En el cierre del mes de mayo Sergio Massa y una comitiva integrada entre otros nombres por Máximo Kirchner se pasean por China de reunión en reunión con grupos empresarios del gigante asiático. La urgente búsqueda de “inversiones” reside en la necesidad de acumular dólares para unas alicaídas reservas, que siempre están a tiro de encontrarse en un estado más deplorable ante las amenazas de una nueva corrida. Para detener este problema, lejos de alguna medida soberana para tener control sobre nuestros recursos, el ministro de Economía auspicia un nuevo remate del país. Nuestros bienes comunes quedan al servicio del extractivismo más depredador, ahora con la China imperialista.
Los portales de noticias del pasado 30 de mayo reflejaban que el posible candidato a presidente por el Frente de Todos ya había conseguido US$ 1.000 millones de inversiones. Un monto que según reflejaron las cuentas oficiales del ministro significa “desembolsos que a corto plazo nos alivian las reservas”.
El número final se comprende partiendo de los diferentes aportantes que informó el Ministerio de Economía. En primer turno Massa y gran parte de la comitiva se reunió con la constructora Gezhouba, encargada de financiar las obras de las represas de Santa Cruz. Por tal obra, según lo comunicado la empresa destinaría US$ 524 millones para la continuidad de las obras en la represa Jorge Cepernic. Además, con la misma firma se acordó una inversión de US$ 70 millones para el desarrollo de dos plantas depuradoras y de tratamiento cloacal de AySA (Agua y Saneamientos Argentinos), empresa que preside Malena Galmarini. Esta última negociación con Gezhouba fue presentada a modo de campaña, ya que el ministro declaró: “es importante acordar temas que nos sirven para el presente, pero sobre todo acordar las inversiones que servirán para el futuro”, respetando como siempre la grandilocuencia de quien dice resolver los grandes problemas del país, pero ya superó una marca récord de inflación que no se superaba desde 2002.
En la segunda cita del día, el ministro y sus acompañantes estuvieron con los directivos de Powerchina, una empresa calificada como “líder en energías renovables y desarrollo de recursos hidroeléctricos”. Con Ji Xiaoyong, economista jefe adjunto de la empresa, Massa acordó la participación en la licitación del tramo 2 del Gasoducto Néstor Kirchner. En último lugar, tocó el turno de una mesa de negocios con State Grid. Con la presencia de Shan Shewu, presidente de la compañía, y Liu Ming, vicepresidente de la misma, el funcionario argentino cerró el financiamiento por US$ 330 millones para un proyecto de distribución energética destinado para el AMBA 1. Previo al viaje, como se supo, el ministro se juntó con su esposa, Galmarini y el gobernador Axel Kicillof para avanzar en las negociaciones mencionadas.
Profundizando el extractivismo
Para la gira de parte del gobierno argentino no fue distinto en el comienzo del miércoles. El remate del país continuó sin pausa. Como lo relata la agencia de noticias Télam[i], Massa se reunió con la empresa Tibet Summit Resources que se dedica a la minería y ya se ha presentado en Argentina con diferentes proyectos de explotación de litio en el norte argentino. Como lo remarca un artículo de la agencia mencionada, “en la reunión con las autoridades de Tibet Summit se repasaron los detalles de dos proyectos de producción de litio que la minera china anunció el año pasado: el proyecto Salar Arizaro, de una superficie de 1600 kilómetros cuadrados, y el de Salar de Diablillos, en la zona de la puna, ambos localizados en la provincia de Salta”.
La profundización del extractivismo, sin embargo, no tiene pausa. Por la tarde, según se dio a conocer por fuentes oficiales, la agenda del ministro contiene dos reuniones más con empresas dedicadas a la minería: Ganfeng Lithium, otra compañía dedicada a la explotación del litio y Tsingshan Holding Group, también una empresa minera, pero principalmente dedicada al níquel.
Siembra de expectativas a costa de más entrega
Todos los anuncios hechos por Massa, antes de concretarse, no parecen más que deseos del propio ministro para fortalecer el estado de las reservas diezmadas, y por otro lado mantener las expectativas de su competencia dentro del Frente de Todos para encabezar la lista que compita por la presidencia.
Desde que llegó con el título de súper ministro, el tigrense no ha hecho más de lo que está haciendo ahora en China: sembrar expectativas con supuestas inversiones que nunca se terminan de concretar. Los conejos de la galera ya parecen haberse agotado ante la situación económica que enfrenta el país. A tal punto se refleja esta situación que el amigo de la Casa Blanca, mientras negocia con el FMI por un adelanto de US$ de 10.000 millones de los desembolsos de este año, también ofrece los recursos del país a su enemigo en la guerra comercial: China.
Mientras Massa pivotea entre las dos grandes potencias, lo que se mantiene es su orientación extractivista, rematando los bienes comunes del país por migajas, con el precio de más destrucción ambiental. Ni hablar de que todas las noticias del Palacio de Hacienda también reflejan un norte que mantiene y recrudece la reprimarización de nuestra economía, en contra del relato de desarrollo de la industria local que levanta el oficialismo.
Para mañana jueves se preparan nuevas rondas de reuniones. Esta vez con la presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo, Dilma Rousseff para obtener el financiamiento para las exportaciones brasileñas a la Argentina en reales. Y también se suma una cita con el ministro de Comercio de China, Wang Wentao y representantes del Ministerio de Asuntos Exteriores del país asiático.
Todo un plan de trabajo que, como se sabe, al igual que las reuniones con las empresas, tiene un único fin: reservar los dólares que ingresen al país para rifarlos por la ventanilla que va directo al FMI, destinados a pagar la deuda espuria que tomó el macrismo y legalizó el actual gobierno en el Congreso.
[i] Viaje oficial a China: Massa visita mineras que invertirán en el litio de Salta. Télam (31-05-2023)