El día 4 de junio, en las primeras horas de mañana, recibimos con inmenso dolor una muy triste noticia. El fallecimiento de una compañera muy querida por todos nosotros, una histórica militante de nuestra corriente socialista y revolucionaria y una referente de la lucha por los derechos humanos y por el juicio y castigo a los genocidas y a los integrantes de la Triple A y a sus mentores.
Todavía conmovidos por la noticia y en una semana particularmente dura para las compañeras y compañeros del MST y de la LIS, escribimos esta nota para trasmitir a las nuevas generaciones de luchadores una semblanza de Susana y de su actividad y como un sentido homenaje a su trayectoria de militancia y de compromiso con las luchas obreras, populares, democráticas y por la transformación de la sociedad.
Susana comenzó su larga trayectoria de lucha en su ciudad, La Plata, siendo una activista estudiantil y en ese proceso ingresó junto a otra importante camada de jóvenes a las filas del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Después de la ruptura entre el PRT Combatiente y el PRT La Verdad, Susana se integró al PRT La Verdad que años después se transformaría en el glorioso y querido Partido Socialista de los Trabajadores (PST).
Justamente la ciudad de La Plata y nuestro partido antecesor, el PST, fue uno de los blancos preferidos de las bandas fascistas armadas y orientadas desde el gobierno nacional de Perón e Isabel Perón y por el gobernador Victorio Calabró junto a la burocracia sindical. La Triple A y el Comando Nacional Universitario (CNU) con total impunidad por parte del estado, secuestraban y asesinaban activistas estudiantiles, obreros y populares. En los días 4 y 5 de setiembre del año 1975, estas bandas asesinaron a 8 militantes del PST, entre ellos Adrianita Zaldúa, estudiante de la combativa Facultad de Arquitectura y hermana de Susana. Ese golpe tremendo al PST y a Susana y sus hermanas Norita y Graciela, en particular, marcaron su vida y su lucha para siempre.
El PST, como parte de la vanguardia obrera y de la izquierda revolucionaria, estuvo en la mira de la Triple A que ya había asesinado en noviembre del año anterior a César, dirigente del partido y hermano del Negro Robles, también militante y compañero de vida de Susana.
Después de la Masacre de La Plata y con la llegada de la dictadura, el PST trasladó a muchos de los militantes de La Plata a otras regionales y Susana siguió su militancia en el PST en la zona Sur del Gran Buenos Aires. Tras la caída de la dictadura y cuando el PST se vio obligado a formar un nuevo partido por los impedimentos legales de haber sido un partido prohibido y proscripto por la dictadura genocida, surge el Movimiento al Socialismo (MAS). Susana comienza una nueva etapa de su militancia en el gremio bancario, junto a otros compañeros como Jorge Mera, siendo una de las referentes de la combativa oposición a la burocracia de Zanola en la Asociación Bancaria, con la lista 3 Verde.
Referente de la lucha por los derechos humanos de ayer y de hoy
En las últimas décadas, Susana abrazó con todas sus fuerzas la causa de la lucha por los derechos humanos. Pero no lo hizo con la mirada sesgada de los sectores kirchneristas que comienzan la historia a partir de la dictadura. Susana fue vanguardia en la lucha por los derechos humanos del ayer y del presente. Fue impulsora de la batalla por la apertura de los archivos de los militares, pero también para que se incluya a la Triple A y desde 1974.
Susana fue una incansable partícipe de las rondas de las Madres de Plaza de Mayo, siempre junto a Norita Cortiñas, Elia Espen, Mirta Baravalle, Pepa Noia y las Madres que nunca bajaron las banderas ante ningún gobierno. Fue impulsora y pilar fundamental de la Comisión por la Verdad y Justicia de la Masacre de La Plata junto a sus queridas y entrañables hermanas Graciela y Norita, nuestros compañeros Mabel Formigo y Juan Bonatto y otros amigos y familiares de nuestros 8 compañeros asesinados. Integraba y colaboraba también en la Comisiòn de Compañeros, Familiares y Amigos de Ana María Martínez, compañera del PST asesinada por la dictadura en 1982 en la zona norte. Su presencia era infaltable en los juicios a los genocidas que logramos arrancar a una justicia lenta y selectiva. Todos recordamos a Susana y su voz fuerte y ronca de bronca cuando absolvieron al “Pipi” Pomares en el juicio a èl y al “indio” Castillo. También recordamos su presencia y los abrazos y las lágrimas cuando logramos la condena a algunos de los asesinos de Ana María Martínez. Susana siempre estaba y con su fervor y su alegría se hacía notar y trasmitía su fuerza y su compromiso.
Con su posterior militancia en el Encuentro Militante “Cachito Fukman” y siendo un bastión del Encuentro Memoria Verdad y Justicia, compartimos con Susana esta batalla permanente por castigo a todos los genocidas de la dictadura, a sus socios civiles, empresariales, burócratas y eclesiásticos, y también la lucha por juzgar y castigar a los integrantes de la Triple A y el CNU y a sus organizadores y apoyos políticos.
En cada lucha, en cada juicio, en cada ronda de las Madres, Susana va a seguir estando con todos nosotros y su militancia y compromiso seguirá más presente que nunca.
En los últimos años colaboramos y trabajamos juntos en las causas de derechos humanos. Susana fue también una impulsora tenaz de la unidad de la izquierda revolucionaria y bregó por la apertura del FIT a la integración del MST y se puso muy contenta cuando esto se expresó en el FIT Unidad. Con su presencia en el gran acto del FIT en la avenida 9 de julio nos lo expresó. La pelea por la mayor unidad de la izquierda para que se transforme en alternativa real que dispute sectores de masas y no sea solamente una propuesta testimonial, fue sin dudas una de las preocupaciones que siempre impulsaba Susana.
Desde el MST en el FIT Unidad acompañamos en el dolor y abrazamos a Norita y a Graciela, las hermanas y compañeras de lucha de Susana, a su querido hijo Lucas, a sus nietos, a todos sus familiares, a los numerosos compañeros y amigos de Susana y que compartieron con ella sus luchas.
Susana fue una de esas compañeras y compañeros que en su juventud abrazó la causa del socialismo y la construcción del partido revolucionario y la causa de las luchas obreras, populares y democráticas. Con ella despedimos a una gran compañera de nuestra corriente histórica y junto a ella, y a todas las compañeras y compañeros caídos en esta pelea, redoblamos nuestro compromiso de seguir levantando bien alto las banderas que Susana enarboló. Nos juramentamos seguir sin descanso la lucha por el castigo a todos los asesinos y a sus cómplices de la Triple A, del CNU y de la dictadura genocida.
Susana seguirá presente en todos nosotros y no la vamos a olvidar porque es imposible hacerlo, sabiendo que las causas por las que ella dedicó su vida, siguen más presentes que nunca. Susana Zaldúa presente. Ahora…y siempre. Hasta el socialismo siempre, Susana.
Comité Ejecutivo del MST