lunes, 18 noviembre 2024 - 06:16

Unidad Piquetera y MST Teresa Vive. En la calle, ante cada medida del gobierno ajustador

El 2022 fue un año de muchas definiciones por parte del gobierno del PJ y el Frente de Todos, que afectaron enormemente la economía de nuestras familias. Con cambios de ministros en Economía, en Desarrollo, Trabajo y en otras reparticiones.

En el caso del ex ministro Zabaleta, se tuvo que volver a su búnquer, ante una gestión fracasada y para intentar no perder Hurlighan a manos de La Cámpora o Juntos. Como reflejo de una actitud de la mayoría de funcionarios y gobernadores que tratan de despegar de la nacional, en las elecciones que se avecinan, para buscar dónde guarecerse.

Y entonces vino una ministra de barrio privado, Victoria Tolosa Paz, “la Cheta” como le decimos. Para ser la que aplica la política de Massa y del Fondo Monetario, con el aval de Cristina y todo el PJ. La que, ante el apriete de la justicia, vende a quien sea…

Al ordenarse por los acuerdos con el FMI, este gobierno no hizo otra cosa que empobrecernos más, con un aumento en el nivel de pobreza y de indigencia, que supera incluso el desastroso gobierno de Macri. Dijeron que venían para “ser mejores”, pero el ajuste fue durísimo para los de abajo. Con una inflación que casi llega a 3 dígitos: 94,8% y salarios bajísimos, que corren siempre por atrás.

Es que se alinearon detrás de las definiciones que les exigió el Fondo: bajar el déficit fiscal, al reducir el gasto social. Y para eso, los intentos de “bajas” en los programas sociales o de cerrar los cupos de nuevas “altas”. A cada una de estas políticas, las enfrentamos en la calle para frenarlas. El 2022 fue otro año donde para los pobres hubo hambre, ajuste y persecución. Mientras a los sojeros, subsidios y dólar preferencial para sus ganancias.

Por eso, aquella estigmatización del ex ministro Zabaleta, diciendo que nuestros pedidos de mejores salarios, alimentos, trabajo y herramientas eran “chantajes”, le dio pie a una derecha más retrógrada aun para salir a pegarnos. Y vinieron los ataques del “movimiento anti piquetero” de los liberfachos Milei y Marra. En el odio de clase visceral de estos sectores, sumados al de Espert que pide “bala”, de Patricia Bullrich, Larreta, Macri o Berni, no safó nadie. Todos alineados en beneficiar al 1% más rico y castigar a los más humildes. Confirmando lo que decimos: que sobra derecha en este país. Y hace falta más izquierda.

Por supuesto, respondimos. Pese a las denuncias legales y mediáticas, como es nuestro compromiso y esencia, seguimos en la calle. Ante lo que primó este año como política de ajuste, dijimos como lema: “nos quieren sacar del hambre, pero no de la pobreza”. Con fuerza, organización democrática y determinación, les pusimos en la calle esa postal del hambre real, la que no querían que mostremos.

Un maquillaje, pero no a prueba de agua. Se cae solito…

En ese contexto, dimos también la lucha por el trabajo genuino, formal, registrado, ante la mentira de la “economía popular” como soga que le tiran al gobierno desde la CTEP, con Grabois y Pérsico a la cabeza. Y el fracaso número dos del “Plan Empalme” o el “Puente al Empleo”.

Los movimientos oficialistas salieron a bancar con todo el nuevo tipo de “trabajo” que quieren imponer en Argentina, al que definen como la “Economía Popular”. Esa que todos los días hacemos, pero que no cambia la vida, que pende de un hilo y de que el resto de trabajadores tenga un mango para darnos una changa o que compren nuestros productos.

Es en realidad, otra forma de economía informal, que no puede competir de ninguna manera con las grandes empresas. Solo sirve para paliar un poquito el bajo salario que se cobra con el Potenciar Trabajo. Por eso ahí fue que salieron a hablar maravillas del “banco de herramientas”. Lo que quedó al desnudo, con las luchas que dimos, porque no nos venían entregando las mismas.

Se puso en claro que el plan de “producción” capitalista es esencialmente extractivista, de saqueo de nuestros recursos. Quedó de manifiesto que no solo se roban nuestros recursos naturales, nuestras cosechas y alimentos para venderlos al exterior. En un país que produce comida para 400 millones de personas, casi 10 Argentina, todo se va o encarece con el cuento de “alimentar al mundo”, cuando acá el 50% de pibes es pobre. Con una gran porción en la indigencia o muriendo de hambre por desnutrición.

En la Argentina rica, un pueblo pobre no tiene acceso a esa riqueza alimentaria porque prefieren exportar todo, ya que cobran en moneda extranjera. Y lo que queda, lo quieren facturar igual y nos la cobran a precio dólar.

Un modelo de producción que no nos incluye. Por eso les dijimos: vuelvan a generar y poner a funcionar las fábricas, utilicemos nuestros recursos para hacer producción, pero no quieren cambiar la matriz extractivista, con escaso valor agregado y empleo de baja intensidad. Porque esa matriz de saqueo es la que les da plata a unos pocos vivos y junta dólares para el FMI.

Tanto a Zabaleta como a “la Cheta” les propusimos dónde y cómo podían generar 1 millón de puestos de trabajo. Con la construcción un verdadero plan de viviendas populares, de obras públicas, con bolsas de trabajo reales en el ministerio de Trabajo, pero nada de eso sucedió.

Nuestra situación salarial y la inflación

El salario nunca superó la inflación. Son bajísimos. Y estamos como el conjunto de trabajadores en una situación muy difícil. Por eso hay tanto descontento. Porque incluso en estos últimos meses, hasta intentan desacoplar los aumentos salariales del Potenciar Trabajo de las subas que se fijan para el Salario Mínimo Vital y Móvil. Las que se han ido dando más seguido, aunque siempre insuficientes.

Querían limitar una de las pocas posibilidades de tener al menos magros aumentos, reflejados en nuestros salarios. Pero como siempre, en esta también luchamos y frenamos esa ofensiva. Salimos por el bono y por aumento de trabajo para todes, porque somos y nos percibimos como trabajadores. Nuestra lucha no va alejada de la del conjunto, por eso fuimos en unidad con el Plenario del Sindicalismo Combativo, a reclamar al ministerio de Trabajo ante esta y otras arbitrariedades.

E 2022 fue un año con grandes y multitudinarias movilizaciones, cortes de puentes, de rutas a nivel nacional. Jornadas nacionales que llenaron las calles de las provincias. Con Marcha Federal incluida, diciendo: “La pobreza cruza el país, nosotres cruzamos el país contra la pobreza”.

Sin grieta alguna, el gobierno con iniciativa de Cristina Kirchner para cuestionar y recortar los programas sociales, apañada en esto por la derecha macrista y los liberfachos, largaron todo tipo de campañas contra nosotres. Hasta pretendieron cuestionar esa misma pobreza e indigencia a la que nos sometieron. Por eso nos pasaron por auditorías, que hicimos donde nos mandaban. Donde la inoperancia vino siempre del lado del gobierno.

Pero la persecución no quedó en eso, tuvo varias formas. Desde los allanamientos, hasta las bajas de planes por pedido de la justicia de miles de compañeres. Decían que seríamos “poseedores” de dólares o de elevadísimos “bienes personales”, cuando de lo único que somos poseedores, es de las carencias y miseria a la que nos sumergen.

Hubo unidad para enfrentar esas políticas. Es que la necesidad, demandas postergadas y el ajuste a presión del FMI para bajar el gasto público, es tal, que hubo acciones con sectores piqueteros afines al gobierno. Pero también hubo luego “acuerdo” de esos mismos movimientos oficialistas con el gobierno para volver a abandonar la calle.

Muestran así los límites políticos de la dirigencia de esas organizaciones, al no querer sacar los pies del plato y seguir siendo parte del mismo Frente de Todos que ajusta. Por responsabilidad de esa dirigencia, más allá de críticas o diferencias, deciden ir nuevamente juntos, en vez de romper y hacer algo nuevo con el Frente de Izquierda Unidad y el Sindicalismo Combativo como planteamos.

Desde la Unidad Piquetera y nuestro MST, siempre estuvo el llamado a salir juntos y que rompan con el gobierno, pero los amagues de Grabois y su espacio de irse, no pasan de eso. Expresan sí el malestar de las bases con el ajuste oficial, pero también una línea para intentar contener y llevar todo a la vía muerta de “dar pelea desde adentro”.

Porque no se puede estar de los dos lados del mostrador, para sacar ventajas. En ese sentido, seguimos llamando a miles y miles de compañeres que quieren cambiar en serio, a venir con el MST, al FIT Unidad. Y encarar la lucha unitaria por lo que nos falta.

Alimentos: una gestión desastrosa

En este aspecto, el gobierno “popular” también demostró su poco interés de utilizar los recursos económicos que tienen para comprar alimentos que sirvan para sostener los comedores. Fueron muchas las luchas que dimos por esto, el último acampe tuvo como centro esa exigencia. Porque por primera vez ni los productos navideños llegaban a los comedores. En algunas provincias tuvimos que partir el pan dulce, una vergüenza.

Tampoco recibimos las entregas de alimentos por los 12 meses del año y nos preguntamos: ¿qué pasó con el dinero destinado para eso? Por eso lo reiteramos: La ministra Tolosa Paz sabe a quién se enfrenta. Sabe que con nosotres no se juega. Y que siempre estamos en estado de alerta y movilización.

Todo el año la peleamos y como viene planteado este 2023, con los compromisos que hizo Massa con el fondo y el aval de Cristina, se avizora mucho más ajuste. Y por supuesto, lo enfrentaremos como sabemos en las calles. Por eso es importante seguir sosteniendo esta herramienta de la Unidad Piquetera, porque hemos sabido llevar adelante la lucha, a pesar de las diferencias que podamos tener. Y buscar siempre la mejor síntesis de las distintas posturas. Porque lo fundamental es dar una respuesta a nuestres compañeres.

Nuestro compromiso

Desde el MST Teresa Vive también luchamos por entender y saber que la lucha es más profunda. Porque si no cambiamos este sistema capitalista, vamos a estar siempre peleando por comida o planes. Por eso es necesario que, con las y los compañeros de cada asamblea, barrio, comedor o proyecto, debatamos en manera respetuosa, franca y democrática sobre la importancia de hacer más grande el MST, junto a nuestro movimiento.

Invitar a trabajar en común por esta construcción política, compartir la difusión de nuestro periódico y cada nota del portal informativo, Periodismo de Izquierda. Porque es falso que los pobres no sepamos de política, no podamos entender. La tenemos bien clarita y por eso cada día más crece nuestra organización y más compañeres se suman a la actividad social, pero también política por los cambios de fondo que hacen falta.

Porque sí es cierto que solo debemos creer en nuestras fuerzas y organización, en el proyecto colectivo. Lo vimos en todo este año en cada lucha. Ahora debemos crecer aún más. Crecer porque no tenemos límites para eso. Hagamos más grande al Movimiento, al MST en el Frente de Izquierda Unidad, a la Unidad Piquetera y avancemos en una unidad con la clase trabajadora y el pueblo, que nos permita dar vuelta todo de una vez.

Mónica Sulle

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