viernes, 22 noviembre 2024 - 18:57

Sociedades Anónimas Deportivas. ¿Quién es Foster Gillett?

El gobierno de Milei continúa con su obsesión por la privatización de los clubes de futbol. De la mano de Daniel Scioli, llega Foster Gillett, multimillonario con interés en “invertir” en la adquisición de una SAD.

El impulso de las SAD

En sus primeros días en la gestión, Milei promovió el DNU70/23 que causo grandes cacerolazos de repudio en los epicentros urbanos del país. Uno de los puntos que contenía el DNU fue el impulso de las Sociedades Anónimas Deportivas.

No quedo en palabras, el 14 de agosto el gobierno reglamentó las SAD y presionó a la Asociación del Futbol Argentino (AFA) para que suscriba en sus estatutos la posibilidad de este tipo de entidades.

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La Justicia frenó esta medida y el rechazó de los clubes viene siendo categórico, pero el vaciamiento y los manejos turbios con los que operan las dirigencias deportivas permite este debate en un sector de la sociedad, que no ve su club como propio.

A lo largo de estos meses, los funcionarios del gobierno desfilaron por los medios militando las SAD. Desde Sturzenegger que planteó la privatización del club del cual es “hincha”, Gimnasia y Esgrima de La Plata, hasta Cuneo Libarona, si, el mismo que estableció en los estatutos de Racing la imposibilidad de privatizarlo.

No caza un fulbo…

En ese marco, Daniel Scioli, secretario de Ambiente, Turismo y Deporte de la Nación, se reunió en los quinchos de villa la ñata con el multimillonario Foster Gillett, quien presume un interés para adquirir alguno de los clubes, sin especificar cual.

El magnate con tanto amor al futbol y que hace gala de admirar la pasión de las hinchadas argentinas, ha declarado que, entre Messi y Maradona, él prefiere a Mascherano.

Lo preocupante no son sus opiniones futbolísticas, sino su pasado dentro de la dirección de otros proyectos deportivos a nivel internacional. Resulta que Foster, es hijo de George Gillett, quien junto a Tom Hicks compraron al Liverpool en el 2007.

De esa manera, Foster llego a la junta directiva que gerenció a los “reds”.  El club venia de ganar la Champions 2004/2005 y de salir subcampeón en 2006/2007, la gestión de Gillett-Hicks logro dilapidar ese éxito y se convirtieron en una “pesadilla para los aficionados” (The Mirror).

En palabras de la BBC: “El club nunca había estado tan endeudado. Menospreciaron al técnico Rafa Benítez llamando a otro entrenador y no pudieron cumplir ninguna de sus promesas: no llegaron títulos y todavía no ha empezado la construcción del nuevo estadio en Stanley Park“.

En los tres años que estuvieron en la directiva, multiplicaron la deuda del club por 10, llegando a rozar los 500 millones de dólares. la rabia de los hinchas del Liverpool los obligó a abandonar en 2010.

Desde ese momento, el pequeño Foster buscó nuevos proyectos deportivos que no pudo concretar, no logró adquirir el Lyon Francés y también fue rechazado en el Hearts FC escocés.

Quizá lo suyo no es el fútbol, o quizá ningún deporte. El dueto Gillett compro un equipo de NASCAR en 2007, al cual nombraron Gillett Evernham Motorsports. Tuvieron que enfrentar una demanda por falta de pagos en el traspaso de la propiedad del equipo como también, en la compra de motores. Unos chantas bárbaros.

Sacando de lado a la familia Gillett, lo que no va es la privatización de la pasión de los hinchas argentinos. La obsesión del gobierno con la implementación de las SAD no tiene nada que ver con el desarrollo del hermoso deporte que tanto disfrutamos.

Los hinchas no queremos perder la identidad de nuestros clubes, ni que la pasión sea medida por la rentabilidad que le produce a tal o cual magnate. Los clubes son instituciones sociales y son de los socios.

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