sábado, 7 junio 2025 - 17:56

Trump y Musk. Un divorcio en la ultraderecha

De una alianza estratégica para reforzar el poder de los republicanos de cara a las elecciones, a una separación escandalosa transmitida por redes sociales. Amenazas, acusaciones y desplomes bursátiles. Lejos de ser una pelea de egos, el conflicto entre Musk y Trump es un reflejo de la situación atravesada por el gigante del norte, envuelto en una crisis.

La jornada del jueves trajo consigo una importante pelea en la política estadounidense. Hace poco más de una semana, el magnate de la tecnología Elon Musk anunciaba su retiro del gobierno, luego de que la Cámara de Representantes le diera media sanción a la ley fiscal impulsada por Donald Trump. Pero la salida del dueño de Tesla no terminaría de manera silenciosa.

En el momento más álgido de la pelea, Trump amenazó con cortar todos los subsidios estatales recibidos por las empresas del multimillonario. Esta amenaza, lejos de intimidar a Musk, hizo que la discusión pasara a otro nivel. El empresario redobló la apuesta acusando al presidente de estar involucrado en un caso de pedofilia.

El desenlace de la pelea entre estos dos referentes de la ultraderecha mundial no está para nada claro. La apertura de este escenario, impulsada por la promoción de la “Gran y Hermosa” ley trumpista, puso en tensión no solo la relación entre estos dos personajes, sino que también entraron en discusión las ganancias del hombre más rico del mundo, como la revista Forbes lo declaró recientemente.

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Una cronología de los hechos

A medida que pasaron los días, los intercambios entre estos personajes fueron escalando en su tono, hasta llegar a lo publicado en redes sociales. Pero el puntapié inicial, por lo menos mediático, estalló cuando se dio a conocer la ley fiscal promocionada por Trump. 

Días después de que Musk renunciara como titular del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), en un posteo en su propia red social criticó el proyecto presupuestario y fiscal de Trump. En la publicación, denunció que es una “abominación repugnante” y agregó que “debería darles vergüenza a quienes votaron a favor”. Para el dueño de X, una buena parte de lo establecido en esta ley entra en contradicción con la función que le tocaba ejercer en DOGE. Recordemos que, durante los primeros meses de gestión, este departamento fue el encargado de cerrar numerosas agencias del Estado y realizar una serie de despidos masivos. Para entender un poco más, y salvando las distancias entre los países, este organismo se encarga de realizar una tarea similar a la realizada por el ministro Sturzenegger. 

Posteriormente, en medio de una rueda de prensa compartida con el primer ministro alemán Friedrich Merz, le consultaron a Trump por las críticas de Musk. Y el mandatario estadounidense respondió: “Estoy muy decepcionado porque Elon conocía los entresijos de este proyecto de ley mejor que casi cualquiera de los que están sentados aquí. De repente le encuentra un problema”. Pero la situación no se detuvo allí. Trump decidió ir unos pasos más allá cuando se refirió a la posibilidad de finalizar los contratos estatales que benefician a Musk: “La manera más fácil de ahorrar dinero en nuestro presupuesto, miles y miles de millones de dólares, es terminar con los subsidios y contratos gubernamentales de Elon”. De esta forma, Trump amenazó a su ex socio en un posteo en Twitter.

El fuego cruzado, en el campo republicano, no se detuvo, sino que escaló en ataques personales. “Es hora de soltar la bomba realmente grande”, publicó el multimillonario tecnológico, al relacionar al presidente norteamericano con un caso de pedofilia. Según Musk, el nombre de Donald Trump aparece en los archivos del multimillonario Jeffrey Epstein, acusado en 2019 por casos de tráfico sexual de menores.

En paralelo, mientras todo el mundo observaba la pelea a cielo abierto, la cotización de Tesla comenzó a hundirse en el mercado. Perdió decenas de miles de millones de capitalización en Wall Street y cerró con una caída del 14,26%. 

Una pelea para ver quien queda mejor parado en un mundo en crisis

El desencuentro entre el millonario y el mandatario republicano no está dado por las consecuencias a las que esta ley podría acarrear a millones de personas, luego de desfinanciar programas como el Medicaid o los cupones alimenticios. La razón de esta disputa tampoco reside en los recortes en los subsidios fiscales para las energías renovables. La desigualdad no es un problema para ninguna de las partes en esta pelea

La cuestión de fondo se podría encontrar en el desarrollo de un posible descalabro financiero y económico al momento de la implementación de esta ley. Con la justificación de frenar la inmigración ilegal, Trump pretende aplicar un fuerte aumento en el gasto público, al incrementar un 13 % el gasto en defensa y un 65 % el de seguridad nacional. Toda esta nueva configuración fiscal amenaza con subas en la deuda pública y en el déficit presupuestario. Elementos que no son vistos con buenos ojos por parte del empresariado estadounidense, sobre todo porque le abren camino a una posible recesión.

Por otra parte, mientras Musk dirigía DOGE, se encargó de debilitar todas las agencias que consideraba un tapón para la multiplicación de sus ganancias. Al mismo tiempo, recibió aportes realmente importantes por parte del Estado norteamericano. Por ejemplo, en abril, U$S 5.900 millones le fueron transferidos para el lanzamiento de satélites y misiones espaciales durante los próximos cinco años. Además, Starlink también mantiene contratos con el Ejecutivo estadounidense, desde el suministro de servicios a las fuerzas armadas de Ucrania (537 millones de dólares) hasta el desarrollo de comunicaciones seguras para las agencias de inteligencia de Estados Unidos. Toda esta lista de beneficios estatales es una manifestación de que, para el empresariado, el Estado nunca podría desaparecer. Sin esta herramienta en su poder, ellos no podrían hacer todos estos negociados. Una realidad que va en contra de los postulados repetidos por los libertarios. Despedir gente, cerrar agencias u organismos o finalizar programas sociales no es achicar el Estado; es hacerlo funcionar para las ganancias de una minoría, es decir, hacerlo actuar para lo que fue programado desde su aparición. 

Cada una de las acciones mafiosas observadas en este enfrentamiento es una muestra de los métodos utilizados por la putrefacción capitalista para resolver la pelea por quién controla los recursos de un país como Estados Unidos. Una potencia que, actualmente, se encuentra en un momento de disputa por la hegemonía imperialista con otro gigante, como lo es China. 

Este enfrentamiento todavía no encontró un cierre, y es difícil que lo encuentre en lo inmediato. La contienda protagonizada por el multimillonario y el presidente norteamericano, es producto de la reconfiguración de la estructura del imperialismo mundial, propuesta por las políticas encabezadas por Trump. Es tal el nivel de desorden político por el que se transita, que hasta en el mismo centro del poder de los Estados Unidos se genera semejante lucha económica y política. Por lo que la contienda protagonizada Trump y Musk, responde a eso, a una situación de inestabilidad como nunca antes se vio,

En lo inmediato, el proyecto de Trump todavía tiene que pasar por el Senado. Al mismo tiempo, el presidente se encuentra negociando sus próximos pasos tras haber comenzado con la guerra arancelaria. Y, en el mientras tanto, esta guerra por el poder seguirá en pugna. Por otro lado, desde este lado del mundo, se podría abrir un interrogante: ¿Milei, del lado de cuál de sus ídolos se posicionará?

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