El gobierno de Milei tomó la determinación de desguazar presupuestariamente la universidad pública y ponerla al borde de la paralización total con la prórroga del presupuesto 2023 y una inflación del 257% interanual.
Este plan de reestructuración capitalista en el país por parte del elenco libertario cuestiona pilares del modelo de universidad masiva con más de 2 millones de estudiantes, 50 mil docentes y 25 mil no docentes que, a pesar del deterioro progresivo, sigue existiendo. Por lo demás, es un ámbito de acumulación de masa social crítica que no es compatible con el proyecto reaccionario que encabeza Milei.
En paralelo, hay una ofensiva fuertísima por achicar reduciendo a su más mínima expresión el CONICET, como punta de lanza para reconvertir el sistema científico nacional: vaciamiento presupuestario y apertura de nichos de valoración al gran capital en el campo de la ciencia. Ya se efectivizaron despidos, se suspendió el otorgamiento de becas y se congelaron los ingresos a carrera y su financiamiento.
En las universidades, las gestiones desde diciembre vienen anunciando un recorte que se expresa en la no renovación de designaciones, la suspensión de concursos, el desfinanciamiento de investigación y extensión, así como los casos más extremos donde se han suspendido el cursado libre poniendo cupos.
Superar la pasividad y el inmovilismo
Este feroz ataque encuentra a la comunidad científico-universitaria sin la preparación necesaria, ni la vitalidad entrenada de sus fuerzas como sujeto. En el último periodo ha habido un repliegue vinculado a las conducciones sindicales de la universidad, a las gestiones atadas a diferentes proyectos de orientación capitalista del país y a las conducciones del movimiento estudiantil, de federaciones y centros. La pasividad y coexistencia fueron el rasgo distintivo de la conducción de CONADU, de FATUN, de las conducciones estudiantiles con posiciones reconquistadas por Franja Morada-Nuevo Espacio en la UBA y también en Córdoba, Rosario, La Plata y los principales enclaves del país. Esa superestructura cristalizó años de inmovilismo que neutralizaron la acción consciente, activa y masiva de docentes, no-docentes y estudiantes. La Multicolor al interior de CONADU (H) con debates y contradicciones, y la izquierda estudiantil no logramos ser un polo de reagrupamiento que canalice una acción independiente con capacidad de gravitar. En parte, es un desafío clave para esta etapa que se abre con un gobierno que le declaró la guerra a la educación pública de conjunto. En ese camino, en primer lugar, además de tomar en nuestras manos el paro del 14 de marzo para que sea contundente, tenemos que exigir la continuidad de las medidas con el no-inicio en todo el país y una agenda escalonada de medidas de fuerza que desemboquen en una acción nacional a Plaza de Mayo como multitudinaria demostración de fuerza del conjunto de la universidad pública y la investigación científica estatal del país.
La casta también era la educación
El naufragio de la ley ómnibus estuvo asociado a las inconsistencias del gobierno libertario, su escuálido músculo político y esencialmente a la movilización social. Quedó claro que hay relación de fuerzas para enfrentar la ofensiva e incluso derrotarla. Lógicamente, la CGT y la CTA, al no darle continuidad al paro del 24 de enero y la protesta nacional enorme de ese día, dilapidan fuerzas y contribuyen a desgastar a la clase obrera y el pueblo en peleas sectoriales. Ahora, entramos desde el 1° de marzo en una nueva fase de luchas, con el INCAA y Télam como blancos del ataque ajustador, y la universidad como parte de esos objetivos apuntados. Sin embargo, hay una extendida simpatía social hacia la educación, como también hacia la cultura e incluso el sistema de información de prensa público. Por eso, iniciativas como las que prepara el CONICET del montaje de ferias de ciencias para mostrar lo que produce y lo que la banda libertaria que gobierna ataca, es un recurso para tomar como punto de referencia. Todo en el camino de una unidad y coordinación multisectorial de las luchas, que potencien el planteo a la CGT-CTA del llamado a una nueva huelga general con movilización, no para negociar con Milei sino para enterrar todo su plan anti-obrero y anti-pueblo.
Capitalismo sin filtro para desmantelar universidad y CONICET
El proyecto libertario es la pulsión capitalista privatizadora de la universidad y del sistema científico sin filtros, sin mediaciones. Consecuentemente, es un ataque elitista, de clase, contra las juventudes que todavía aspiran su profesionalización a través de la universidad. A la vez, el ámbito universitario, como usina de pensamiento crítico e instancia de formación de cuadros que cuestionan el statu quo, también repele la versión reaccionaria del gobierno actual. Por eso la licuación presupuestaria afecta las condiciones materiales básicas de funcionamiento de la vida universitaria:
- Las becas de 20 mil pesos son una miseria.
- Se desfinancian comedores universitarias y residencias.
- Se precariza el salario y la infraestructura.
Y, en definitiva, se alienta la deserción. Es una especie de malthusianismo universitario, para reducir estructuralmente ese campo sin control directo del 1 % al que representa Milei y su ecosistema.
Todo en el camino de la estrategia del FMI y el Banco Mundial, destinada a reducir las carreras de grado, habilitar cada vez más titulaciones intermedias, desplazamiento de contenidos a posgrados pagos, como así también virtualización y cuatrimestralización, como formas de degradación curricular-pedagógica. La estandarización simplificada de la formación con un universo de población universitaria recortada, con desfinanciamiento y apertura al arancelamiento progresivo, se perfila la estrategia general del modelo de universidad y CONICET, para el mercado definitivamente.
Despertar al gigante dormido
Algunas leyes del proceso político y de movilización del campo universitario, hemos aprendido a lo largo de las décadas pasadas.
Una es que siempre las medidas de fuerza que tienen a la docencia y los no-docentes, en pie de guerra facilitan la activación del movimiento estudiantil. Por eso, el paro de este 14 de marzo tiene que ser contundente y a la vez, sin acciones unificadas de protesta activa, no va a mostrar todo su potencial. Pero es un punto de partida que tenemos que tomar.
Por otro lado, el movimiento estudiantil con sus luchas siempre ha operado como una especie de caja de resonancia anticipatoria de tendencias sociales más profundas. Si reacciona con potencia, seguramente estará reflejando vasos comunicantes con un estado de ánimo rebelde más extendido. Y eso es saludable.
Evidentemente, en lo inmediato se trata de exigir una actualización presupuestaria de piso, que sea equivalente a la inflación real y se traslade al aumento de salarios, becas, personal y de funcionamiento del CONICET para poder discutir, a partir de allí, qué presupuesto real necesitamos para garantizar el acceso pleno e irrestricto a las universidades públicas argentinas y para poner en pie una ciencia soberana e independiente de los intereses empresariales.
La medida de fuerza convocada tiene que tener continuidad con un no-inicio en todo el país y un plan escalonado de medidas de fuerza que culminen en una enorme Marcha Federal de la Universidad y la Ciencia en Plaza de Mayo. Impulsemos asambleas interclaustros en cada facultad de todo el país, y preparemos desde la Multicolor y las agrupaciones de izquierda y combativas del movimiento estudiantil, un Congreso Nacional Docente-No Docente-Estudiantil con el propósito de vertebrar un polo alternativo de lucha que no sea bloqueada por ninguna burocracia que negocie en nuestro nombre.
Milei juega a todo o nada. Hay que recoger el guante y responder en la misma escala.
Desde la universidad pública y el CONICET sí la vemos: hace falta una respuesta masiva, consecuente y radicalizada para doblegar la aventura siniestra del gobierno actual.
Y es con el conjunto de los trabajadores, los movimientos sociales, los organismos de derechos humanos, la cultura, las asambleas barriales y el movimiento de mujeres y disidencias. Es otra vez, exigiendo que las centrales obreras dejen de maniobrar y especular, y convoquen a parar.
En ese camino, la Juventud Socialista del MST y la docencia e investigadores agrupados en Alternativa Universitaria-Multicolor convocamos a todo el activismo que comparta este encuadre y propuestas a construir juntos esa hoja de ruta, para que no desmantelen lo que supimos defender de la educación pública y pelear por el modelo al que aspiramos de universidad y de país.
Es ahora, no hay margen para ser indiferentes.
Juventud Socialista MST
Docentes e Investigadores de Alternativa Universitaria – Multicolor