martes, 6 mayo 2025 - 23:34

Un año del triple lesbicidio de Barracas. Entre la impunidad judicial y el avance del odio institucional

El 6 de mayo de 2024, un ataque con una bomba molotov en una pensión del barrio porteño de Barracas acabó con la vida de tres mujeres lesbianas: Pamela Cobbas, Mercedes Roxana Figueroa y Andrea Amarante. La única sobreviviente, Sofía Castro Riglos, sufrió quemaduras graves. El agresor, Justo Fernando Barrientos, quién era un vecino, había hostigado previamente a las víctimas por su orientación sexual.

A un año del crimen, la causa judicial sigue sin ser caratulada como crimen de odio. El Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 14, a cargo de Edmundo Rabbione, impulsa la elevación a juicio por homicidio agravado por “peligro común” y “alevosía”, sin considerar el componente discriminatorio. Las querellas, incluyendo a la Federación Argentina LGBT+ (FALGBT), insisten en que se reconozca la motivación lesbo-odiante del ataque y se incorporen al expediente las pruebas claves. Una vez más, el sistema judicial muestra la parcialidad para abordar crímenes motivados por el odio hacia nuestro colectivo. Desde la falta de perspectiva de género y diversidad en la investigación judicial hasta los puestos vitalicios de los jueces y fiscales, sin revocabilidad de mandato, sólo perpetúan la impunidad y envían un mensaje de desprotección a las víctimas.

¿Cuántas más?

El triple lesbicidio de Barracas no es un hecho aislado. En las dos semanas posteriores al ataque, se registraron al menos cuatro agresiones contra lesbianas en distintas provincias del país, evidenciando un patrón alarmante de violencia sistemática. De hecho, según el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT+, en 2024 los crímenes de odio contra personas LGBT+ en espacios públicos aumentaron un 53%, y las muertes casi se duplicaron. No extraña que el incremento coincida con el desmantelamiento de políticas públicas de género y diversidad por parte del gobierno facho de Javier Milei.

El discurso oficial que reproduce odio, solo ha contribuido a este clima hostil. Sin ser suficiente, en enero de 2025, durante el Foro Económico Mundial en Davos, el presidente Milei vinculó las “versiones extremas de la ideología de género” con el abuso infantil, una afirmación sin ningún tipo de sustento científico apuntando a estigmatizar al colectivo LGBT+ . El repudio no tardó en llegar a nivel nacional e internacional y así como nos organizamos por la Masacre de Barracas, es como volvimos a encontrarnos en aquella masiva asamblea en Parque Lezama, para convocar a la primer gran Marcha Federal del Orgullo Antifascista.

El retroceso en materia de derechos humanos en nuestro país, así como los recortes a programas sociales o la criminalizacion de la protesta son grandes alarmas para quienes, hijxs de la Ley de Matrimonio Igualitario, la Ley de Identidad de Genero y la Ley del aborto legal, queremos vivir en verdadera libertad.

Orgullo antifa

La historia del movimiento LGBT+ en Argentina es también la historia de la lucha contra las estructuras del poder patriarcal, capitalista y represor. Como demostramos este 1F pasado  en respuesta al discurso en Davos. Nuestro camino, es un recorrido de lucha.

A un año del triple lesbicidio de Barracas, lo que se pone de relieve no es solo la brutalidad del crimen, sino la persistencia de un sistema que niega el reconocimiento y la reparación a las víctimas de lesbo-odio. El silencio judicial es cómplice de esa violencia. La masacre visibilizó un entramado que combina abandono estatal, discursos de odio institucionalizados y la lógica capitalista patriarcal profundamente arraigada. Los crímenes de odio se consuman cuando hay impunidad del Estado. Por más que quieran negarlo, las mataron por lesbianas.

Exigimos que la Ley Antidiscriminatoria nos incorpore, y con ello la verdadera justicia para las compañeras como la reparación para Sofia. Hoy nos volvemos a alzar en un grito contra la política del odio, contra el negacionismo de nuestras identidades, y contra el ajuste que precariza nuestras vidas. No hay libertad posible sin derechos, sin políticas de cuidado, sin educación sexual integral, sin reparación histórica para quienes históricamente han sido marginades.

Hoy, a un año, reafirmamos que el orgullo antifa es la salida contra estos gobiernos fachos que se reproducen por el mundo. Mientras nieguen nuestra existencia y la justicia ignore nuestros nombres, seguiremos en las calles, gritando bien fuerte: ¡Fue Lesbicidio! ¡Fue un crimen de odio! ¡Justicia por Pamela, Roxana y Andrea!

Mica Escobar, Libre Diversidad MST

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