viernes, 26 julio 2024 - 23:28

Tarjeta SUBE. Saturación y largas filas en el AMBA

El aumento del transporte vino acompañado de problemas relacionados con el registro y la recarga de la tarjeta. Un nuevo dolor de cabeza para los laburantes del área metropolitana.

Cada día más difícil viajar

Este verano viajar en transporte público se ha tornado infernal, y no sólo por el calor. El gobierno avanzó con los aumentos, mientras, por otro lado, permitía que se reduzca la frecuencia y un nuevo malestar relacionado con el registro y la carga de la tarjeta SUBE.

A la exigencia de tener registrada la tarjeta para no pagar una tarifa tan abultada, se le sumó la dificultad para recargarla. Las páginas tienden a la saturación y las filas en las estaciones transforman un trámite de dos minutos en un problema para la vida del laburante.

Los locales comerciales tienen el tope de recarga de 300 mil pesos, lo que significa que si 300 personas cargaran 1.000 pesos (menos que el equivalente de 4 boletos mínimos del colectivo), el comercio ya agotaría su saldo. Otro nuevo problema es la no actualización del tope del saldo negativo, que correspondía a 4 boletos (480 pesos) y hoy no termina significando si quiera dos boletos.

Para colmo tenemos que escuchar cómo en la conferencia presidencial el vocero Adorni dice: “al paso que nos permite los procesos, la burocracia y la coyuntura, hacer que efectivamente le llegue el subsidio a quien lo necesita”.  O sea, son rápidos para aumentar y empeorar el transporte, pero lentos para dar una solución a los millones que hoy están contando monedas para poder viajar.

Funcionarios que no funcionan

La des jerarquización del ministerio de transporte primero absorbido en una secretaria dentro de infraestructura y luego con el despido de Ferraro como ministro, fue absorbida nuevamente pero ahora dentro del ministerio de economía de Luis Caputo.

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El secretario de transporte, Franco Moggeta demuestra que su preocupación por la suba del transporte es equivalentemente proporcional al desinterés que posee por que los usuarios podamos viajar. La competencia y las famosas curvas de oferta y demanda que tanto fechitizan los liberales, terminan siendo un chiste cuando a menos de dos meses de gobierno se viaja peor y más caro.  

Volver a lo mismo o repensar el transporte

Si bien, es notorio el malestar que le genera a los usuarios la política de transporte de Milei, antes tampoco era un lujo. La desinversión de las empresas del sector, los viajes como ganado y las reducciones de frecuencia vienen siendo moneda frecuente hace ya varios años.

El foco en la ganancia empresarial contrasta con el derecho de que tenemos a viajar. Y con el de los laburantes del transporte a poder trabajar en condiciones. Es por eso, que hay que avanzar con la estatización del sistema del transporte y ponerlo en las manos de quienes lo hacen funcionar y lo viven todos los días: sus trabajadores y usuarios.

¡Que no decidan más como viajamos!

Por Santiago Ledesma

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