Tierra del Fuego. Fracaso y repudio a su visita, Milei sumó otra “malvenida”

El fallido desembarco de Milei en Tierra del Fuego terminó en papelón. El presidente buscaba relanzar su campaña hacia las elecciones del 26 de octubre, pero fue recibido con un fuerte repudio y varias protestas, sumada a la muy pobre convocatoria propia. Un completo fracaso.

Con su visita, pretendían lograr una muestra de apoyo a su alicaído gobierno ultraderechista. Para garantizarlo, se patinaron nada menos que  300 mil dólares para viajar en tres aviones a Ushuaia, usando la plata del Estado para su campaña electoral, bien al estilo de esa casta parasitaria que decían denunciar. Pero tuvo que suspender su caminata y el acto previsto por la falta de gente y, sobre todo, por la “malvenida” que recibió.

Una muestra más, sumada al repudio a la caravana en Lomas de Zamora, algo similar en Corrientes, la protesta de yerbateros en Misiones o su bochornoso acto en Moreno, que evidencia su creciente desgaste político y el rechazo a las políticas de ajuste y entrega que aplica con el FMI, las corporaciones y los gobernadores cómplices. Se les hace difícil andar por las calles, más allá que el presidente dijera esta mañana en A24: “yo salgo a la calle y nunca tengo problemas…”. No muestra eso la realidad.

Fracaso del acto y calles de protestas

Lejos de la postal épica que imaginaron, el gobierno no pudo concretar la anunciada caminata por el centro de Ushuaia. Las distintas convocatorias movilizaron a sectores sociales, excombatientes de Malvinas y a gremios como la UOM de Río Grande, la docencia organizada en el SUTEF, la CGT local, gastronómicos, ATE, la CTA, lo que obligó a suspender el acto principal. Milei apenas si pudo decir unas palabras con un megáfono, parado ante el Hotel Albatros, custodiado por fuerte por la Prefectura.

La convocatoria liberfacha no superó el centenar, una escena muy diferente a la de 2023, cuando Milei sumó el 53% de los votos en la provincia en el ballotage. Ahora, la plaza Malvinas y las calles en las distintas convocatorias, fueron ganadas por el repudio social y político, expresado con carteles, bombos, protestas, escraches, cantos e insultos contra el ajuste, la miseria y el posible avance con una base militar yanqui en el territorio fueguino.

Imágenes del SUTEF, sindicato docente

El clima fue tan hostil que debieron cancelar el acto central en San Martín y Don Bosco, y hasta hubo algunos incidentes entre sus seguidores y quienes lo fueron a repudiar. El escenario quedó montado, pero vacío y Milei tuvo que retirarse por una salida lateral, junto a su hermana Karina, molesta por los insultos y los graffitis con que amaneció la ciudad, con la frase “Alta Coimera” y marcando el “3%” que cobra en cometas.

El repudio en una provincia golpeada por el ajuste

La jornada de este martes la marcó el abanico de protestas. La CGT Ushuaia convocó a concentrarse en la Plaza Cívica, mientras el SUTEF realizó un banderazo en la Plaza Malvinas para reclamar, entre otras cosas, por la soberanía nacional. Allí, docentes y trabajadores reafirmaron su rechazo al ajuste. A su vez, el gremio docente inició hoy un nuevo paro provincial de 48 horas, votado por abrumadora mayoría en el Congreso de Delegados, en rechazo a la “oferta” del gobierno de Gustavo Mellela, afín al PJ.

El repudio a Milei no fue casual. Tierra del Fuego sufre las consecuencias del plan económico nacional, afectando a la industria de tecnología y electrónica, poniendo en jaque a miles de puestos de trabajo en la isla. La recesión ya provocó suspensiones, despidos y cierres en el sector textil o en comercio, mientras se profundiza la precarización laboral. El ajuste también golpea a la educación: la Universidad de Tierra del Fuego enfrenta serios problemas de fondos, y el gobierno nacional mantiene una deuda de más de $ 400 millones con Vialidad Provincial.

A esto se suma el alineamiento y sumisión incondicional con Estados Unidos y las versiones sobre una base militar extranjera en la zona, que despiertan un profundo rechazo en una provincia marcada por la causa Malvinas y la defensa de la soberanía en el Atlántico Sur.

Falsa épica libertaria e intento de victimizarse

En su breve discurso con megáfono, Milei insistió en su libreto de campaña: aseguró que “bajó la pobreza y la indigencia” y pidió “no volver al pasado”, aunque los datos y la realidad provincial lo desmienten. Y dijo que “esta vez, el esfuerzo no será en vano”. Mientras La Libertad Avanza sacó un comunicado acusando al gobernador Melella y al intendente de Ushuaia de “fogonear la violencia”, para intentar justificar el fracaso de la caminata y acto.

Lo mismo intentó hacer hoy. Pero la realidad fue otra: la protesta tuvo una importante participación de sectores gremiales y sociales afectados. Mientras que el operativo de seguridad estuvo a cargo de Prefectura y Gendarmería, bajo la órbita de la ministra Bullrich, dejando en evidencia el aislamiento del presidente.

Antes del fiasco en las calles, Milei visitó la planta de Newsan, una de las pocas actividades que pudo concretar. Fue recibido por el CEO de la empresa y un grupo reducido de jóvenes trabajadores, mientras el resto de la planta se retiró como muestra de descontento.

Un síntoma del desgaste político

El fracaso de la visita fueguina refleja el deterioro de la imagen presidencial y el creciente rechazo popular. En una provincia donde Milei había ganado el ballotage con el 53% de los votos, el descontento es hoy evidente. En las calles de Ushuaia hubo manifestaciones en defensa del empleo, la educación y la soberanía, mientras los candidatos libertarios apenas pudieron tomarse fotos en el espacio cerrado del hotel.

Este intento de relanzar su campaña terminó en otra muestra del aislamiento político y social, de un gobierno que gasta fortunas en giras electoralistas de su fuerza mientras recorta presupuestos, salarios y derechos sociales.

En Tierra del Fuego volvió a quedar claro que el ajuste y entrega no pasan y el pueblo fueguino sigue de pie, defendiendo su trabajo y soberanía ante un gobierno que ofrece miseria, entrega y represión. Por eso saludamos esta “malvenida” y reafirmamos la necesidad de un plan de lucha nacional que unifique a todos los sectores en conflicto, como planteamos desde el hospital Garrahan, transformado en causa nacional.

Seguiremos exigiendo a la burocracia de la CGT y a las CTA que lo organicen, pero impulsando esa unidad y coordinación desde abajo porque solo así, ahora y en las calles, podremos derrotar el plan de Milei y el FMI para abrir paso a una alternativa de los trabajadores y la izquierda, para que la riqueza que producimos en cada provincia y el país esté al servicio de las mayorías y no del saqueo capitalista.

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