viernes, 26 abril 2024 - 04:19

Triste récord. Dos millones y medio de nuevos pobres en el último año

La pobreza no para de subir. Terminadas ya hace tiempo, las restricciones más duras de la pandemia, cuando el índice de actividad económica ha crecido en un 2,5%, los nuevos datos que brinda el INDEC marcan que los índices de pobreza e indigencia han subido en la comparación inter anual. El gobierno, al cual le cuesta cada vez más sostener sus promesas de campaña de mejorar la grave situación económica de los trabajadores argentinos, le echa la culpa al Covid. Una excusa que le sirve cada vez menos cuando todas las cifras demuestran un fabuloso enriquecimiento empresario y los achiques de los presupuestos estatales para cumplir las exigencias del FMI.

De los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC, surge que, en el primer trimestre de 2021, comparado con el primer trimestre del año pasado, los habitantes por debajo de la línea de pobreza subieron de 15,6 millones a 18,1 millones. Dentro de esas cifras deben contarse 5,1 millones de indigentes que superaron a los 3,9 millones que existían el mismo periodo del 2020. (1)

Un nivel de pobreza de casi el 40% de nuestro país refleja además un estrangulamiento cada vez más pronunciado de la pirámide social: pobres cada vez más pobres y minorías cada vez más ricas. El deterioro general del ingreso pega con más fuerza en el estrato del 40% con ingresos más bajo de nuestra población, cuyo incremento anual fue del 27,4%, contra una inflación del 40,6% y un aumento de la canasta de pobreza del 42,2%, un índice que es superior al promedio inflacionario por el costo de los alimentos.

La ciudad de Resistencia se ubica a la cabeza de esta dura estadística con el 53,9% de pobreza; el Gran Buenos Aires, por su parte, subió de un 39,8% en el primer trimestre de 2020 al 44,4% de igual periodo en este año. La “opulenta” Ciudad de Buenos Aires tampoco se salva de esta tendencia, pasó del 22,9% al 26,5% de pobres en un año. (2)
El otro dato que debemos tener en cuenta y que marca con claridad la verdadera catástrofe social que vivimos, es que en nuestro conurbano 7 de cada 10 pibes son pobres.

De acuerdo a los especialistas, las cifras de este segundo trimestre del año que finalizó a fin de junio, podrían ser peores, ya que en las mediciones del primer y tercer trimestre pesa la influencia del medio aguinaldo.

Se achican los ingresos populares para cumplir con el Fondo y asegurar la ganancia empresaria

Como reflejamos en un reciente artículo (ver: Pese a las promesas de campaña el salario sigue bajando), los salarios de los trabajadores han seguido perdiendo poder adquisitivo en este año. Esto es así para trabajadores en blanco del sector privado, estatales o trabajadores autónomos, monotributistas o informales. El salario promedio de alrededor del 60% de los trabajadores con menor poder adquisitivo ronda los $ 40.000. En conjunto la masa salarial ha retrocedido en un año del 49,8% del valor agregado bruto al 46,1%, contra un aumento de las ganancias empresarias del 35,2% a un 40,2% del valor agregado de la economía. (3)

Por otro lado, el ayer cuestionado por el kirchnerismo ministro de Economía Guzmán, devenido en hombre fuerte del gabinete por sus negociaciones “exitosas” con el Fondo y el Club de París, implementó en esta primera parte del año un ajuste tan brutal que hasta el ultra liberal Cavallo salió a elogiarlo, ya que bajó el déficit fiscal de un 6,5% en 2020 y un 4,5% proyectado en el Presupuesto votado para este año, a tan solo un 0,5%.

¿De dónde salieron gran parte de esos “ahorros”? (4)

Primero eliminaron el gasto Covid. Cuando los muertos por la pandemia treparon de 40.000 a más de 100.000, el gobierno eliminó el IFE y el ATP. Recortó brutalmente las jubilaciones afectadas por la nueva fórmula de movilidad, los salarios públicos cayeron en picada y se recortó la inversión en programas sociales. Solo la obra pública tuvo un repunte, pero con una inversión que no compensa su caída del año pasado y mucho menos la que realmente se necesita para reactivar la economía.

A valores actuales, el gasto en jubilaciones y pensiones por trimestre del 2020 (con cambio de fórmula y algún aumento discrecional) rondó en $ 840.000 millones. En este primer semestre de 2021, el gasto trimestral promedio bajó, fue de $ 778.000 millones. Un 7,3% por debajo del 2020 y un 27,3% menor que en el cuarto trimestre de 2017 (previo al cambio de fórmula). Atrás quedó la mentira que pregonaba que los muchachos del Frente de Todos son distintos que los de Juntos, ambos se han empeñado en uno de los principales objetivos del FMI: reventar los ingresos de los jubilados.


Los salarios estatales perdieron 4,5 puntos contra la inflación inter anual, subieron un 36,2% contra un promedio inflacionario del 40,7%. Si tomamos su pérdida de poder adquisitivo en los últimos 4 años, nos encontramos que perdieron el 33,3% de su valor. Otra medida en que los dirigentes nac&pop compiten con los liberales de Juntos.


En torno a los programas sociales, mientras que la Asignación Universal por Hijo (AUH) se ha mantenido en valores constantes, hay una pronunciada baja en el rubro de programas destinados a combatir la emergencia de la pandemia.

Es significativo el recorte hecho por el gobierno en los presupuestos destinados durante el 2020 al eliminar el IFE y los gastos de los ATP que se entregaron a los empresarios para cubrir costos salariales. El gasto en la tan publicitada Tarjeta Alimentar, los programas Potenciar Trabajo o el destinado a sostener el Repro II son sensiblemente menores, como puede observarse en el siguiente gráfico. O como puede comprobarse en las recurrentes movilizaciones de las organizaciones sociales demandando alimentos y programas de empleo.


Poca inversión en la obra pública

Quizás algún funcionario quiera advertir que se está invirtiendo más en la obra pública. Hay una recuperación después del pozo en que cayó con la cuarentena más estricta del año pasado, pero el nivel de inversión actual, del segundo trimestre del 2021 -$ 140.000 millones-, está muy lejos del alcanzado en pleno gobierno macrista en el primer trimestre de 2017 -U$S 232.000 millones a valores actuales-. Debería aumentar un 65% para alcanzar esas cifras.

La obra pública es clave para dar trabajo a millones, ya que reactiva toda la economía. En estos números se termina el relato de campaña del Frente de Todos, en relación a su promesa de brindar trabajo y re industrializar la economía.

Distintos analistas ya están elogiando -cuando ayer criticaban ferozmente- la “racionalidad” y el “pragmatismo” de Cristina. Primero, hace pocos días, bendijo el acuerdo que Guzmán está negociando con el FMI, cuando lanzó las candidaturas del gobierno junto a Fernández y la primera plana del Frente de Todos. Ahora, estaría “comprendiendo” que, si Guzmán necesita muchos dólares para anclar su precio en estos meses de campaña, no va a tener mucho margen para cumplir su promesa de que los salarios le ganen a la inflación y se mejore el ingreso de los trabajadores.

Solo alguna concesión menor, algún plan en largas cuotas para comprar algún electrodoméstico, ningún cambio de fondo que cambie el desastre social en que nos metieron los que dirigen el sistema capitalista argentino, sean de Juntos o del Frente de Todos.

Por eso, compañero, no se ensarte más. Recuerde la frase de Fernández al inicio de la pandemia: “Prefiero un 10% más de pobres y no 100.000 muertos en la Argentina”. Tenemos 107.000 muertos y 2,5 millones más de pobres.

Para terminar con la pobreza, para dar trabajo a más de dos millones de argentinos que no lo tienen, para tener un salario y una jubilación digna, que los pibes tengan un futuro en este país esquilmado por los grandes banqueros y multinacionales, hace falta un cambio de fondo como el que proponen las candidaturas del MST en la PASO del FIT Unidad. Esto es romper con el FMI, el Club de París y todos los usureros internacionales, descargar un fuerte impuesto mensual sobre las fortunas y las ganancias de los grandes empresarios y destinar ese dinero a reactivar de verdad la obra pública y cubrir las necesidades de salario, salud y educación de nuestra población trabajadora.

  • La canasta que marca el límite de la indigencia contempla los alimentos básicos que consume una familia tipo, su valor está establecido actualmente en $ 28.414. La canasta que fija el límite de la pobreza incluye otros ítems como vestimenta, transporte, educación, entre otros; su valor a la fecha es de $ 66.488
  • Artículo Hay 2,5 millones de nuevos pobres y en marzo la pobreza saltaba al 39,5%, Clarín, 04/08/2021.
  • Datos que surgen de la Cuenta de Generación de Ingresos (CGI) del INDEC, publicados en el artículo Salarios perdieron un 5,5% en un año y la nueva pauta no alcanza, publicado en Tiempo Argentino, 31/07/2021.
  • Datos tomados del informe Desde 2018, los números del fuerte ajuste real del gasto en jubilaciones y salarios públicos, publicado en la web de Plan M- Maxi Montenegro el 29/07/2021.

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