viernes, 22 noviembre 2024 - 06:28

Sin reservas. Con más entrega el gobierno afrontará nuevos pagos de deuda con el FMI

En la apertura de una nueva semana, el peso de los pagos de deuda que se avecinan encienden las alarmas del gobierno, principalmente del Ministerio de Economía que dirige Sergio Massa. Mientras se negocia a contrarreloj con el FMI por el adelanto de los desembolsos de este año -de un monto de alrededor de US$ 10.000 millones-, se acerca un vencimiento de pago para el mismo organismo. El 21 y 22 de junio sería la fecha donde el Fondo se cobraría US$ 2.700 millones de capital del préstamo Stand By. A la par, las reservas netas dan en negativo, según algunas consultoras privadas como LCG rondarían US$ 1.700 millones. Un estado de situación que hace manifestar la histeria del equipo de Hacienda, no sólo por la economía local, sino por las chances presidenciales del capitán de ese barco.

Sin importar el informe que publicó hace unos días la Auditoría General de la Nación, el Frente de Todos sigue firme en su postura de pagar y seguir refrendando la estafa macrista. A tal punto se aferran a esta política, que desde 2020 a la fecha el gobierno ha destinado US$ 5.069 millones al FMI en concepto de interés de deuda pública de los U$S 25.000 millones que en total han pagado a otros organismos de crédito, deudores privados y fondos buitres. Estos números de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), además de reflejar el cumplimiento al programa que diseñó Martín Guzmán, tan criticado por Massa y Cristina Fernández de Kirchner, también refleja una continuidad de la fuga de capitales en sus diversas formas, comenzada por el gobierno de Cambiemos. Hay que sumarle a este combo las deudas privadas de las empresas radicadas en el país con sus casas matrices del exterior. En gran medida, esta conjunción de saqueos es lo que ha provocado que las reservas, en años récords de cosechas -desde el 1 de enero del 2020 al 31 de marzo 2023 en 33.940 millones de dólares- estén en rojo más allá de la sequía de la que tanto se habla.

Con este panorama, Massa se encuentra empecinado en no entrar en un “atraso” con los pagos al Fondo. Su trabajo día y noche se ciñe a cumplir la hoja de ruta escrita por los patrones de Estados Unidos. Por eso eleva las tasas de interés de los bancos y bonos, hasta intentar dejarla en términos positivos en relación a la inflación desbocada. Todo de igual forma parece ser comportamiento de un perro que se muerde la cola así mismo. Ya que esta medida, para poner un ejemplo de las aplicadas en el último anuncio, redunda en encarecimiento del crédito productivo y, en último lugar, mayor impulso a la espiral inflacionaria, debido a que este ciclo termina con aumento de los precios de las mercancías que se venden por el incremento de los costos en la cadena de producción.

Más allá de portarse como un alumno modelo, el FMI también empieza a ver con algo de recelo al ministro que se enlista para competir por la presidencia. Los burócratas de Washington no admiten que Argentina avance en negociaciones con China. La guerra comercial con el gigante asiático hace que les disguste a los funcionarios del Fondo la agenda programada por Massa, ya que el próximo 30 de mayo tiene previsto estar aterrizando por Beijing. Si bien el ministro insiste que lo hace para extender el uso de yuanes a través del SWAP[i] para pagar las importaciones que Argentina tiene con China, personajes claves como Gita Gopinath del FMI no admiten con buenos ojos estas relaciones.

Desembolsos a costa de más saqueo, una devaluación y más ajuste

Si bien hay rumores de que el equipo de Massa habría logrado avanzar en las negociaciones con el Fondo para recibir los desembolsos de manera anticipada, no hay común acuerdo en la utilización de los mismo y las condiciones para entregarlos.

Leonardo Madcur y Gabriel Rubinstein viajarán a Washington en junio, sin fecha confirmada aún, para poder dar un salto de calidad en estas negociaciones. Resulta que desde el organismo de crédito no quieren entregar una importante cantidad de dinero que, como saben, pueda ser utilizada por el ministro de Economía para evitar una corrida cambiaria en las fechas previas a las PASO. Este es uno de los puntos centrales que se debate.

También es importante agregar que para cualquiera renegociación que se realice, desde el FMI se está exigiendo con plena literalidad una zona exclusiva de explotación en las reservas de litio. Las visitas de la generala Richardson manifiestan estas ambiciones. Pero como si fuera poco, otra de las demandas, más allá del crawling peg –devaluaciones progresivas y diarias de la moneda local- en curso, se exige una devaluación de entre el 30% y 40% de forma general y abrupta.

Para cerrar el combo, desde el Fondo también se estudian los informes del cuatrimestre que deben aprobar para entregar los desembolsos pautados, sin tener en cuenta la discusión de los adelantos. La ya mencionada Gita Gopinath se muestra molesta por el incumplimiento de las metas fiscales, más allá de que el gobierno haya recortado gastos en un 7,6% durante los primeros cuatro meses del año en términos reales, en relación al mismo período de 2022. Entre los recortes se incluye jubilaciones, políticas alimentarias y Asignación Universal por Hijo (AUH). Si lo hacemos de forma detallada, presentamos el siguiente panorama de poda realizado por Massa en términos reales, a pedido del FMI:

  • Jubilaciones (-6,1%);
  • AUH (-16,9%);
  • Potenciar Trabajo (-12,2%);
  • Políticas Alimentarias (-13,1
  • Becas Progresar (-38,2%) y
  • Subsidios a la energía (-34,9%)  

El ajuste contra los trabajadores y los sectores populares no tiene límite para esta gente. Por eso más allá del ajuste mencionado, Gopinath insiste con la idea de que Argentina presenta grandes “riesgos inflacionarios” que según su advertencia traerán consigo “acciones aún más dolorosas”.

No hay más remedio que salir del Fondo

Todo el panorama descripto pone sobre la mesa, una vez más, el programa de salida para este problema que reivindica la izquierda del FIT-Unidad. No hay forma de salir de este mecanismo de la deuda odiosa, que entrampa los países y degrada su soberanía, si no es rompiendo con los estafadores, principalmente con el FMI.

Hay que desconocer la deuda y no destinar un dólar más por su carácter ilegítimo y fraudulento. La Auditoría General de la Nación lo demostró en ese sentido, no hay necesidad de cumplir con una estafa a costa del hambre y empobrecimiento de la población, salvo que se quiera continuar con el legado del macrismo.

En un año electoral, seguramente este tema será uno de los debates más importantes. Desde la izquierda somos claros: la deuda externa tiene que ser desestimada para resolver la única deuda que importa, la interna, que se grafica en el 40% de pobres que tiene el país.


[i] Massa prevé cubrir US$ 5.000 millones de importaciones con China a través del pago en yuanes, si los funcionarios del gobierno del PCCh autorizan la maniobra.

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