Los fondos destinados a los institutos que sostienen la existencia del cine, la música, el teatro y los medios comunitarios se vaciarán el 31 de diciembre, en 4 meses. Son los mismos fondos que sustentan las más de 1.200 bibliotecas populares que recorren a lo largo y ancho del país espacios que se convierten en escuelas, en teatros y comedores cuando el Estado no llega. Son los fondos que sustentan nuestra cultura y son una parte fundamental de nuestra identidad como pueblo.
Lamentablemente, cuando un tema no forma parte de los intereses del poder de turno el olvido es una decisión política que toman los mismos entre 4 paredes. Así los medios adictos al poder político y económico definen cuáles son las noticias del día y cuáles no. Pero la lucha viene con sorpresas.
El 11 de abril, luego de la represión a estudiantes y trabajadorxs del cine y la cultura se logró echar al expresidente del INCAA, Luis Puenzo. A partir de ese día la problemática rompió el cerco mediático y se convirtió en una disputa desigual por defender lo que hacemos y lo que amamos socializando información real y científica sobre el peligro que corre nuestro acervo cultural.
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El 3 de mayo de este año la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados aprobó el dictamen de mayoría que llevó al recinto la prórroga de las asignaciones específicas a los fondos de las actividades culturales (INCAA, INAMU, INT, medios y bibliotecas populares). El 15 de junio finalmente se conquistó la media sanción en Diputados, una victoria de los sectores de la cultura en todo el territorio nacional. Pero principalmente de los colectivos y asociaciones nucleados en Unidxs por la cultura, la coordinación más dinámica que viene liderando la lucha en defensa de los fondos.
“Se está hundiendo el país y ustedes quieren plata para esto”, “no es prioridad”, “¿cómo preocuparse por algo tan abstracto como la cultura?” escuchamos decir a más de uno. Son 700.000 puestos de trabajo directos e indirectos que dependen de la continuidad de estos fondos. La economía argentina gana 5,4 pesos de valor bruto de producción por cada peso que sale del Fondo de Fomento. Esto quiere decir que la existencia de fondos específicos generan un impacto positivo sobre la economía y multiplican las fuentes de trabajo. Las asignaciones no se recaudan de los impuestos que paga la gente,; se recaudan de la propia actividad, principalmente del canon a la publicidad televisiva y radial. Al desaparecer las asignaciones no dejarán de cobrarse, sino que esos fondos irán al Tesoro nacional en vez de a los institutos y organismos para los que fueron creados. Precisamente en tiempos de crisis política, en tiempos de decepción y de carencia de representatividad se vuelve fundamental luchar por la soberanía y la justicia social.
Una necesidad de todxs
La cultura a través de las instituciones, las disciplinas científicas y la psicología en sus modos particulares de explicar el comportamiento, sus conceptos de lo que es verdad, y con las categorizaciones que ha creado dentro de sus discursos, ha ejercido un papel importante en la creación de nuestra identidad actual como sujetos¹.
¿Cómo salir de una crisis si no podemos imaginar la salida? ¿Cómo combatir la pobreza extrema que vive nuestro país si no la vemos? ¿Cómo pensar futuros posibles sin las condiciones materiales para diseñar sus representaciones? Para materializar algo es necesario primero pensarlo, imaginarlo. Las películas de les cineastas de los 90 y los 2000 como Albertina Carri, Lucrecia Martel, Martin Rejtman, Pino Solanas, Pablo Trapero y otres fueron la mejor clase de historia de la que aprendimos a vernos y reconocernos cómo sociedad.
En Argentina la concentración de la producción audiovisual es de tal magnitud que el 90% de los contenidos en pantallas son norteamericanos. Muchas películas argentinas son financiadas y direccionadas ideológicamente por los intereses de las grandes productoras de Estados Unidos y otros países imperialistas. La iluminación, el estilo de vida de los personajes, el uso excesivo de drones, son las formas de representación que tienden a una selección de recursos y simbologías. La batalla simbólica y cultural está atada indisolublemente a la continuidad, sostenibilidad y ampliación de los fondos. El problema de la caducidad no perjudica a los pocos CEOS de las plataformas que están hoy produciendo en el país sin tributar a la producción local, sino al cine independiente. Futuros y actuales profesionales, técnicos, actrices, docentes, comunicadores que hoy ponen el cuerpo a la lucha para aprobar está ley. Es la clase obrera que no vive solamente de hacer arte sino del pluriempleo y lo hace igual, contra viento y marea.
Unidxs por la cultura nuclea a más de 100 organizaciones y asociaciones de trabajadorxs de la cultura de todas las ramas organizadxs fundamentalmente por la necesidad de prorrogar los fondos culturales. Una coordinación de diversos sectores de distintas procedencias políticas que no confíamos en el gobierno y somos conscientes de que abandonar las calles no es una opción ¿Pero qué va a pasar luego de su aprobación? ¿Vamos a ir unidxs por el gravamen a las plataformas?
Hecha la ley, hecha la trampa
Desde hace poco más de un año en Argentina circulan borradores de un anteproyecto para una nueva ley de cine encabezada por el Espacio Audiovisual Nacional, conformado por asociaciones y colectivos como la DAC y PCI, vinculados al oficialismo y a las grandes productoras. El análisis completo del proyecto escapa a los fines de esta nota, pero hay aspectos que peligrosamente brillan por su ausencia.
El artículo 28 del anteproyecto de la EAN propone destinar un 80% de lo recaudado al nuevo Fondo Nacional de las Artes Audiovisuales que reemplazaría al Fondo de Fomento Cinematográfico para la generación de subsidios a la producción, distribución, exhibición y créditos a la industria audiovisual. Sin embargo, los gastos de personal, gastos generales e inversiones que demande el funcionamiento del INCAA no están dentro de los puntos para los cuales se podría destinar ese fondo. Más allá de las aclaraciones, lxs trabajadorxs del INCAA no estamos representadxs en ese anteproyecto pero si lo estamos en la Ley de Cine que se busca derogar.
Otro de los ejes fundamentales que ya existe en la ley vigente y que se decidió obviar como destino de los fondos es el mantenimiento e implementación de la Cinemateca Nacional. Algo deberíamos aprender un año después de lamentar el incendio en la Cinemateca de Sao Paulo y la pérdida de más de 2.000 películas por la negligencia y el ajuste presupuestario. La cultura es historia, es un bien patrimonial y deben destinarse los fondos para preservarla.
Es una realidad que los fondos que queremos que sigan existiendo son insuficientes y es necesario ampliarlos. En algunos países del mundo se ha avanzando en la regulación y gravamen a las plataformas digitales de video a demanda y también de música como lo es en Italia, Suecia y en Francia a pesar de que el parlamento francés haya suprimido el canon recientemente.
En el anteproyecto de la EAN se extiende el canon a las plataformas pero se grava sobre el IVA, un impuesto híper regresivo que pagamos todes de nuestro bolsillo y que para los dueños de Netflix, Amazon, Spotify y Youtube no significa nada. También acarrea un problema legal ya que la naturaleza tributaria del IVA al ser coparticipable entre todas las provincias es diferente al impuesto específico que no lo es.
Si es necesaria una nueva ley de cine o modificar la que ya existe es un debate vivo que tiene que ser socializado al conjunto de les trabajadores de la cultura. Para no repetir las prácticas de la política tradicional es necesario avanzar en instancias democráticas de discusión y decisión que incluyan a todos los sectores en lucha para pensar colectivamente el cine y las artes audiovisuales que queremos.
Contradictoriamente a las políticas de entrega y saqueo neoliberal que significaron los años 90 y principios de los 2000, la Ley de Cine de 1994, con la conquista de las asignaciones específicas al Fondo de Fomento permitió las condiciones materiales para que se desarrollen algunxs de lxs mejores directorxs de nuestro país. Lucrecia Martel no podría ser lo que es si no existieran programas del INCAA como lo son Historias Breves. O el programa Raymundo Glayzer para les documentalistas y cineastas que no lucharon una ley para que 40 años después la dejemos morir.
Lo que se filma, se graba, se escribe, se baila, se canta, se lee es parte de nosotrxs. Como dice Norman Briski, “si matan la cultura están matando niños”. Están quemando libros, están desapareciendo nuestro acervo cultural, qué queremos, cómo hablamos, cómo vivimos, quiénes somos.
Es urgente que se extienda la vigencia de los fondos a toda la cultura. Exigimos que sea ya y por 50 años porque es el mínimo para la planificación a largo plazo que requiere la actividad. Menos años, como se quiere instalar desde Juntos por el Cambio y sectores del FdT, excluye las formas de producción que requieren más tiempo para realizarse. Están en riesgo cientos de miles de puestos de trabajo y el patrimonio cultural e identitario del país.
“El arte siempre ha sido una necesidad de todos. Lo que no ha sido una posibilidad de todos en condiciones de igualdad”.
Ignacio Ascúa
Trabajadorx del INCAA y estudiante de diseño de Imagen y Sonido – FADU UBA
Fuentes:
¹LA CONSTRUCCIÓN PSICOSOCIAL DE LA IDENTIDAD Y DEL SELF de Pablo Páramo / Universidad Pedagógica Nacional, Colombia.
Fondo de Fomento Audiovisual: estimación de ingresos a partir de
eventuales aportes de las plataformas de
streaming http://www.incaa.gov.ar/wp-content/uploads/2022/07/incaa_ffa_y_regulacion_de_plataformas.pdf
ANTEPROYECTO DE LEY DE FOMENTO DE LA ACTIVIDAD AUDIOVISUAL NACIONAL – NUEVA VERSIÓN 5.0 – 23 DE AGOSTO DE 2022 https://espacioaudiovisualnacional.org/es/anteproyecto
El sistema audiovisual público francés en peligro.
https://www.eldestapeweb.com/opinion/francia/el-sistema-audiovisual-publico-frances-en-peligro-20228140513