domingo, 22 diciembre 2024 - 00:44

Todo está en crisis. Terminemos con la casta

Desde hace semanas asistimos a un desfile de eventos que muestran una gran descomposición de la casta política, que no solo hace referencia a un sector o un espacio; sino que en todos los partidos patronales hay una descomposición manifiesta, con denuncias y reproches desde su propio seno. Un fuego más que amigo, “intimo” que desnuda todos los días hechos terribles ejecutados por quienes nos gobernaron o gobiernan. ¡Basta de casta! Es necesario construir otra alternativa.

La hipocresía de la casta del PJ

Hasta hace algunos días veíamos con asombro no solo la denuncia que Fabiola Yañez le hace a Alberto Fernández, sino además todo un entramado complejo que  complica  más al ex – presidente. Por un lado su gestión nefasta de gobierno, sus negocios con los seguros, el vacunatorio VIP, pero además era un golpeador y violento. Y a eso sumarle el desfile de mujeres, modelos y actrices que supuestamente han pasado por Casa Rosada en horario laboral y mientras él era mandatario.

Chats, videos, fotos que avergüenzan y  que vienen complicando cada capitulo más,  además lo niega y trata de repetir el doble discurso de su gestión, un doble discurso que lo tenía hablando de  la perspectiva de género y los derechos de las mujeres y las disidencias, cuando en realidad nada era cierto.

Muchos militantes y simpatizantes del PJ, el kirchnerismo y sus espacios políticos afines están en crisis por esta situación, porque evidentemente este es un espacio político que terminó siendo una cáscara vacía con solo discursos. Palabras bonitas y banderas que no las internalizaban, no las han hecho propias nunca. En el mismo espacio convivían quienes denuncian estas atrocidades y dicen defender los derechos de género con Espinoza, con Alperovich, con el propio Alberto Fernández. Y no es de ahora, esto lleva años. El mal menorismo los arrojaba a candidatos que reflejaban lo peor de un espacio político caduco y en el que ya no se puede construir nada.

Nos hemos referido en varias notas a esta situación y la hipocresía del doble discurso que ha tenido el PJ durante todos estos años. Hipocresía que llegó en algún punto a generar el cansancio de la gente. Un yate para Insaurralde, un vacunatorio de VIP para los allegados de Alberto Fernández, negocios para los amigos y paralelamente la convalidación de la estafa de Macri con el FMI. Sobre esta base se sustentó la campaña de Milei, haciendo eje contra esa casta. Pero no fue el actual presidente quien desnuda al PJ como lo vemos hoy, fue desde adentro, desde su seno que la inmundicia empieza a salir. La denuncia de Yañez es el fuego íntimo que quema por dentro, motivado por acuerdos no cumplidos, cansancio o simplemente la necesidad de no ser cómplice. Lo cierto que es de las entrañas mismas del PJ que se expone lo más terrible del propio espacio.

La casta de LLA

Muchos podemos acordar que el problema es la casta. Y sin lugar a dudas, la denuncia a Alberto Fernández deja a la vista una casta que nada tiene que ver con su discurso de años. El problema es que del otro lado no anida otra cosa. Anida la misma casta: en este gobierno están los Menem, los Scioli, los Caputo, los Sturzenegger, los Milei, que no dejan de ser gente que siempre vivió de arriba y con privilegios. Muchos ya fueron parte de gobiernos y ya mostraron su único objetivo, enriquecerse y enriquecer amigos y poderosos. Empobrecernos y recortar nuestros derechos precarizando nuestras vidas.

Aunque en los últimos días en este espacio también se pudo ver de todo tipo de descomposición política, y ni hablar de las declaraciones. Si bien el entramado aquí se dio a partir de la visita, merienda y foto con genocidas de la dictadura, tenemos todas las variantes. Desde la denuncia de Arrieta por violencia y abuso verbal contra los diputados Mayoraz y Bornoroni, de su propio espacio; como así también la denuncia de la mencionada diputada contra Martín Menem por llamarla “putita” y la publicación de numerosos posteos por parte de Arrieta, que dejan en evidencia los chats, los mensajes y las complicidades de todo el espacio político en un proyecto para dejar en libertad a los genocidas. Su abogado insinúa además  que los genocidas pudieron ser aportantes de la campaña libertaria, lo que complica a Lemoine y a los Milei.

La visita de los diputados de la Libertad de Avanza a los genocidas de la dictadura entre ellos al propio Astiz, la famosa foto que circuló y la merienda constituyen un capítulo que no cerró; al contrario, es una situación que abrió una crisis y fue un parte aguas, no solamente con sectores de la oposición o sectores dialoguistas con el gobierno, sino también en la propia Libertad Avanza.

El gobierno que decía venir a perseguir la casta se adaptó bastante bien a la casta política, pero además le sumó a lo peor de la casta militar, a la que quiere dejar en libertad. Por eso la reserva democrática de este país le puso freno y les trajo crisis. Pensaron que con total impunidad podían tranquilamente hacer circular esa foto y que iba a haber adeptos, aplausos y por supuesto una corriente de satisfacción que permitiera que el proyecto que impulsan diera la libertad a esos viejos violadores, abusadores, apropiadores de niños y asesinos. Lejos de eso, la sociedad los condenó. No hay consenso social para ello. A Milei muchos solo lo votaron por asco a lo anterior. No todos abrazan sus banderas. Por eso estalla la bomba desde adentro y entonces tienen que dar cuentas.

La foto, la visita, los pases de factura y por supuesto no hacerse cargo de sus objetivos, los dejan expuestos pero es desde adentro, desde el fuego íntimo otra vez que quedan desnudos mostrando la peor versión de la casta.

A eso hay que sumarle que no solo es Arrieta la que prende los fuegos artificiales, sino Villarruel mostrando sus diferencias con Milei y jugando en el Senado, al que le da piedra libre para aumentarse su sueldo. Una vicepresidenta que pretende despegarse de este gobierno en crisis dejando aún más expuesta la repugnancia de su espacio político.

Y no termina aquí, tenemos hasta un diputado acusado de pedofilia y prófugo. Muy cercano a Bullrich y al propio Rovira (Misiones), quien esta señalado por habilitarle la salida al Brasil por la frontera que ya no tiene custodia, tarea que desmonto el Ejecutivo nacional. German Kiczka, el diputado en cuestión, se lo ha visto posando en varios eventos y reuniones en Casa Rosada. Cercano al ejecutivo y del que poco se habla. Pero a la luz de este entramado a la casta de LLA no le falta nada.

Un gobierno hambreador, ajustador y que pretende solo con represión dar respuesta a la catástrofe económica a la que asistimos. Pero a la vez sus referentes dejan ver sus miserias, sus privilegios, sus provocaciones, sus declaraciones violentas y degradantes. No serán degenerados fiscales, pero sus perversiones están a la vista. Una casta que no va a combatir la esencia que la conforma.

La casta de cambiemos y el PRO

Si bien parece que la gravedad de los hechos anteriores ocupa el espacio televisivo y mediático, tampoco es lo único. Macri viene intentando desmarcarse de Milei y poco oculta el por qué, desde su interés en negocios que no le otorgan, participación más estrecha en el gobierno que tampoco tiene, hasta la necesidad de no ser arrastrado por las políticas de un gobierno de las que ya muchos empezaron a dudar. 

La semana pasada en las Cámaras de Diputados y Senadores se votaron proyectos que golpearon fuerte al gobierno, tanto el rechazo a la ampliación de los fondos de la SIDE en Diputados como la movilidad jubilatoria en el Senado, en ambas hubo participación de su espacio. Macri salió a pretender acompañar el posible veto de Milei a la movilidad jubilatoria, pero sus senadores salieron a reafirmar su voto positivo.  Y en este caso Bullrich, un fuego que solía ser amigo, salió a pedirle coherencia, o “está de un lado o de otro” y quizá este de ambos o simplemente su bloque no le responde.

Estar de un lado o de otro, en este caso, no lo exime de una casta política que nunca está en favor de los trabajadores y el pueblo.

Con la izquierda contra la casta

En todos estos hechos no solamente se denuncian situaciones gravísimas, sino que además se puede vislumbrar la gran descomposición de una casta política a la que, con claridad, nada le hace asco. Además, en la mayoría de todos estos hechos, la denuncia o la crítica pública no nace de algún opositor o de algún sector externo.

Es el fuego amigo, es el fuego interno, el fuego íntimo el que desnuda las bajezas, las injusticias y las impunidades de todos estos sectores. Son las Yañez, las Arrieta o Villarruel, son las Bullrich, son las propias o las que lo fueron quienes salen a ventilar, denunciar o exponer las miserias de su propia casta. Uno podría ser lineal y decir una frase que se escucha seguido, “no tienen ordenada la tropa”. Es una manera de ver, pero lo más probable es que la tropa no se ordene porque no se puede ordenar. Porque ya no bastan las amenazas, los aprietes, carpetazos. Porque todo es tan repugnante, que ordenar ya no sirve.  Porque el pus no puede dejar de salir.

Los partidos patronales nos han gobernado siempre, en las campañas políticas se los ve con grandes discursos, pero la realidad es que la casta política no habita en un solo espacio, habita en esos partidos del poder. Gobierno tras gobierno aumentan sus privilegios, su impunidad, sus negocios, su descomposición.  Para terminar con la casta es necesario que nos animemos a construir una alternativa de las y los trabajadores.  Es hora de construir algo nuevo y grande junto a la izquierda, partiendo del Frente de Izquierda Unidad y su programa, convocando a miles de decepcionados y transformándolo positivamente con el objetivo de prepararnos para ser opción de poder contra todas las variantes del sistema, para un gobierno de los trabajadores y el socialismo.

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