viernes, 13 diciembre 2024 - 00:47

Un debate con PO. El FIT-U y la estrategia de la izquierda

Néstor Pitrola, dirigente de PO, ha publicado un extenso artículo polemizando con la propuesta del MST, de transformar al FIT Unidad en un gran movimiento político, que trascienda y supere el limitado estadio de frente electoral.

Para hacer la polémica, y como es repetido en la historia de la corriente que representa, recurre a un mezcla de falsedades y tergiversaciones, en este caso acerca de nuestra propuesta. Así se escapa del debate central, importante y urgente; ¿está bien el FIT-U o hace falta cambiar? ¿Qué propuesta tiene para eso? Ninguna, prefiere que todo siga igual. Y pretende tapar ese conformismo con golpes de efecto, que en realidad tienen efecto nulo.

Pitrola dice, entre otras cosas, que en nuestra propuesta de movimiento político de izquierda “su programa ya no sería el del FIT-Unidad, basado en la independencia política de la clase obrera y la lucha por el gobierno de trabajadores, sino un “sólido programa socialista y anticapitalista” (ídem), fórmula genérica para evitar la definición fundacional del FIT: el gobierno de trabajadores”.

La dirección de PO debería tomarse el trabajo de leernos realmente y escucharnos mejor. En el artículo que escribimos junto a mi compañera Cele Fierro a mitad de octubre, decimos con toda claridad “lo que tenemos que plantear como estrategia es disputar el poder político de país, que seamos los que nunca gobernamos, los que asumamos el control de los principales resortes de la economía. Que seamos los trabajadores quienes tomemos las riendas de nuestro propio destino. Y para eso necesitamos impulsar una profunda movilización, permanente y en cada sector. Y dar saltos cualitativos en la organización política de miles”.

Repetidas veces planteamos que “solo el FIT-U tiene otro programa, a favor de las mayorías, contra la sed de ganancia de quienes dirigen el país y el mundo, al menos hasta ahora. Tenemos que aprovechar este hecho, para fortalecer esta unidad, con les miles que ya no creen en falsas soluciones”. Además, cuando decimos en nuestro artículo la frase “un sólido programa socialista y anticapitalista” obviamente es para un gobierno de los trabajadores, salvo que PO crea que puede haber socialismo sin que los trabajadores gobernemos. El compañero Pitrola no discute en este tema contra el MST, sino contra sus propios métodos de tergiversación política.

Complementando todo esto, en una entrevista publicada el 29 de octubre, también nuestro compañero Alejandro Bodart decía “Es necesario que la izquierda socialista y revolucionaria se presente con un programa alternativo, que parta de las cosas concretas, como el tema de los salarios, los despidos, la pandemia y la salud, dar respuesta a Enfermería o educación. Y que para eso aborde temas como el no pago y auditoria social de la deuda, estatizar toda empresa que cierre o despida, poner impuestos progresivos a quienes más tienen, reestatizar las privatizadas bajo control de trabajadores y usuarios, anular los tarifazos, imponer un verdadero control de cambios y evitar la fuga de divisas a partir de nacionalizar la banca y el comercio exterior. Proponemos un movimiento de izquierda o partido de tendencias para plantear que la única salida es un sistema socialista para dar respuesta a la problemática de la tierra, del trabajo, la industrialización o la unidad latinoamericana para enfrentar al imperialismo y poner fin a la pandemia que es el capitalismo”.

En resumen, podríamos continuar citando decenas de artículos similares, demostrando que consideramos que el programa del FIT Unidad, del cual fuimos parte en su elaboración, es muy correcto y es nuestro programa. No es este el debate entre las fuerzas del FIT Unidad. Vayamos entonces al debate verdadero que Pitrola esconde.

Frente electoral, movimiento político y partido revolucionario

El dirigente de PO dice también “el partido de tendencias consagra una guerra de camarillas internas, o más concreto aún, cada partido de izquierda actual pasaría a ser una tendencia de un partido de tendencias. Esto, más que un avance sería un retroceso, porque implicaría renunciar a la construcción de un verdadero partido revolucionario basado en una centralización de su acción común por medio de debates y posiciones”.

En este punto, además de continuar tergiversando nuestra propuesta, nos parece que Pitrola tiene una absoluta incomprensión sobre la relación entre frentes y partidos revolucionarios. En el MST creemos en construir partidos revolucionarios y lo hacemos a diario. Pero es bueno recordar que el FIT Unidad no es un partido revolucionario y tiene bastante de “guerras internas”, así que no cabe en lo más mínimo el hablar de “retroceso en la propuesta” como si el FIT-U fuera la máxima expresión revolucionaria y alguien quisiera rebajar ese carácter. Lamentablemente no es así, el FIT-U es un frente positivo, valorable y que todos defendemos, pero es un frente de carácter electoral, todavía no más que eso.

Por eso hacemos propuestas para superar esa situación muy limitada hacia un escalón superior y mucho más integral; un gran movimiento político de izquierda que actúe en común en todos los planos de la lucha de clases y la lucha política. ¿O acaso PO prefiere seguir contentándose tan solo con un frente electoral? Eso sí que es un grave error y retroceso de las posiciones que debemos impulsar los revolucionarios.

De nuestra parte consideramos una obligación pensar permanentemente propuestas para superar la actual situación del FIT-U, ya que a diferencia de PO, vemos muy limitado que solo sea un frente electoral. Y el electoralismo, la adaptación a la democracia burguesa y el conformismo parlamentario, nunca son una buena guía para la izquierda revolucionaria.

Por el contrario, hacer propuestas que vayan mucho más a fondo que lo electoral es muy necesario. Eso sería un gran movimiento político de izquierda que contenga en su seno distintas corrientes o tendencias, bajo un programa común. Y con esa unidad y ese programa de fondo debatir en común como intervenir en las luchas, en los sindicatos, en los barrios, centros de estudiantes, luchas ambientales o de género. Todas cosas que hoy el FIT-U no hace, entre otras cosas porque los compañeros de PO, acompañados muchas veces por IS, no quieren hacer.

Por eso vamos a seguir insistiendo en nuestra propuesta y desde ya abiertos a escuchar otras que apunten en igual sentido de superar los límites electorales. Recordando una vez más que en nuestro país, el peso notorio del trotskismo le da a esta propuesta una base sólida, estratégica y programática, muy superior a las experiencias más limitadas del NPA o el PSOL. No queremos repetir aquí esas experiencias sino desarrollar una a tono con el programa, las organizaciones y las experiencias que en nuestro país existen. Sobre esa base tenemos mucha confianza en que se podría avanzar mucho y a la vez abrir las puertas del FIT-U a que ingresen y se sientan parte protagónica referentes sociales, obreros, ambientales, intelectuales, de DHHH, feministas y disidentes y tantos otros sectores que hoy no tienen un lugar, y tan solo ven reducido su apoyo al frente votándolo cada dos años.  

Además, de una construcción común de estas características, también se desarrollarían experiencias que inclusive a futuro hasta pueden abrir posibilidad de acuerdos más profundos, posibilidades de fusiones, u otras variantes en la estrategia de un gran partido revolucionario. Estamos abiertos a eso con quienes tengamos acuerdos programáticos, acuerdos políticos sólidos sobre las tareas planteadas y un método leal, incluso en el debate de matices y diferencias.

Sindicalismo y política a la luz del marxismo 

En su artículo, el compañero Pitrola retoma un debate que atravesó gran parte el año, la relación entre las luchas, el trabajo sindical y la lucha política. Insistiendo en el planteo equivocado que PO vienen defendiendo dice: “No vale casi la pena polemizar con la anodina idea -repetida en el artículo- de que los sindicatos recuperados se coloquen como brazos del FIT, lo que constituye una aparateada sin fundamento, lo hagamos o no en frente único…la relación entre la izquierda revolucionaria y los sindicatos debe ser abordada en concreto de acuerdo con la evolución de la lucha de clases y la maduración de la vanguardia obrera, no por medio de ultimátums o aparateadas. Es un debate superado en el socialismo revolucionario la política de dividir, romper o paralelizar los sindicatos, cuando el trotskismo rechazó la idea de los “sindicatos rojos” en el marco de un movimiento revolucionario mundial infinitamente superior al actual”.

Compañero Pitrola y demás dirigentes de PO; debatamos la esencia del problema y no maniobras. No se trata de aparatear ni que la izquierda le imponga nada a los sindicatos y a sus trabajadores. Precisamente, estamos proponiendo lo opuesto. La tarea de la izquierda revolucionaria en los sindicatos es llevar el conjunto de nuestras propuestas políticas y programáticas, es mostrar que proponemos desde la izquierda, es invitar a confluir y a luchar en común, haciendo democráticamente este planteo. ¿Por qué tanto rechazo a una tarea tan esencial? ¿Qué le impide a PO dar batallas políticas e invitar a confluir con la izquierda del FIT-U en los sindicatos dónde actúa? Evidentemente están en contra de hacer esto, por eso han saboteado todo el año la posibilidad de una gran convocatoria unitaria de las luchas, el sindicalismo combativo y la izquierda con el FIT-U.

Además no insistan con intentar explicarnos que así fue la historia del trotskismo o el marxismo. Nada más lejos de la realidad. Le recordamos que para Trosky “Los sindicatos actualmente no pueden ser simplemente los órganos democráticos que eran en la época del capitalismo libre y ya no pueden ser políticamente neutrales, o sea limitarse a servir a las necesidades cotidianas de la clase obrera. Ya no pueden ser anarquistas, es decir que ya no pueden ignorar la influencia decisiva del Estado en la vida del pueblo y de las clases. Ya no pueden ser reformistas, porque las condiciones objetivas no dan cabida a ninguna reforma seria y duradera. Los sindicatos de nuestro tiempo pueden servir como herramientas secundarias del capitalismo imperialista para la subordinación y adoctrinamiento de los obreros y para frenar la revolución, o bien convertirse, por el contrario, en las herramientas del movimiento revolucionario del proletariado. La neutralidad de los sindicatos es total e irreversiblemente cosa del pasado. Ha desaparecido junto con la libre democracia burguesa”. (Los sindicatos en la época de transición, León Trosky)

Y otra dirigente de esa época, Rosa Luxemburgo decía; “toda tentativa por emancipar a los sindicatos de la teoría socialdemócrata, por encontrar otra “teoría sindical” en oposición a la socialdemocracia, toda tentativa de ese tipo, repetimos no es más que el intento de suicidio por parte de los mismos sindicatos. Separar la práctica sindical de la teoría del socialismo científico significaría, para los sindicatos alemanes, perder inmediatamente toda superioridad sobre los distintos sindicatos burgueses y caer de la altura conquistada al nivel de la incesante búsqueda de un puro y burdo empirismo” (Huelga de masas, partido y sindicatos).

La lucha política y sindical es inseparable desde el punto de vista del marxismo y es un norte estratégico de toda la intervención. No hacerlo, es tener una visión sindicalista, economicista, en el fondo reformista y  evidencia el tratar de evitar dar fuertes disputas políticas por temor a no perder un pequeño lugar sindical conquistado. Solo que al no dar esas peleas, la experiencia indica que a la larga se retrocede igual; o perdiendo el cargo sindical, o perdiendo el norte estratégico. PO no está exento de ninguna de las dos posibilidades. 

De nuestra parte, reivindicamos las propuesta que hicimos todos estos meses, la acción que levantamos en el Obelisco el 17 de septiembre de unidad de las luchas y la izquierda junto a los compañeros del MAC/PTS, la respuesta política sobre estos temas que en común hicimos y publicamos tras las falsas acusaciones que recibimos desde Neuquén por parte de PO e IS; y seguiremos insistiendo en motorizar una gran movilización, actos, caravanas y acciones comunes de los sectores en lucha, el sindicalismo combativo y la izquierda organizada en el FIT-U. 

Mecanismos democráticos o falsos hegemonismos

Por otro lado, en su artículo Pitrola realiza un comentario en relación a cómo resolver si hubiera desacuerdos políticos o electorales. Retoma los debates de la Conferencia Latinoamericana y cuestiona a nuestro compañero Alejandro Bodart, por haber dicho que hay que buscar mecanismo democráticos para evitar que el FIT-U implosione. Pitrola dice; “Desde el Partido Obrero hemos sido claros desde que nos impusieron la ley de las Paso, que se trata de un mecanismo de intervención del Estado en la vida de los partidos y frentes políticos, si de eso estuviera hablando el MST. Lo hemos aceptado en casos excepcionales, como último recurso para salvar el frente, no como un instrumento para su construcción y la elevación política del activismo obrero y revolucionario”.

Pero esa frase no elimina dos cosas esenciales; la primera es que el FIT ya tuvo en su historia unas PASO, PO las impulsó primero y las perdió después. Lo segundo que no elimina es el problema ni responde a una pregunta básica. Si a futuro no hubiera acuerdo; ¿cómo se decide en el FIT-U? ¿Alguien decide con el dedo? ¿Alguien aplica un falso hegemonismo hoy mucho más evidente que hace un año? ¿Con que parámetros y en base a qué relación de fuerzas entre los partidos se decide y quien lo hace?

Nosotros somos muy claros; hay que buscar, como siempre, lograr hasta el final los mejores acuerdos. Y si por alguna razón no se logran, hay que habilitar mecanismos democráticos para que sea la realidad la que ordene, y no pretender imponer hegemonías irreales. Si para eso hay que utilizar las PASO, aunque todos las cuestionemos de fondo, será una alternativa. También puede haber otras propuestas, las evaluaremos. Se discutirá. Solo anticipamos que quien niega mecanismos democráticos allí donde no hay acuerdo, es responsable de dividir. Nosotros vamos a proponer, siempre, mecanismos democráticos para garantizar la unidad y un acuerdo justo.

Y proponemos mecanismos democráticos para todo debate político que haya. Porque no le tenemos miedo a debatir ni interna ni públicamente. Ni ante cuestiones de la lucha de clases, de la lucha política en general, ni frente a debates electorales.

Electoralismo y tendencia a derecha

Finalmente Pitrola plantea como una de las conclusiones de su largo texto, que hay una disyuntiva; su propuesta que sería la válida para intervenir en una “lucha histórica” y nuestro rol –y el del PTS– que sería según él, para “derechizar al FIT-U”.

Sucede que la realidad ingresa por todos lados y quita del medio tergiversaciones y falsedades. Los hechos son evidentes; nuestro frente viene de un año con cierta parálisis, sin aparecer fuerte en esta “crisis histórica”, mientras el PSC ha tenido menos iniciativa y actividades de lucha que el período previo. Esa es la realidad, lamentablemente es inocultable.

Por eso hay que debatir a fondo y tener propuestas claras. En ese sentido le recordamos que la “derechización” de un proyecto parte de las concepciones que dividen lo sindical de lo político, de las que no quieren elevarse más allá de un acuerdo electoral, de las que no impulsan una apertura a sectores que se acercan en base a un programa, de las que pretenden que nada de esto se haga, para tratar de imponer ubicaciones sin que haya mecanismos democráticos para decidir todo.

No hay tarea más necesaria y más de izquierda, que transformar al FIT Unidad en una verdadera alternativa de poder para la clase obrera, las mayorías populares y la juventud. No se trata de “suplantar al FIT-U” como equivocadamente titula Pitrola, sino de mejorar cualitativamente nuestro frente, transformarlo positivamente, hacerlo actuar con una estrategia común en la lucha de clases y quitarle todos sus vestigios electoralistas y de un sindicalismo apoliticista que retrasa. Quien se niega o ni siquiera se plantea estas tareas, es quien se ubica a la derecha en el debate. No es nuestro caso. Vamos a reforzar la propuesta de un cambio profundo en el FIT-U porque es muy necesario, posible y es una tarea estratégica de la izquierda en nuestro país. 

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