En el marco de la inflación interanual del 102,5% que se dio a conocer días atrás, el gobierno volvió a admitir más aumentos. Esta vez ocurrió en los combustibles. YPF presentó una nueva suba del 3,8% en promedio, que se comunicó desde la empresa de la siguiente forma: “Este ajuste contribuye a compensar la variación del tipo de cambio oficial, los mayores costos logísticos y de operación, y el aumento de precios de los biocombustibles”.
Los argumentos patronales son eso: una forma de legalizar aumentos para resguardar las ganancias empresariales, que terminan apuntalando la sangría de los ingresos de los sectores asalariados o desempleados; ya que este nuevo aumento, como se sabe, impactará en el resto de la cadena productiva motivando más subas en otras mercancías y servicios.
Desde YPF detallaron cómo quedarían las nuevas tarifas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires:
- NAFTA SUPER: de $ 163,10 a $ 169,30
- NAFTA INFINIA de $ 209,10 a $ 217
- DIESEL 500 de $ 175,10 a $ 181,80
- INFINIA DIESEL de $ 250,50 a $ 259,90
De esta forma YPF, la petrolera de bandera, acompaña el aumento en combustible que ya había realizado Shell. Y también se cumplen todos los aumentos pactados por el programa Precios Justos: 4% para diciembre, 4% para enero, 4% para febrero y 3,8% para marzo. Una muestra de que el programa antiinflacionario hizo lo contrario. En los primeros tres meses del año permitió el incremento de los combustibles en un 11,8%.
Ahora resta saber, luego que finalice marzo, cuál va a ser el comportamiento de las petroleras una vez que termine el programa Precios Justos. El gobierno del Frente de Todos ya ha mostrado su admisibilidad a las maniobras empresariales para remarcar sin límites.
Este gobierno llegó con la promesa de llenar las heladeras, pero atado al plan económico del FMI se está retirando con un enorme y creciente deterioro de las condiciones de vida de las mayorías trabajadoras y populares.