El pasado lunes el gobierno volvió a realizar un desembolso al Club de París. Fueron US$ 190 millones que se giraron al organismo de crédito en una situación muy crítica para el estado de las reservas del BCRA. A esto se sumaron otros compromisos del Central que hicieron que las reservas bajen por un monto total de US$ 228 millones.
Así se comenzó a pagar el nuevo acuerdo que firmó Sergio Massa de una deuda que se arrastra de antaño, pero se profundizó aún más con la última dictadura. La negociación que firmó el ministro candidato de Unión por la Patria ata al país a pagarle trece cuotas por montos que, en promedio, serán de US$ 300 millones por año contando el capital y los intereses.
Como ocurre con la entrega al FMI, honrar esta estafa demuestra una orientación del oficialismo que también comparten las otras variantes patronales en las elecciones. La Libertad Avanza y Juntos por el Cambio, al igual que lo hace este gobierno, ponen por sobre las necesidades sociales en un país con 40% de pobreza y siete de cada diez chicos pobres el pago de una deuda espuria que condena al país.
Hay que considerar que el lazo con el Club de París demuestra el sistema de estas deudas, que ya tiene diez reestructuraciones. Desde mayo de 1956 al año pasado se han sucedido todos estos acuerdos con dos grandes saltos: uno con la última dictadura genocida y otro con Axel Kicillof como ministro de Economía y Cristina Kirchner en la presidencia. Como con el Fondo, pagando estas deudas los gobiernos nos arrodillan ante las potencias que integran el Club de París.
Más allá de la sumisión, con la crítica situación económica, el gobierno empuja los precios de los diferentes tipos de dólares. La demanda en alza con reservas escasas ya hizo que el dólar blue tenga un nuevo récord nominal de $ 830, mientras que los dólares financieros ya superaron esa marca.
Con estos gestos queda en claro que no hay política del mal menor que pueda dar fin a esta crisis en curso. Continuar con la aplicación del programa económico de la derecha, como la dependencia financiera con estos organismos de crédito, es el componente esencial para configurar la dura situación social.
Estas elecciones son importantes para fortalecer a la izquierda que se planta y propone dejar de pagar la deuda externa, compuesta con miles de delitos como se ha demostrado en investigaciones previas. Igual de importante será estar en la calle exigiendo que se termine con estas estafas para priorizar las necesidades de los trabajadores y sectores populares. Esta propuesta es la que acompañamos desde el MST en el FIT-Unidad.