El siguiente articulo fue extraído del sitio web de la Liga Internacional Socialista
El Premio Nobel que aspiraba ganar el cogenocida Donald Trump, cómplice de Netanyahu en lo de Gaza, se lo han dado finalmente a María Corina Machado. Los tres son amigos.
La degradación moral y manipulación política en el Nobel es escandalosa. Pasó de ser otorgado a figuras como Adolfo Pérez Esquivel, auténtico luchador contra la dictadura militar argentina de los 70-80, o a Nelson Mandela, luchador contra el apartheid en Sudáfrica, a ser concedido a un impulsor de guerras como el expresidente imperialista Barak Obama, y ahora a una persona como MCM, que le ha pedido a los Estados Unidos y a Trump que invada militarmente a Venezuela.
MCM viene sosteniendo posiciones nada respetuosas de la “paz”. No es necesario explicar lo que supone solicitar y avalar el acoso militar de los EE.UU a Venezuela. Pero no solo eso: apoya a Israel y al genocida Netanyahu, verdugo de la población de Gaza, y hasta llegó a pedirle que también le ayudase a tumbar a Maduro. ¡Se lo pide a un criminal de guerra!.
Cuando Trump comenzó a aplicar su política de criminalización, deportación y encarcelamiento de migrantes venezolanos, ella mostró su consentimiento. Y ahora que Trump impone su cerco aeronaval y se dedica a hundir lanchas en las que van venezolanos, sin explicaciones ni pruebas, al margen de toda legislación internacional, MCM también respalda esas actuaciones.
Son solo algunos ejemplos de que María Corina no tiene nada que ver con la paz y es un instrumento al servicio de la más agresiva potencia extranjera. Y eso sin contar sus antecedentes golpistas, cuando en Venezuela había un gobierno constitucional, electo democráticamente, en el año 2002, y en otras intentonas posteriores.
Indudablemente, lo del Nobel es una operación política para favorecer a una oposición de derecha que está al servicio de los intereses de un país imperialista. ¿Por qué no se lo dieron a la Flotilla que intentó romper el bloqueo de Israel a la ayuda humanitaria en Gaza?
A MCM no le importa el costo que pueda tener para la población venezolana la concreción de una posible invasión militar norteamericana. Cuando los EE.UU se metieron en Panamá para sacar a su antiguo aliado Noriega, destruyeron barrios enteros, matando a centenares o quizás a miles de sus habitantes.
Por ahora, con el aval de MCM y del “presidente” reconocido por Trump, Edmundo González, son hundidas lanchas en las que van venezolanos, sin demostrar su presunta vinculación con el narcotráfico, ni respetar el debido proceso, ni las leyes del mar, ni los derechos humanos. Los EE.UU se erigen como la “autoridad armada” que rige en los linderos del mar territorial de países soberanos, pero en cambio, no envía a sus barcos a controlar el narcotráfico en sus propias costas. Culpa a los demás países por su propio consumo y usa el narcotráfico como excusa para justificar acciones que se saltan todos los tratados y convenciones internacionales.
Los venezolanos y venezolanas, ciertamente estamos hastiados del gobierno de Maduro y de la “lumpemburguesía” del PSUV, y tenemos que desarrollar nuestra capacidad de lucha para poner término a este gobierno de facto y al régimen hambreador que sostiene. Pero eso no se resuelve pidiendo que en Venezuela se meta el gobierno y el ejército de los EE.UU, un país que después de haber invadido Afganistán, lo dejó mucho peor, con los talibanes aplastando todos los derechos, especialmente de las mujeres, con prohibición de ir a la escuela, salir solas o ir a trabajar. Los Estados Unidos invadieron e hicieron la guerra a Irak, con la excusa de una supuesta existencia de armas de destrucción masiva, que resultó ser falsa y lo que hicieron fue sembrar la muerte y la destrucción en ese país (la estimación de las muertes es superior al medio millón de personan y hay fuentes que calculan más) . Estados Unidos se han metido varias veces en Haití y lo que ha hecho es contribuir al empeoramiento de la situación de su pueblo, sumido en el caos. Se meten a saquear recursos, a imponer con violencia y para su propia conveniencia, no del país invadido; quieren gobernar a los demás y anular la soberanía e independencia de las naciones, en nombre de una “democracia” y Derechos Humanos que no respetan en ninguna parte.
Son muchos los ejemplos históricos; pero María Corina quiere que entren en Venezuela y ofrece darles lo que pidan a cambio de que la pongan a ella. Y, claro, primero dicen que es para “restaurar la democracia” o para una “transición”, pero terminan haciendo lo que la historia ya nos ha demostrado una y otra vez.
Maduro también ha venido entregando el país a los intereses capitalistas extranjeros, a pesar de su discurso pseudo nacionalista, en desmedro de los trabajadores y del pueblo venezolano, que es entregado como mano de obra regalada, a salario “cero” (inferior a 1 dólar mensual) para provecho del empresariado y de las transnacionales.
Pero al gobierno gringo no le gustan los negocios que Maduro hace con China y con Rusia, sus competidores a escala global geopolítica y perfiere un gobierno sobre el que tenga mayor control. Sin embargo, mientras las naves y aviones de USA realizan ataques armados cerca de nuestras costas, aquí la transnacional norteamericana Chevrón saca más petróleo que la desfalcada y arruinada PDVSA, con licencia de los EE.UU. ¿Cómo se explica eso?
MCM, por el momento, es la que cuenta con el beneplácito del gobierno norteamericano, y los gringos no se fían de las alianzas y vínculos de Maduro. Prefieren devolverle el manejo económico y político a sus aliados proimperialistas de la burguesía tradicional venezolana, desplazados por la burocracia autoritaria actual.
María Corina Machado, que tiene el apoyo de los principales sectores empresariales, no ha enfocado su lucha en hacer respetar el salario (que según la Constitución debería estar al nivel del costo de la canasta básica, Art. 91). En eso MCM es cómplice de las políticas anti obreras de Maduro, en la medida en que le sirven a la clase capitalista que ella representa. El mantenimiento del “salario cero” en Venezuela es equivalente a una guerra de hambre contra nuestro pueblo; una guerra en la que ella está con los explotadores.
Por razones como éstas, entre muchas otras, rechazamos la concesión del Premio Nobel para María Corina Machado. Reafirmamos que la liberación del pueblo venezolano y de la clase trabajadora no puede venir de su mano ni del Gobierno de Trump. Ambos sólo persiguen sus propios fines.
Nuestra liberación ha de ser obra de nuestra propia organización, conciencia, resistencia, movilización obrera y popular, frente al gobierno anti obrero y autoritario de Nicolás Maduro, y frente a “la planta insolente” del imperialismo, que con sus operadores políticos pretende pisotearnos tomando el lugar de quien hoy gobierna.
No es el imperialismo guerrerista y genocida, ni los partidos de la clase explotadora, la solución para nuestra gente. No es una intervención semi colonizadora de los EE.UU lo que resolverá nuestros problemas. Insistimos en la independencia política de clase del pueblo trabajador y en la necesidad de que creemos nuestras propias herramientas de lucha para lograr el cambio liberador, sin invasores, sin explotadores, sin nuevos ricos que junto a Maduro se hacen pasar por “socialistas”, pero que son otra derecha y otra cara del capitalismo en Venezuela. Repetimos entonces: Ni Maduro, ni María Corina, ni Trump y los gringos ni cualquier otra dominación imperialista, incluida la de China o la de Rusia. ¡Ni burocracia, ni capital! Las cuentas con Maduro las arregla el pueblo. ¡No al intervencionismo gringo contra Venezuela!
Por Marea Socialista
