Desde hace un tiempo sectores del oficialismo vienen hablando de la posibilidad de suspender por única vez las PASO del próximo año. Finalmente, tras un asado entre Fernández y los gobernadores, se informó que el Frente de Todos presentaría el tema a debate en el Parlamento, en principio antes que termine el año legislativo. La urgencia es producto de que los temas electorales no pueden modificarse vía decreto sino mediante leyes del Congreso.
En este sentido, tras el asado y reunión con gobernadores pejotistas, más algunos de Juntos por el Cambio, pero sin la presencia de Larreta, se anunció la idea de presentar la propuesta de suspensión a través de un diputado por provincia, mostrando así la disposición nacional del reclamo de suspensión de las PASO por el 2021, producto de la pandemia y la situación sanitaria y económica grave que existe.
Pandemia y crisis, cuando conviene
Resulta altamente hipócrita el argumento del Frente de Todos sobre cambiar reglas electorales producto de la crisis y la pandemia. Es el mismo gobierno que, frente a la misma pandemia, acaba de eliminar el IFE a nueve millones de personas. En la misma pandemia le roba parte de su salario a las y los jubilados mediante un ajuste y una nueva fórmula de cálculo a la baja, y rebaja las partidas de salud en el presupuesto 2021. En la misma pandemia ofrece aumentos salariales miserables del 7% y tras extender la sumisión al FMI que venía desde el macrismo, ahora anuncia que vuelven los tarifazos de servicios públicos a sumarse a los recurrentes aumentos de combustible y aumentos de precios que no cesan.
La pandemia, en boca de este gobierno, es claramente una excusa por conveniencia, para hacer pasar sus verdaderos objetivos, que nada tienen que ver con la situación de crisis económica, social y sanitaria, que sufrimos las mayorías populares.
Reglas apuradas por cálculo electoral
Lo cierto es que tal cual pasó con otros gobiernos incluido el de Macri, que también intentó modificar las PASO y además unificó las elecciones nacionales con las de CABA, desde el oficialismo, sea quien sea, siempre se pretenden modificar a las apuradas las reglas electorales de acuerdo a sus conveniencias del momento.
En este caso, no es la pandemia ni la crisis económica lo que le preocupa a Alberto Fernández y a una larga lista de gobernadores y señores feudales provinciales, sino su necesidad política de atarse a sus sillones y tener un mecanismo electoral que lo garantice. Para las elecciones 2021, viendo las divisiones internas en la oposición de derecha, suspender por única vez las PASO les suena más oportuno a sus intereses y cálculos políticos. Y por la misma razón de cálculo electoral, una parte de gobernadores de JXC apoya la idea, y su ala parlamentaria en principio se opone.
Salta a todas luces que este debate apurado, lejos de ser una propuesta para democratizar el sistema electoral, es una propuesta a conveniencia del poder de turno nacional y de las gobernaciones, que nada tiene de positivo. Que lo critiquen algunos referentes de JxC es otra parte de la hipocresía política, ya que ellos han actuado igual, cambiando reglas electorales, estando en el gobierno macrista.
Por un cambio real y de fondo
En realidad, el sistema político electoral de nuestro país necesita un cambio de fondo, como lo venimos planteando desde la izquierda hace años. Si queremos democratizar de verdad, deberían tomarse una serie de medidas y propuestas integradas:
Eliminación definitiva de las PASO proscriptivas. Eliminación de todo piso para acceder a un cargo legislativo, medida utilizada hoy en diferentes provincias contra la representación de la izquierda. Reparto igualitario y equitativo de los espacios publicitarios y del dinero dispuesto para las campañas electorales. Prohibición de que las empresas y corporaciones privadas puedan aportar a las campañas de los partidos. Revocatoria de mandato efectiva. Otorgar como salario de funcionarios políticos el equivalente al salario de una directora de escuela, y la obligatoriedad de que los funcionarios y sus familias utilicen la escuela y el hospital público, igual que lo hace la mayoría de las y los trabajadores y sectores populares. Conformación de un sistema unicameral mediante la eliminación del retrógrado Senado y para la elección de diputados definir una proporción por habitantes, tomando el país como distrito único. Y elecciones sin punterismo político, mediante el uso de boleta única de papel, por categoría.
Estas y otras medidas sí serían un cambio que permitiría democratizar el sistema electoral quitándole poder y privilegios a los partidos tradicionales y a la vieja política.
Por fuera de esto, si de pandemia se trata, la mejor forma de ingresar al proceso electoral 2021 teniendo en cuenta la crisis sanitaria, es garantizando un fuerte reforzamiento del presupuesto de salud pública y plenos derechos laborales y salariales a la primera línea, junto a un reparto masivo y gratuito de insumos como alcohol, barbijos, máscaras y otros productos de limpieza familiar. A la vez otorgando un aumento salarial y de jubilaciones acorde a la canasta familiar y una real y efectiva prohibición de despidos y suspensiones. También la prohibición de aumentos de tarifas y de precios a los productos de consumo popular.
Para todo esto, romper con el Fondo es la otra medida imprescindible. Sin esto, lo que viene es un 2021 de mucho más ajuste y, en ese marco, unas elecciones que serán acomodadas de acuerdo a los intereses coyunturales, de los aplicadores de estos planes contra las mayorías.