Los piquetes no son ni nuevos ni sólo argentinos. Es una forma de reclamo nacida de la clase trabajadora, utilizada en distintos países y luego adoptada por otros sectores sociales. Piquete viene de la palabra inglesa picket, plantarse. Les trabajadores se plantaban ante las puertas de las fábricas y en «piquetes» incitaban a la huelga.
Aquí los piquetes se extendieron en los 90, luego de las privatizaciones de Menem, ante altos porcentajes de desempleo y pobreza. Los fogones y piquetes se transforman en puebladas, muy ligados a las familias ypefianas, como los grandes cortes de ruta en Cutral Có y Plaza Huincul (Neuquén, 1996) y Mosconi (Salta, 1997) luego de miles de despidos por la privatización de YPF. Ambos hitos de hecho son el inicio de los movimientos de desocupados y piqueteros. Con el tiempo, ese método se extendió por todo el país y se utiliza incluso cuando hay cortes de luz en los barrios.
Este origen ayuda a entender la importancia de este método de lucha para visibilizar lo que el poder busca esconder. Es sacar a luz la situación crítica que viven millones. Ante la imposibilidad de parar la producción o un servicio, como sí pueden hacer les trabajadores activos, se cortan calles o rutas para reclamar trabajo genuino y respuestas del Estado para garantizar derechos elementales.
Libertarios… sin libertades democráticas
En la previa al gran acampe piquetero de la semana pasada, que es parte de un plan de lucha votado en un plenario nacional de la Unidad Piquetera, los liberfachos de Milei y Marra lanzaron su Movimiento Antipiquetero Argentino (MAPA). En un país con cada vez más pobreza y ajuste por el acuerdo gobierno-FMI, y por eso las protestas van a crecer, proyectos como éste contra quienes ejercen el derecho democrático a reclamar sólo traerán violencia social. «Hay mucha gente que acompaña esta iniciativa y quiere resolver el problema de los piqueteros», declaró el legislador porteño Marra, de Libertad Avanza, el partido de Milei.
Pero no quieren resolver la causa de los piquetes. Su único fin es denunciar y criminalizar la protesta social. Y aunque dicen que su movimiento es «sin violencia», hay que estar alerta porque así alientan a sectores fachos a actuar contra quienes reclaman. Por ejemplo, Sebastián Poch, un referente liberfacho platense, propone crear un cuerpo civil de ataque físico a las y los desocupados que protestan: «Lo primero que tiene que hacer quien quiera aplicar reformas profundas es lo que hacen en EE.UU., formar gente civilmente para que combata en la calle y no a través del ejército o los policías»1.
Este engendro en realidad debería llamarse «movimiento antiderechos». Y como se llama antipiquetero, como mínimo es delito porque viola la Ley Antidiscriminatoria 23.592, ya que va dirigido contra las personas que por su condición social integran uno de los sectores más vulnerables.
«Critican» a la casta política y al FMI, pero trabajan para ellos
Estos personajes políticos que se postulan como lo nuevo, disruptivos, quieren «patear el tablero», denuncian a la casta política y votan contra el acuerdo con el FMI. Pero hasta ahora todo es de palabra y por redes sociales. En realidad, las medidas que proponen, incluida ésta tan repudiable, van contra quienes salen a luchar.
De este modo, trabajan para los mismos a quienes dicen oponerse. No quieren cortes de calles… ¿pero se preguntan por qué son esos cortes? Nunca contestan lo obvio: los cortes son para visibilizar el reclamo por pésimas condiciones de vida a las que son empujados millones en nuestro país. Piden más palos y represión, igualito a la casta política que tanto critican. En definitiva, son bufones de este sistema capitalista, que sólo genera más desigualdad y exclusión social.
Los derechos del artículo 14 de la Constitución
En todas las entrevistas y entre los «10 puntos del movimiento» dicen que se basan en el artículo 14 de la Constitución Nacional, que incluye el derecho a transitar. ¡Pero siempre se olvidan que ese mismo artículo incluye también el derecho a peticionar a las autoridades. Además el artículo 14 bis consagra el derecho a condiciones dignas de trabajo, el derecho de huelga, jubilaciones y pensiones móviles, protección integral de las familias y hasta la vivienda digna.
A su vez, estos derechos democráticos y sociales también están reconocidos por tratados y convenciones internacionales que al estar firmadas por Argentina tienen rango constitucional. En el caso de una colisión de derechos, a transitar y a protestar, siempre está por encima el que tiene carácter de supervivencia. Es decir: las demandas sociales son prioridad. Y lógicamente se cortan avenidas o rutas importantes, porque de nada serviría cortar una callecita perdida por ahí.
Quiénes hacen piquetes y por qué
Como decía antes, el piquete como método de lucha para visibilizar demandas es utilizado por diferentes sectores en distintos momentos. Pero estos sectores reaccionarios miden con hipocresía y doble vara: atacan los piquetes de los piqueteros y piqueteras desocupados, empobrecidos, pero no abren la boca cuando hay piquetes por ejemplo del campo o ante los banderazos de la derecha, que también impiden la libre circulación, como lo vimos en 2020 en el medio de la pandemia. Insisto: es un movimiento discriminatorio, que alienta el odio y la violencia contra un sector social que reclama por sus derechos más básicos.
Hay piquetes en los barrios si se corta la luz. Los hacen les docentes en defensa de sus salarios y de la educación pública. Hacen piquetes las enfermeras y el equipo de salud por sus condiciones laborales. Las mujeres y disidencias interrumpimos el tránsito, como tanto irrita a estos fachos, para conquistar el derecho al aborto y otros derechos. Es la pueblada en Chubut con piquete en la ruta lo que logró frenar la zonificación minera.
Junto a la clase trabajadora y los sectores populares, el piquete fue y seguirá siendo una herramienta legítima e indispensable de lucha. Y es preciso defenderlos tanto de la represión estatal como de todo eventual ataque civil.
Nuestras propuestas socialistas
La protesta social es un derecho democrático elemental y el Estado tiene que dar respuesta a las demandas. La noticia de que hay unos tres cortes de calle al día en CABA la utilizan para caldear el enojo de quienes no logran llegar a tiempo a sus trabajos o se ven perjudicados. Ese es el objetivo de estos falsos «antisistema»: son defensores del capitalismo, que genera cada vez más pobreza, desigualdad, desocupación y destrucción de nuestros bienes comunes. Contra quienes creen que estos «libertarios» traen soluciones fáciles, lo cierto es que no responden cómo resolver los problemas que golpean al pueblo trabajador y pobre, como trabajo, salario, vivienda, un ambiente sano. Son incompatibles con nuestros derechos y por eso hay que enfrentarlos en todos los ámbitos.
El único sector que plantea una alternativa real en términos sociales, económicos y ambientales somos la izquierda. Y desde el FIT Unidad nos levantamos como alternativa también política, que no sólo apoya las luchas, sino que presenta un programa alternativo para poner los derechos de las mayorías por sobre los intereses capitalistas. En suma, defender el piquete es defender los reclamos urgentes de trabajo genuino, alimentos y ayuda social para les más necesitades.
- Ramiro Marra lanzó el movimiento antipiquetero… 29/3/22, en www.infoblancosebrenegro.com