Foto de Portada. Laura Benítez
Hace cincuenta años, el 20 de marzo de 1975, el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón desató sobre la ciudad de Villa Constitución un operativo represivo destinado a sofocar una gesta obrera histórica. Representada en la Lista Marrón, cuyo programa era manifiestamente antiburocrático, antipatronal y antiimperialista, la clase trabajadora de la zona industrial del sur santafesino y el norte bonaerense venía llevando adelante una organización que prometía, por un lado, torcerle el brazo a la burocracia de la UOM de Lorenzo Miguel y, por el otro, simultáneamente, amenazaba los intereses siempre vigentes de Acindar, cuyo presidente del directorio era entonces José Alfredo Martínez de Hoz, y la burguesía empresarial que la empresa representaba.
El genocidio desatado y la resistencia de toda la población en una huelga de sesenta días, organizada en torno al Comité de Lucha y los Delegados Barriales, son parte de la rica historia de lucha de la clase trabajadora de nuestro país. Desde hace dos años, esta experiencia se ha vuelto evidente en las audiencias testimoniales del Juicio de Lesa Humanidad que se ha desarrollado en Villa, primero, y en los Tribunales Orales Federales de calle Oroño, en la ciudad de Rosario, después.

Organización y movilización durante un juicio clave
El lunes pasado, 20 de octubre, el tribunal finalmente ha determinado que la sentencia se dará a conocer el martes 4 de noviembre. La relevancia de este juicio no sólo es histórica, sino actual. Esta causa que tiene en el banquillo de los acusados a personal jerárquico de Acindar y juzga la responsabilidad de la empresa y el Estado, así como la complicidad civil, viene a exponer las responsabilidades en la represión al Villazo en un contexto en el que nuevamente, a pesar de los sucesivos cambios de mano del capital que la controla, Acindar coquetea con el gobierno de Milei en busca de una reforma laboral regresiva y la profundización de la flexibilización laboral, ante la falta de acción de la burocracia sindical traidora. Es decir, las condiciones que llevaron a la movilización obrera en Villa Constitución hoy están tan vigentes como en aquél momento, por lo que recuperar la experiencia del pasado es tan necesario como urgente.
Cabe destacar que este proceso judicial, iniciado en Buenos Aires con la denuncia presentada por algunos sobrevivientes en 2010, se fue desarrollando acorde a los tiempos de un poder judicial que, tras demasiadas licencias, garantizó la impunidad biológica de muchos de los genocidas y no les permitió a otros tantos protagonistas de la gesta hoy fallecidos presenciar su desenlace. No obstante, los dos años de la instancia testimonial oral y pública han permitido que, encabezadas por protagonistas y familiares, tuvieran lugar amplias asambleas en las que diferentes organizaciones políticas, sindicales y de derechos humanos se hicieron presentes y acompañaron los “aguantes” y demás instancias de movilización en amplia unidad.

Acto de cara a la sentencia
Se acerca, en definitiva, un momento mayúsculo de definiciones judiciales, pero que representa a la vez una oportunidad insoslayable para la clase trabajadora de movilizarse nuevamente en el reclamo unitario de Memoria, Verdad y Justicia; de recuperar la experiencia de la Lista Marrón y el pueblo trabajador de Villa Constitución, con sus mártires y sobrevivientes, con sus mujeres heroicas, con cada hija e hijo de tanta sangre combativa derramada.
Es preciso aprovechar la posibilidad de formar parte de una historia que sigue viva, de una lucha que continúa y se mantiene tan abierta y vigente como la herida de la violencia estatal, civil, parapolicial y empresarial desatada sobre Villa y sus trabajadores. Así lo entienden quienes vienen llevando adelante el reclamo y las diversas fuerzas que acompañan. Por este motivo, ya se están realizando reuniones organizativas en Villa Constitución y Rosario para preparar en la más amplia unidad un masivo acto para el martes 4 de noviembre, frente a los Tribunales Federales de calle Oroño 940, en la ciudad de Rosario, para el que hacemos extensiva la invitación.

¡Que sea Justicia y que viva la lucha de la clase trabajadora!
¡Que viva el Villazo!
Rodrigo Garzón