viernes, 22 noviembre 2024 - 01:23

Todo aumenta, menos los salarios. Tras la devaluación la burocracia de la CGT sigue dormida

Luego del domingo 13 de agosto, el ministro candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, decidió aplicar una devaluación del 22% sobre el peso. Con el encarecimiento del dólar oficial (mayorista y minorista) los salarios se depreciaron nuevamente y las paritarias mostraron su caducidad ante lo que es la espiral inflacionaria, mientras la CGT sigue dormida.

Desde el oficialismo, en conjunto con todas las burocracias que tienen cooptados los sindicatos, comenzaron a discutir si ante esta situación no era necesario dar un aumento salarial. Lo cierto es que mientras Massa toma nueva deuda en Estados Unidos con el BID y el BM, nada dice de la suerte de los ingresos de quienes viven de su trabajo y no llegan a fin de mes.

La derrota electoral sufrida por la coalición peronista fue tal, que empezaron a moverse algunas placas dentro de su armado por el resultado obtenido. Buscando atajarse de la bronca que existe por abajo por la situación de los ingresos, primero salió Hugo Yasky de la CTA y dijo: “Llegó el tiempo de demostrar que este no es un gobierno con las manos atadas dispuesto a que lo pasen por arriba”. Mientras que ayer mismo fue Pablo Moyano quien arremetió contra el gobierno. Primero expresó que ve “una inacción de nuestro espacio para salir a buscar los votos que no llegaron”. Y completó: “la vicepresidenta no habla, el presidente no habla, los gobernadores en la mayoría no hablan. La verdad que a mí me llama la atención como militante como peronista. Ojalá que me equivoque y ya en estos días empiecen a bajar de línea”.

Toda esta gimnasia practicada por los dirigentes sindicales sólo tiene como cometido funcionar como una cortina que los separe de los dirigentes políticos por los cuales hicieron campaña, los que además bancaron como gobierno. Ante una pérdida salarial de más de seis años continuos, en promedio de un 20% del poder adquisitivo, los burócratas intentan hacer su propio juego. Ya no sólo sería desenmarcarse, sino también presionar por algún aumento en los salarios. Está más que claro que la actual situación, donde los trabajadores en relación de dependencia, en gran parte, integran el 40% de la población pobre, pone en tela de juicio la dirección de los personajes mencionados.

Volviendo a los dichos, es mentira que como dice Moyano no haya línea desde el gobierno. La vigencia de la austeridad y el mazazo contra los salarios se corresponde con la permanencia de los planes del FMI en el país que, Sergio Massa, el candidato de la CGT y todo el sindicalismo peronista apoya sin reparos.

Años y años donde decidieron no movilizar a la clase trabajadora por sus derechos y por mejoras salariales hace que hoy sean parte de la impugnación general que se produce hacia la clase política y también sindical. El debate sobre suma fija o paritaria es lo que seguramente entrará en vigencia en los próximos días. Cuando en realidad lo que hace falta es que las direcciones rompan la tregua con el gobierno y convoquen a un paro o huelga general contra todo el plan de ajuste, aunque siguen estando muy lejos de hacerlo.

Ante la devaluación del 22%, una suma fija de $ 70.000 -la cifra que se ha hecho trascender- como hemos denunciado en otras oportunidades no es más que la convalidación de una rebaja salarial de forma explícita. En esta situación lo que hay que reclamar es una aumento de emergencia que lleve a los salarios al valor de la canasta familiar, al igual que las jubilaciones y planes sociales. Esta es la única medida que junto con la reapertura de la paritarias y discutir atar los ingresos con la inflación puede revertir la dramática situación social.

Sin embargo, hasta el momento no hay confirmación de nada. Desde el sindicalismo combativo, desde nuestra agrupación ANCLA del MST en el FIT-Unidad entendemos que la pelea que hay que dar es por un aumento de emergencia. Y para esto no hay otra forma que convocar a las bases y establecer asambleas, para que de forma democrática se pueda diagramar un plan de lucha ante el ajuste en curso mientras las patronales siguen facturando sin problemas. Dentro de este plan de lucha, a la misma vez hay que incorporar todos los reclamos y pelear por los derechos que un 60% del contingente de trabajadores del país no tiene. Nos referimos a los cuentapropistas o aquellos que ni siquiera poseen un monotributo. Hay formas para que todos trabajemos con salarios dignos, como la reducción de la jornada laboral a 6 horas en las principales fábricas del país.

Desde el MST aportamos a esta construcción sindical clasista y trabajamos por una salida política donde los intereses sociales de los trabajadores sean el norte del gobierno que proponemos.

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