumentos a la derecha”, a la cual se la sacaba en las elecciones con un gran frente que integrara a todo el PJ. Esta orientación le permitió terminar el mandato a Macri y consolidar la vuelta del FMI a la Argentina, además de dar una sobrevida a Juntos por el Cambio.
Esa orientación además subordinó a decenas de sectores provenientes del campo popular al PJ, imprimiendo el inmovilismo y la complicidad a los sindicatos y movimientos sociales que se integraron al FdT. Esta complicidad fue permanente y en el caso de la CTA-T se plasmó en los Consejos del Salario, en los cuales avaló los miserables aumentos del salario mínimo que recién en diciembre llegarán a 45 mil pesos. También se plasmó en las paritarias docentes y estatales (en este caso colaborando con ATE nacional y la CTA autónoma), ante las cuales nunca organizaron el reclamo, consolidando la pérdida salarial previa. Es decir, a la “persistente erosión de los ingresos de los sectores populares producto del abuso de los formadores de precios y de los operadores financieros”, de la que habla Yasky, hay que agregarle la responsabilidad del gobierno y de las centrales sindicales y sus burocracias (que Yasky encabeza).
Por último, la integración al gobierno y la subordinación al PJ llevó a Yasky en su rol como diputado a decir primero que iba a definir su voto sobre el acuerdo con el FMI en consulta con la CTA-T, para luego abstenerse y de esta forma apoyar vergonzosamente el acuerdo, sin que ningún docente, estatal, trabajador del Subte, etc., fuera consultado.
La orientación que plantea Yasky profundiza este derrotero. Sostener la unidad del FdT de cara a las elecciones del 2023 significa más subordinación al PJ, al gobierno, y hoy, al FMI. Y como contrapartida de un gobierno que se embandera como nacional y popular y que ha fracasado en todos los terrenos, le allana el camino a la derecha.
Con la izquierda, saquemos a los sindicatos del inmovilismo, organicemos la pelea contra el FMI y construyamos una nueva alternativa política
A les trabajadorxs que tuvieron expectativas en este gobierno les decimos que “bancar” en el FdT para que no vuelva la derecha macrista va a generar el efecto contrario y una nueva frustación. Que permanecer en el inmovilismo para “no hacer olas” le deja la iniciativa a la derecha mientras que el gobierno aplica el acuerdo con el FMI. A todes les compañeres que activan en su lugar de trabajo, en los barrios o en el movimiento de mujeres y disidencias, les decimos que sobra fuerza social para frenar el ajuste, echar al FMI e imponer una transformación política, económica y social favorable a les de abajo.
Una expresión de esa mayoría social se ve en las multitudinarias movilizaciones que desde el año pasado llenaron en dos ocasiones la Plaza de Mayo y en una ocasión el Congreso contra el FMI, o en las movilizaciones del movimiento piquetero que desborda la Av. 9 de julio semana a semana y viene de acampar contra el hambre. A su vez, el Frente de Izquierda y les Trabajadorxs- Unidad, como expresión política de estas luchas, se fortalece por su coherencia y tiene el potencial para convertirse en alternativa.
Y es solo una expresión que podría magnificarse, si quitamos la mordaza a la mayoría de los sindicatos que sacaron los pies de la calle hace rato, secuestrando las herramientas de organización y lucha de les trabajadorxs. Por eso les decimos: rompan con esos dirigentes, rompan con el gobierno, porque es necesario más que nunca expresar nuestra fuerza en las calles y porque es hora de poner en píe un nuevo proyecto político.
Daniel Contreras