sábado, 23 noviembre 2024 - 23:05

Todos los chicos deben estar en la escuela. Ir a la escuela no puede ser una trampa mortal

El día miércoles pasado, el país se paró de pronto con el último aliento de Morena, una niña de 11 años que como todos los días iba a la escuela y fue interceptada a metros por una moto y dos sujetos que le arrebataron el celular, su mochila, sus sueños y su vida.

Este terrible final trágico ocurrió en Lanús, municipio del Pro, que rápido salió a contestar que sabían quiénes eran y donde estaban. Claro, ¿cómo no iba a saberlo? Si todos sabemos donde están las bandas, los narcos, el crimen organizado. Todos los días convivimos con ellos, todos los días nuestros estudiantes, hijos, hermanos, compañeros de trabajos, padres, las familias tenemos que atravesar estos robos, y muchos terminan en tragedia, en este caso arrebatándonos a Morena, una pequeña niña que recién abría sus alas.

Atacar la enfermedad, no los síntomas. ¿Cuál es el problema de fondo?

Exigimos justicia por Morena, y que los responsables directos cumplan condena. Ahora, estas situaciones pueden prevenirse. No podemos solo actuar después que pasan las cosas. Es necesario ir sobre los problemas profundos que las originan para empezar a desarmarlas.

Un 42% de la población de la provincia de Buenos Aires es pobre, y casi el 10% es indigente. En Argentina el 48% de nuestras infancias es pobre, ya que 7 millones de jóvenes menores de 17 años viven en hogares pobres, y solo 1 de cada 10 pibes llega a la universidad según datos oficiales.

Una gran franja de la población que al no encontrar oportunidades, en muchos casos son arrojados a las redes del crimen organizado que rápidamente los tienta. Obvio no es a todos, y ser pobre no es trasladable a ser posible presa del delito.

Pero la marginalidad, la decepción, la bronca crecen en nuestras barriadas y junto con eso la delincuencia. Al mismo paso crece la deserción escolar fruto de este entramado condicionante y devastador.

Por supuesto quienes gobiernan rápidamente acuden a la receta conocida: mas policía, mano dura. De resolver de verdad esta situación, mejor no hablemos. Y ahí esta el otro gran problema de fondo: el entramado de complicidad policial, judicial y político.

La policía no solo es cómplice del crimen organizado, sino que muchas veces lo organiza. Y la justicia atornillada en sus privilegios de por vida es la cara más injusta. Dilatando los procesos o con condenas de criterios por lo menos confusos. Todo esto siempre sobre la leche derramada. Con políticas de parche, sin planificación, prevención ni políticas pro activas.

Ni hablar de las detecciones tempranas que se hacen, los llamados de alerta desde las escuelas, los servicios zonales y la red de trabajo local que muchas veces insisten en seguimientos sobre casos o pibes; pero desde los gobiernos provincial y el municipal no se hacen.

Mucho menos la asistencia necesaria para evitar este ciclo interminable de violencia e impunidad.

Ahora se culpan mutuamente. El gobierno municipal de Kravetz dice que la provincia no baja recursos, y la procincia, Kicillof, que el municipio no es seguro. ¿Hay algún municipio en la provincia de Buenos Aires que sea seguro? Y por supuesto esto se contesta solo. No , no importa quien gobierne, la trama es la misma. Pobreza y marginalidad, inseguridad, la maldita policía y la justicia injusta. El cuerpo lo ponemos nosotros.

¿Quién puede resolver los problemas de fondo?

La muerte de Morena, como vimos, mostró como nunca la restricción de derechos que tenemos los pobres, el acceso al transporte, la desinversión absoluta en salud, y por supuesto un poder político corrupto que a nivel municipal y provincial no atacan el crimen organizado que los financia. Hay una verdadera deuda con el pueblo, con la salud, con la educación que debe ser saldada. Y solo así, resolviendo los problemas de fondo, será posible empezar a resolver la inseguridad. Ni mano dura ni mas policías pueden resolver las inequidades y desigualdades tan profundas que estas políticas han fomentado.

Ninguno de los candidatos en la campaña salió a dar propuestas que resuelvan de verdad los problemas que vivimos. Y ninguno lo resolverá si la deuda que miran es la del FMI. Mucho menos si la promesa es resolver con mano dura todo. Desde Bulrich, Larreta, Milei hasta Massa quieren esconder la pobreza, no resolverla. Por eso hablan de sacar los piquetes, por ejemplo, en lugar de resolver el reclamo que los origina. Lo mismo con el tema de inseguridad, todos parten de plantear mas policías y mano dura, cuando la propia policía es la que organiza el delito, o es usada para reprimir salvajemente como hizo hoy con Facundo Molares, asesinándolo.

Tampoco sirven las opciones barnizadas que dicen ponerle limites a Massa yendo a interna, pero comparten la lista y el programa como Grabois. Hace falta hacer lo que nunca se hizo. Hace falta decisión política e independencia y transparencia para ir sobre los intereses de los poderosos, y de quienes organizan el crimen. Por esto el cambio real es votar a la izquierda del FIT-U que le duele al poder. Por eso a continuación les dejo la declaración de nuestro candidato Alejandro Bodart ante este hecho:

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Entiendo y acompaño el dolor de la familia de Morena. Tengo un nene de 9 años y no quiero ni imaginar lo que están sintiendo. Una muerte evitable e injusta. Da bronca escuchar a algunos políticos que gobiernan o han gobernado, no han solucionado este flagelo y ahora lloran lágrimas de cocodrilo. Y a lo sumo prometen más mano dura, que es sólo un slogan. Por supuesto, no quieren discutir las causas de fondo de la inseguridad, como sí lo intentamos hacer nosotros en la campaña.

En la Provincia de Buenos Aires no habrá seguridad con una Bonaerense corrupta que es parte del delito, libera zonas para que la delincuencia actúe y luego recauda. Son los únicos que ‘no saben’ dónde están las cuevas, dónde se vende la droga o los desarmaderos. Y por supuesto, si siguen creciendo los hoy casi 700.000 jóvenes ni- ni, de 14 a 25 años, que no estudian ni trabajan, viven en familias desarticuladas sumidas en la indigencia, hacinados en viviendas precarias, cada vez habrá más jóvenes empujados a terminar como mano de obra reclutada por las redes del narco y otros delitos.

Desde ya, los culpables de la muerte de Morena deben ir presos y debemos terminar con todo tipo de lumpenaje. Pero para que no sigan ocurriendo hechos así, la clave es resolver las causas de fondo. Lo digo con claridad: no va a haber más seguridad si no hay un plan de shock de inclusión juvenil educativa y laboral, con becas suficientes, con trabajo digno y bien pago. Porque para laburar todo el día como un esclavo por dos pesos, muchos pibes van a preferir hacer delivery de merca, o sea narcomenudeo o salir a robar un auto para un mafioso y si cayeron en el flagelo de la droga serán capaces de matar por un celular.

Junto con eso, hay que cambiar de raíz la justicia y la policía, que están involucradas con el delito económicamente organizado, que no podría funcionar sin ese amparo. Entre otras medidas, elegir al comisario por voto popular y que el barrio controle la comisaría y pueda destituirlo si es corrupto.

¡Justicia por Morena!

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