El pasado martes decenas de estudiantes de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) rodeamos el CEUNGS (Centro de Estudiantes de la Universidad Nacional de General Sarmiento con una asamblea abierta. Ante la parálisis del mismo y el avance de los recortes que se lleva nuestras cursadas, apostamos a la organización independiente y por abajo.
No ha pasado ni un mes desde el inicio del semestre y ya nos encontramos con un nuevo récord en vulneraciones a derechos fundamentales que garantizan la educación pública de calidad, con la novedad de la profundización en los recortes respecto al año anterior y con respecto a problemas estructurales que nuestra UNGS acarrea hace varios años.
Pero pongamos al lector en contexto. A fines de diciembre del 2022, en nuestra universidad se discutió en el Consejo Superior un proyecto de presupuesto para el 2023. Un proyecto a la medida del ajuste que el FMI recomienda hacia la educación pública. Bajado por las organizaciones del FdT que actualmente gobiernan, que cuando no lo hacían, desde la oposición denunciaban al macrismo; sin embargo cuando es su gobierno no dicen nada. En dicha sesión desde las bancas independientes de los gobiernos ajustadores, desde estudiantes y graduades independientes y de la izquierda se planteó rechazar el presupuesto.
En primer lugar se expuso la problemática de la deserción estudiantil que el año pasado alcanzó la terrible proporción del 40%, siendo el principal factor determinante la desfinanciación en herramientas claves en el contexto de crisis económica que destruyó nuestros bolsillos, y relegando el acceso a la educación pública como un privilegio de pocos, en vez de lo que es, un derecho de todes.
Fueron estos mismos sectores quienes denunciaron estas vulneraciones, los mismos que votaron en contra. Junto con ellos la agrupación estudiantil que dirige el centro de estudiantes, El Puente, no adhirió a las denuncias, pero si votó en contra y enunciaron un compromiso con les estudiantes que representan de denunciar y enfrentar los recortes que vulneren sus derechos.
Del dicho al hecho…
Por enésimo año consecutivo disminuyó la oferta académica con respecto al año anterior. Por segundo año consecutivo se expulsó a estudiantes de las materia sin brindar más que un irreal listado de espera que les estudiantes conocemos bien y podemos categorizar como un chiste, uno de muy mal gusto.
Con las materias a las que accedimos, las primeras dos semanas se tornaron literalmente un infierno. Con dos cuestiones claves que permitieron esto. Por un lado, la ola de calor demostró la incapacidad de nuestra universidad de garantizar cuestiones básicas como son la ventilación en las aulas y agua potable para tomar. Algunas cursadas se hicieron en el patio, pero la mayoría se llevaron adelante con estudiantes hacinados, sin ventilador ni aires (en las escasas aulas que hay) funcionando, y con la sensación de falta de aire constante.
Luego, a la hora de salir de las cursadas nos topamos con otro problema más que resultó del recorte en las combis que transportan a les estudiantes a Lemos. La disminución de su servicio se tradujo en filas interminables en las paradas de colectivos aledañas, demorando varias horas más la llegada a nuestros hogares y trabajos.
Por parte de los docentes, les que están agrupados en la Asociación de Docentes e Investigadores de la UNGS (ADIUNGS) fueron al paro en la segunda semana, denunciando los salarios de miseria que la UNGS ofrecía descaradamente. Siendo que son quienes dan la cara y redoblan todos sus esfuerzos a la hora de llevar adelante las cursadas con el contexto que se describió más arriba.
Por fuera de lo económico, un atropello enorme vino por el lado de las libertades democráticas. Cuando la universidad en principio permitió la posibilidad de las cursadas virtuales para el próximo 24 de marzo. A partir de la denuncia de la Juventud Socialista del MST se cancelaron, sin embargo no se está llevando adelante un plan de remediación que permita tanto a les docentes y estudiantes de esas cursadas una reflexión real de ese hecho y de su gravedad.
Ante todas estas problemáticas, la política de la conducción del CEUNGS fue en principio la continuación del “Club CEUNGS” por donde ofrecen (con la financiación del municipio de Malvinas Argentinas) servicios y regalan lapiceras entre otras cosas, y en segundo lugar el evento “AFTER” una fiesta por donde recibieron el año y sortearon entradas para el Lollapalooza.
Manteniendo su rechazo a recibir las diferentes denuncias de les estudiantes, esta agrupación municipal no sólo se encargó de burocratizar nuestra principal herramienta de organización, sino que la convirtió en un kiosco del PJ municipal con la complicidad de la gestión con la que trabajan en conjunto para silenciar los reclamos estudiantiles.
Les estudiantes nos autoconvocamos
Impulsados por la necesidad de respuestas y la falta de representación, estudiantes de la carrera del Profesorado de historia convocaron esta asamblea abierta. Con el acompañamiento de las agrupaciones de izquierda se denunciaron las problemáticas económicas y se hizo hincapié en la principal problemática política: la parálisis del CEUNGS.
Quienes participamos llegamos a la conclusión, luego de insistir varias veces a les trabajadores de El Puente para que participen, que la única garantía que tenemos para enfrentar el ajuste y los recortes es la organización independiente de les estudiantes.
Potenciando este espacio que se gestó, votando la prolongación de las asambleas, para seguir denunciando todas las problemáticas que padecemos. Brindando solidaridad con estudiantes que se organizan en otras universidades, y resolviendo la participación de todes les presentes en la próxima marcha por el 24 de marzo con el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia. Para denunciar la impunidad de ayer y hoy, y que el ajuste viene de la mano de la represión.
Mariel Giménez – Secretaria de bienestar estudiantil CEUNGS